Relaño, de la estirpe de Manuel Alcántara

El director de 'As' y colaborador de EL PAÍS, Alfredo Relaño, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Deportivo Manuel Alcántara. También fue premiada la periodista Laura Marta Loriente

Alfredo Relaño, director del diario AS. Jesús Rubio (Diario AS)

Cuando se supo este jueves que Alfredo Relaño, madrileño de 1951, director de As desde 1996, había ganado el premio Manuel Alcántara a su trayectoria como periodista, él estaba en una fiesta de Marca, el rival en el que se inició como periodista al salir de la Escuela.

Ese hecho sólo serviría para explicar qué significa Relaño en el modo de entender el oficio, y más precisamente el ejercicio de la prensa deportiva. Como Alcántara, poeta malagueño que le ha dado al periodismo, también al deportivo, la sustancia de las metáforas, Relaño ha hecho de la esgrima habitual de...

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Cuando se supo este jueves que Alfredo Relaño, madrileño de 1951, director de As desde 1996, había ganado el premio Manuel Alcántara a su trayectoria como periodista, él estaba en una fiesta de Marca, el rival en el que se inició como periodista al salir de la Escuela.

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Ese hecho sólo serviría para explicar qué significa Relaño en el modo de entender el oficio, y más precisamente el ejercicio de la prensa deportiva. Como Alcántara, poeta malagueño que le ha dado al periodismo, también al deportivo, la sustancia de las metáforas, Relaño ha hecho de la esgrima habitual de los deportes terreno para verter la ironía y la duda.

No es solo consecuencia de su carácter de periodista concienzudo que sabe que todo en la vida es relativo. Es porque a su abundancia de saberes deportivos, desde el ciclismo al fútbol, él une una acuciante necesidad de conocer los últimos estrenos teatrales, las novelas o los ensayos que acaban de aparecer o los clásicos a los que antes no se había asomado. Es humilde, y esto, en el periodismo deportivo, y en el otro, es una noticia.

Es, como Alcántara, además un generoso tertuliano, no sólo porque le haya regalado a la televisión y a la radio su sensatez de sentenciosa ironía, sino porque su memoria resuelve cualquier duda, de cualquier tiempo, referida a resultados, alineaciones o tácticas.

Es, además, un periodista que no presume de nada, ni de sus libros escritos, ni de su larga trayectoria, ni de sus amigos. Por no alardear, como Alcántara también, no alardea tampoco de sus adversarios, que los tiene imponentes. A él le gusta resaltar el apellido de su madre, el muy catalán Estapé. No solo por eso su pasión por el fútbol incluye sus preferencias por épocas recientes y gloriosas del más necesario rival de su Madrid, y, quizás, de su As.

Es un periodista al que da gusto encontrar en los graderíos y en las ondas. Estuvo en el Plus de Juan Cueto, y ahí ayudó a saber mirar el fútbol. Es un pionero en el respeto y el apoyo al deporte en el que cada vez participan más mujeres. En EL PAÍS fue redactor jefe de deportes y delegado en Andalucía y ha enseñado a mirar atrás en una gloriosa sección que ilustra sobre la memoria del fútbol cuando éste era en blanco y negro.

De nuevo comparte con el colega cuyo premio le ha sido otorgado la estirpe de la escritura, como manera de ser, como modo de convencer.

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