Mónica Puig, el oro de Puerto Rico

La puertorriqueña, de 22 años y ascendencia catalana, vence a la alemana Kerber en la final femenina (6-3, 4-6 y 6-1, en 2h 08m) y se convierte en la primera campeona olímpica en la historia de su país

Puig celebra su triunfo envuelta en una bandera de su país.Dean Mouhtaropoulos (Getty )

“Es Puig, no Puch”. Pese a que nunca ha renunciado a sus raíces catalanas, Mónica Puig (San Juan, Puerto Rico; 22 años) matizaba de inmediato en un pasillo del All England Tennis Club de Wimbledon, hace poco más de un mes. De abuelos españoles, menudita y fuerte, es desde ayer una de las deportistas más importantes de la historia de su país. No en vano, venció a Angelique Kerber en la final individual femenina (6-3, 4-6 y 6-1, después de 2h, 08m) y se colgó el oro olímpico. Se convirtió, p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

“Es Puig, no Puch”. Pese a que nunca ha renunciado a sus raíces catalanas, Mónica Puig (San Juan, Puerto Rico; 22 años) matizaba de inmediato en un pasillo del All England Tennis Club de Wimbledon, hace poco más de un mes. De abuelos españoles, menudita y fuerte, es desde ayer una de las deportistas más importantes de la historia de su país. No en vano, venció a Angelique Kerber en la final individual femenina (6-3, 4-6 y 6-1, después de 2h, 08m) y se colgó el oro olímpico. Se convirtió, por tanto, en la primera mujer que conquista una medalla para Puerto Rico y la primera deportista que logra un oro para su nación.

En 68 años, Puerto Rico tan solo había cosechado ocho medallas, ninguna de oro y ninguna de una mujer. Pero llegó Puig

Puig se coronó después de un recorrido extraordinario, en el que dejó en la cuneta a jugadores del calibre de Garbiñe Muguruza (cuatro del mundo y campeona este año de Roland Garros), Petra Kvitova (doble campeona de Wimbledon y bronce en Río, tras el 7-5, 2-6 y 6-2 a Madison Keys) y en la final de ayer a Kerber, ganadora este curso del Abierto de Australia y finalista en Londres. Un trazado difícil de imaginar para la 34ª del mundo, todavía en plena formación y crecimiento deportivo, con solo un título aún en su palmarés (Estrasburgo 2014) y una sola final (Sidney 2016).

Después de vencer a Kerber, en lo alto del podio, la puertorriqueña rompió a llorar. Antes había hecho gala de su compromiso patriótico, al envolverse con una bandera de Puerto Rico en el centro de la pista. Y es que Puig, residente en Miami y entrenada por el argentino Nacho Todero, ha sido tentada varias veces por la Federación Estadounidense de Tenis (USTA) para que se pusiera a su disposición, a lo que ella correspondió con un no, gracias.

"Soy muy fiel a donde nací y de donde vengo. Soy muy latina y amo a Puerto Rico con todo mi corazón. Mientras juegue a tenis defenderé a Puerto Rico", expresó esta semana en Río, antes de batirse por el oro contra Kerber, a la que nunca le había vencido. Sí esta vez, en la que volvió a demostrar que le gusta la vía directa, los palos; pegarle duro con la derecha, al fin y al cabo. Otra clave, la disposición. "Soy agresiva en la cancha, apasionada con lo que hago. Tengo una actitud cojonuda, el fuego boricua dentro de mí, y cuando me pongo una meta sé que lo puedo lograr", manifestó.

En sus 68 años de trayectoria olímpica, Puerto Rico tan solo había cosechado ocho medallas (dos platas y ocho bronces), ninguna de oro y ninguna de una mujer. Pues bien, llegó Puig, que no Puch, apodada Pica Power en su tierra, y terminó de golpe con esa doble negación. Ella es ahora el símbolo dorado de su país.

Sobre la firma

Archivado En