Nadal acelera contra Dolgopolov

En su mejor partido en Nueva York, el número uno abate al ucraniano (6-2, 6-4 y 6-1, en 1h 41m) y regresa cuatro años después a los cuartos, en los que se medirá al joven Rublev (7-5, 7-6 y 6-3 a Goffin)

Nadal, durante el partido de los octavos contra Dolgopolov.CLIVE BRUNSKILL (AFP)

Después de varios días otoñales, lucía el sol, hacía calorcito y el cielo estaba completamente azul. No era Manacor, pero los días buenos de Nueva York en el mes de septiembre son una delicia para cualquiera, se pasee por Central Park o por una de las bulliciosas avenidas de la ciudad. También en Flushing Meadows y, en concreto, en la enorme pista central, por fin descubierta, por fin iluminada, en la condición idónea para que Rafael Nadal exhibiese su mejor versión hasta ahora en el grande norteamericano. Fre...

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Después de varios días otoñales, lucía el sol, hacía calorcito y el cielo estaba completamente azul. No era Manacor, pero los días buenos de Nueva York en el mes de septiembre son una delicia para cualquiera, se pasee por Central Park o por una de las bulliciosas avenidas de la ciudad. También en Flushing Meadows y, en concreto, en la enorme pista central, por fin descubierta, por fin iluminada, en la condición idónea para que Rafael Nadal exhibiese su mejor versión hasta ahora en el grande norteamericano. Frente a Alexandr Dolgopolov (6-2, 6-4 y 6-1, en 1h 38m), ni una sola duda, ni un solo devaneo. Nadal inspirado y en su formato más robótico.

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Garantía, por lo tanto, para aterrizar en los cuartos de final del major estadounidense cuatro años después. Y ahí espera el descarado Andrey Rublev, superior (7-5, 7-6 y 6-3) al belga David Goffin. El joven ruso se encontrará con un Nadal que ha ido in crescendo en el torneo, de menos a más, despejando dudas y afilándose justo ahora que se avecinan las estaciones definitivas. No ha deslumbrado el balear, pero llega a la recta final en línea ascendente y después de una actuación redonda contra Dolgopolov, víctima del acelerón. El ucraniano, inerme, quedó reducido a cenizas.

Decía Nadal que confiaba en mejorar y la radiografía habla por sí sola. Se soltó con el drive, mejoró ostensiblemente con el servicio —no lo cedió una sola vez y registró un 82% de puntos con primeros— y acertó más en la resolución. Pero, por encima de todo, impuso el ritmo intermedio que le gusta y apenas falló: 11 errores no forzados, por los 39 de su adversario, siempre ciclotímico, un jugador que tan pronto se viene y se marca un partidazo como se va por la puerta de atrás. Esta vez, Nadal lo partió en dos y dejó la sensación de que si hubiese necesitado subir más el pistón podía haberlo hecho perfectamente.

"He jugado mi mejor partido en lo que llevo de torneo", valoró Nadal. "Me costó un poco sacar adelante los primeros partidos, pero lo he conseguido y ahora queda la parte más complicada. Espero estar preparado para ello. He perdido dos sets, pero he tenido buena actitud y he luchado. ya estoy en cuartos de final y mi nivel de tenis ha ido mejorando de manera muy positiva".

Mejora con la derecha, aumento del control

Firmó su triunfo 50 en el US Open y recuperó el dominio con la derecha, que al fin y al cabo era la asignatura pendiente de la primera semana. En esta ocasión controló de principio a fin y dio cadencia al juego, aunque en el último parcial Dolgopolov ya estaba rendido. Antes, muy buen hacer, un traqueteo constante con el drive que desestabilizó al ucraniano y lo deshilachó a base de breaks: dos en el primero, uno en el segundo y otros dos en el tercero. Mordió Nadal, impulsado cuando el guion de todo Grand Slam exige crecer y dar el estirón.

“Creo que jugué un partido muy sólido. Me encontré más cómodo que los otros días desde el principio y lo más importante es que tuve el control del timing y de los puntos”, manifestó en la sala de conferencias. “La pista estaba en muy buenas condiciones y está claro que yo prefiero jugar con calor y con el techo descubierto”, amplió el de Manacor, que en las tres rondas previas había tenido un arranque complicado contra Dusan Lajovic y se dejó un set contra Taro Daniel y Leonardo Mayer.

“Hay veces que juegas bien desde el principio y otras que no. No soy tan bueno como para poder elegir...”, broméo el número uno del mundo. “Entrené increíblemente bien durante la semana previa al torneo, pero... Lucho cuando las cosas no van bien y trato de seguir adelante y mantenerme cuando salen un poquito mejor”, remató Nadal, que andaba a la búsqueda de su derecha y esta se asomó; no del todo, pero se asomó. Como el sol de Nueva York.

MUGURUZA, MÁS CERCA DEL NÚMERO UNO

A pesar de caer en los octavos de final, frente a la checa Kvitova, la española Garbiñe Muguruza está cada vez más cerca de convertirse en la nueva número uno del tenis femenino a partir del próximo lunes.

Para que así sea debían cumplirse dos premisas de aquí al final de la semana y de momento ayer se produjo la primera. La ucraniana Elina Svitolina perdió (7-6, 1-6 y 6-4) frente a la local Madison Keys y por lo tanto se quedó sin la posibilidad de acceder al trono. Para ello debía alcanzar al menos las semifinales en Nueva York.

De este modo, ahora solo Karolina Pliskova puede apartar a Muguruza del sueño de reinar en la WTA. La checa, actual dominadora, batió a Jennifer Brady por 6-1 y 6-0.

Por otra parte, la estonia Kaia Kanepi hizo historia en el torneo al convertirse en la primera tenista desde 1981 en clasificarse para los cuartos de final del US Open progresando desde la fase de clasificación. Kanepi (32 años) derrotó ayer a la rusa Daria Kasatkina por un doble 6-4.

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