BALONCESTO | NBA

Los Nets de New Jersey, a un paso de la final de la NBA

El equipo se acerca poco más a lo que podrían ser sus primeras finales en toda su historia

El drama, la inconsistencia, y al final el acierto del alero Keith Van Horn y el base Jason Kidd en los momentos decisivos permitió a los Nets de New Jersey vencer 103-92 a los Celtics de Boston en el quinto partido de las finales de la Conferencia Este, que los acerca un poco más a lo pueden ser sus primeras Finales de la NBA en toda su historia.

La victoria, envuelta en otro espectáculo deportivo que no fue el más espectacular ni mucho menos modelo para la historia, si demostró que los Nets, cuando no pierden el control y la concentración son mucho mejor equipo que los Celtics, que só...

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El drama, la inconsistencia, y al final el acierto del alero Keith Van Horn y el base Jason Kidd en los momentos decisivos permitió a los Nets de New Jersey vencer 103-92 a los Celtics de Boston en el quinto partido de las finales de la Conferencia Este, que los acerca un poco más a lo pueden ser sus primeras Finales de la NBA en toda su historia.

La victoria, envuelta en otro espectáculo deportivo que no fue el más espectacular ni mucho menos modelo para la historia, si demostró que los Nets, cuando no pierden el control y la concentración son mucho mejor equipo que los Celtics, que sólo saben jugar a ráfagas y con dos hombres, el base Paul Pierce y el alero Antoine Walker.

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Los Nets ahora tienen la ventaja de 3-2 en la serie que disputan al mejor de siete partidos y están a un sólo triunfo más de llegar a las Finales, algo que pueden conseguir en el sexto partido que se disputa el próximo viernes en el Fleet Center de Boston.

Si fuese necesario el séptimo y decisivo volverán el domingo a su campo del Continental Airlines Arena.

"Hemos logrado la victoria que necesitábamos para demostrar que tenemos carácter y que también podemos ganar partidos consecutivos y en nuestro campo bajo presión", ha comentado Byron Scott, entrenador de los Nets. "Pero necesitamos un triunfo más para estar en las Finales".

Los Lakers, al borde del abismo

El Equipo de América, en que se han convertido los Kings de Sacramento dentro del mundo del baloncesto profesional de la NBA, han puesto a Los Angeles Lakers, actuales dobles campeones de liga, por primera vez al borde de la eliminación en la fase final desde la temporada del 2000.

Los Lakers tendrán que jugar su mejor baloncesto el próximo viernes cuando disputen en el Staples Center de Los Angeles el sexto partido de las finales de la Federación Oeste que ahora pierden por 3-2 al mejor de siete.

Los defensores del título de liga podrían estar ya eliminados de no haber sido por el triple "milagroso" de Robert Horry en el cuarto partido, pero ahora esperar volver a ser el equipo que en el séptimo partido de las finales del 2000 frente a los Trail Blazers de Portland remontaron una desventaja de 15 puntos en el cuarto periodo cuando sólo faltaban seis minutos para concluir el encuentro.

"Hemos estado contra la pared en otras ocasiones y salimos adelante porque somos el equipo campeón", había declarado el pívot Shaquille O'Neal.

La confianza de O'Neal, que es la misma que expresó el escolta estrella Kobe Byrant después de haber perdido el quinto por 92-91 con canasta ganadora del base Mike Bibby, no ha sido confirmada por el baloncesto de equipo que han desarrollado los Lakers, que en lo que va de serie no ha sido el mejor.

El efecto ha sido que los Kings, que ganaron 61 partidos de liga, están a tan sólo un triunfo de llegar por primera vez a unas Finales de la NBA desde la temporada de 1951 cuando eran los Royals de Rochester y las ganaron por 4-3 a los Knickerbockers de New York.

Los Kings son conscientes que han logrado tres cosas muy importantes en la serie, demostrar que son mejor equipo que los Lakers, que además pueden ganarlos tanto en su campo como en el Staples Center y que tienen la ventaja en la eliminatoria, pero también entienden que les falta un triunfo más para ver su misión cumplida.

El problema para los Lakers es que también tendrán en su contra la presión de ganar o irse de vacaciones anticipadas y a un equipo rival con la moral más alta que nunca.

Keith Van Horn (izquierda) intenta robar un tapón a Paul Pierce.REUTERS