Columna

Manipular

Cuando se produce un atentado como el de Londres, todos los programas reproducen una y otra vez sus escenas más escabrosas

Manipular: “Controlar sutilmente a un grupo de personas o a la sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y libremente”.

Cuando De Guindos dice a las televisiones que el desastre del Banco Popular no costará nada a las arcas públicas, cabe recordar lo que dijo en junio de 2012 sobre el rescate del sistema financiero español: “El préstamo, que se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, será en condiciones muy ventajosas y no generará costes para la sociedad, sino todo lo contrario, ya que sólo se exigirán condiciones al sector...

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Manipular: “Controlar sutilmente a un grupo de personas o a la sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y libremente”.

Cuando De Guindos dice a las televisiones que el desastre del Banco Popular no costará nada a las arcas públicas, cabe recordar lo que dijo en junio de 2012 sobre el rescate del sistema financiero español: “El préstamo, que se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, será en condiciones muy ventajosas y no generará costes para la sociedad, sino todo lo contrario, ya que sólo se exigirán condiciones al sector financiero”. Luego supimos que el rescate costó, como mínimo, 60.718 millones de euros de los que cinco años después se ha recuperado un 5%.

Cuando se produce un atentado como el perpetrado en Londres, todos los programas de tertulianos e informativos reproducen una y otra vez sus escenas más escabrosas, advirtiendo, eso sí, que van a mostrar unas imágenes de extrema crueldad sin que por ello renuncien a exhibirlas varias veces. No aportan nada, salvo demostrar la brutalidad que puede alcanzar el ser humano. En algunos de esos programas de enciclopedistas siempre hay alguien que explica que lo que persiguen los terroristas es llamar la atención, es decir, que se hable de ellos en las televisiones y se reproduzcan sus sanguinarios actos. En vista de ello, las cadenas vuelven a programar lo que puede herir la sensibilidad del espectador.

Cuando Catalá explica a las cámaras el varapalo que el Tribunal Constitucional da al Gobierno por la impresentable amnistía fiscal del ministro de Hacienda, que ni siquiera reconoció que fuera una amnistía, nos ilustra señalando que fue aprobada por el Parlamento, sin mencionar que se trataba de un decreto ley, es decir, sin discusión parlamentaria, fórmula que el Gobierno de Rajoy utilizó en su legislatura en 73 ocasiones sobre 143 proyectos de ley. Manipula, que algo queda.

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