Tadeusz Peiper y el Madrid de los veinte

El poeta polaco fue un activo animador de la incipiente vanguardia española en cuyos círculos confluyeron desde Borges hasta Delaunay. Una exposición recorre su historia

Paisaje español, de Józef Pankiewicz.Museo Nacional de Cracovia

En la década de los años diez del siglo pasado se concentró en París una pléyade de artistas vanguardistas de muy diferentes países que se vieron obligados a abandonar Francia al iniciarse la I Guerra Mundial. Algunos de ellos se refugiaron en España, como el matrimonio Delaunay, ya que Sonia era de ascendencia rusa, instalándose en Madrid, donde también llegaron, entre otros muchos, los pintores polacos Lucia Auerbach, Wladyslaw Jahl, ...

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En la década de los años diez del siglo pasado se concentró en París una pléyade de artistas vanguardistas de muy diferentes países que se vieron obligados a abandonar Francia al iniciarse la I Guerra Mundial. Algunos de ellos se refugiaron en España, como el matrimonio Delaunay, ya que Sonia era de ascendencia rusa, instalándose en Madrid, donde también llegaron, entre otros muchos, los pintores polacos Lucia Auerbach, Wladyslaw Jahl, Józef Pankiewicz, Marjan Paszkiewicz y Waclaw Zawadowski, de influencias fauvistas y cubistas, y el poeta Tadeusz Peiper (1891-1969), que fue un activo animador de la incipiente vanguardia española, participando en los actos y tertulias ultraístas y publicando en la prensa diaria (El Sol) y en revistas como Alfar, La Lectura y Ultra, de la cual fue después corresponsal en Polonia.

La historia de la incipiente vanguardia española está aún por escribirse

A España llegaron también artistas latinoamericanos, como el chileno Vicente Huidobro, el uruguayo Rafael Barradas y los hermanos Jorge Luis y Norah Borges, que coincidieron con los polacos no solo en la ubicación geográfica, sino en los intereses estéticos, transformando entre todos el arte de la retrasada España.

La historia de la incipiente vanguardia española está aún por escribirse; esta exposición, comisariada por Juan Manuel Bonet, Monika Poliwka y Piotr Rypson, aporta sustanciosos elementos que han sido desarrollados argumentalmente en los textos del catálogo, presentando las interesantes relaciones que se establecieron entre aquellos pintores y poetas que tendieron un puente que unía Madrid con la vanguardia de París. Para ello, los comisarios han realizado una interesante selección de pinturas que se acompañan con documentos, como el Manifiesto ultraísta vertical, de Guillermo de Torre (1920), y algunas de las publicaciones representativas del movimiento, entre ellas: los libros de Tadeusz Peiper con una tipografía vanguardista; Fervor de Buenos Aires (1923), libro de Jorge Luis Borges que expandió la idea del arte nuevo por América; el poema pintado de Vicente Huidobro Tour Eiffel. Del lado de las artes plásticas se muestran cuadros de Jahl, Pankiewicz, Paszkiewicz y Zawadowski; un extraño jarrón de Jahl, que es el único objeto que se conserva de los creados en su Taller de Arte Decorativo ultraísta que estaba situado en la madrileña calle de Alcalá; un dibujo de Juan Gris retratando a Huidobro, y cuadros, dibujos o estampas de Robert y Sonia Delaunay, Rafael Barradas y Norah Borges, que se encontraron con los Jahl y Pankiewicz, y con los españoles Francisco Bores y Daniel Vázquez Díaz, en aquel Madrid de los años veinte.

Tadeusz Peiper. Heraldo de la vanguardia entre España y Polonia. Calcografía Nacional. Madrid. Hasta el 8 de noviembre.

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