Sí a Dembélé y todo su ‘pack’

El delantero galo regresa al Coliseum, estadio en el que se rompió el curso pasado, avalado su juego por Valverde a pesar de sus faltas de disciplina

Sergi Roberto, Dembélé y Vidal, en el entrenamiento del viernes. Alejandro Garcia (EFE)

Primero, recibió algunos consejos en la intimidad del vestuario. Poco a poco, a los gestos de indisciplina siguieron las críticas. En privado. También en público. De sus compañeros y del cuerpo técnico. Nadie parecía acertar cuál era la mejor manera de hacer reaccionar a Ousmane Dembélé, puro talento, todo desconcierto. Un día, se tuvo que entrenar al margen; otro, se quedó fuera de la lista de convocados; y en otra ocasión, hasta se le impuso una imponente multa económica. Porque, después de castigarle con no jugar ante el Betis (la derrota reciente y más sonora del Barça en el Camp Nou, 3-4)...

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Primero, recibió algunos consejos en la intimidad del vestuario. Poco a poco, a los gestos de indisciplina siguieron las críticas. En privado. También en público. De sus compañeros y del cuerpo técnico. Nadie parecía acertar cuál era la mejor manera de hacer reaccionar a Ousmane Dembélé, puro talento, todo desconcierto. Un día, se tuvo que entrenar al margen; otro, se quedó fuera de la lista de convocados; y en otra ocasión, hasta se le impuso una imponente multa económica. Porque, después de castigarle con no jugar ante el Betis (la derrota reciente y más sonora del Barça en el Camp Nou, 3-4), el entrenador, Ernesto Valverde, pareció advertir que el galo donde mejor se portaba era en el campo. Y miró por el bien del equipo.

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El delantero, 22 años, díscolo, caprichoso y con un largo parte de retrasos este curso, volvió a jugar ante el Atlético. Empezó como suplente y saltó al campo para rescatar un punto ante un rival directo. Desde entonces no se ha perdido más que el encuentro de Copa contra la Cultural Leonesa. Valverde incluso le premió con la titularidad ante el Tottenham después de que el francés se presentara, otra vez, tarde a un entrenamiento. Aquel día, en la Champions, fue suyo también el gol, golazo, del empate, el único empate cosechado por el Barça desde que el chico se ha hecho fuerte en el once del técnico. Porque antes que negarse a disponer de uno de los jugadores más brillantes de su plantilla, Valverde prefiere quitar hierro a su comportamiento fuera del campo y tragar con el pack Dembélé.

“Siempre lo hemos dicho, tiene un gran talento y queremos verlo en el campo. Este año ya está demostrando parte, pero queremos ver más”, declaró el entrenador en una entrevista emitida por Barça TV. Con gesto simpático, el Txingurri no obvió que el francés es capaz de sorprenderle en diversas facetas de su vida: “Lo que hace falta en cualquier equipo son regateadores, jugadores que se enfrenten al contrario. Aunque él te sorprende también en otras cosas. En el paquete va todo junto. Pero el fútbol no es solo un juego de pases. Hay un momento en que un jugador debe enfrentarse a un rival, hacer un regate, tirar una pared o un caño. Por eso los regateadores son tan valiosos. Al final, tiene que haber uno que marque las diferencias”.

Y eso está haciendo el chico en los últimos partidos, siempre presente, casi imprescindible. Con diez tantos, siete en LaLiga, es el tercer máximo anotador del equipo, por detrás de Messi (15) y Suárez (11); además, suma tres asistencias. “Su virtud es manejarse con las dos piernas. Es sorprendente. No sabemos nosotros qué hará y tampoco el rival”, añadía Valverde.

Y con esa carta de presentación, con sus cosas buenas y las no tan buenas, regresa este domingo al Coliseum Alfonso Pérez, el estadio en el que se truncó la temporada de su debut en el Barcelona. Allí, en septiembre de 2017, se lastimó en un momento del encuentro: rotura del bíceps femoral. Hubo que intervenirle quirúrgicamente y pasó tres meses y medio de baja. Al poco, volvió a lesionarse: una rotura fibrilar que le tendría apartado del juego un mes más. Su rendimiento fue irregular. Hasta ahora, su hoja de servicios no casaba con los 145 millones que acordó pagar el Barça al Borussia Dortmund. No logró resarcirse hasta que arrancó la temporada actual, pues suyo fue el gol que le dio la Supercopa al equipo el pasado verano. Ese Dembélé, explosivo, impredecible, es el que ha comprado Valverde. Sí, con todo su pack.

Y ese perfil de jugador es lo que necesita para que el Getafe no vuelva a darle un susto al inicio del año, en ese momento crucial en el que empiezan a decidirse los títulos. En febrero del año pasado los madrileños sacaron un punto del Camp Nou y provocaron que se apretara la clasificación. Hoy, con el Atlético a solo tres puntos, la visita al Alfonso Pérez preocupa al técnico azulgrana por el recuerdo reciente de aquel partido. “Es un equipo duro, fuerte, que aprieta y tira la presión muy arriba, con intensidad y convencimiento. No nos va a permitir muchas alegrías en nuestro juego interior, nos lo va a complicar mucho”, decía Valverde.

Para este primer partido de 2019, el Barcelona recupera a jugadores como Sergi Roberto o Malcom, que recibieron ayer el alta médica. Como ellos, también entró en la lista de convocados el central Jeison Murillo, la primera (y quién sabe si la única) incorporación del Barcelona en este mercado de invierno. “Estamos contentos con lo que tenemos”, zanjaba el entrenador.

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