Reconocer los errores para ser mejores periodistas
Una treintena de redactores de EL PAÍS recogieron en el libro ‘En qué estaría yo pensando’ equivocaciones cometidas en sus artículos
El pasado 25 de julio el periódico New York Times publicó una serie de artículos titulada Estaba en un error. En ella varios columnistas analizaban predicciones que realizaron y resultaron erróneas, cambios en la opinión que expresaron en sus textos, etcétera. Un ejercicio similar lo realizó EL PAÍS ya en 2014. El periodista Álex Grijelmo, autor del Libro de estilo del diario, invitó a sus compañeros a confesar y explicar alguna equivocación cometida a lo largo de su carrera. El resultado se recopiló en el libro En qué estaría yo pensando.
“Todos cometemos errores, lo que nos diferencia es cómo los gestionamos”, suele decir Grijelmo a los alumnos de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Con esa idea en mente, en 2014 inició este proyecto en el que colaboraron 30 periodista de la casa, incluido el propio Grijelmo. Cada autor eligió una metedura de pata y expuso su falta en un texto. Estas explicaciones, acompañadas de una reproducción facsímil del artículo al que aluden, se recogieron bajo el título En qué estaría yo pensando. En total son 160 páginas de ejercicio de “autocrítica”, describe el editor.
Hay todo tipo de errores, desde opiniones excesivas, publicación de datos erróneos o el uso de un off the record, aquello que un personaje cuenta fuera del momento de entrevista y que, por tanto, no debería ser revelado. Este fue el caso que confesó la periodista Tereixa Constenla. “Saltarse un off the record es imperdonable; yo lo hice en una ocasión y me arrepentiré toda la vida de ello, aunque el desenlace fue inesperado”, cuenta. En lugar de enfadarse, la fuente traicionada encajó con deportividad el hecho de que aquellas declaraciones explosivas le habían convertido en uno de los protagonistas del día en todos los medios. “Espero que mi error haya ayudado a otros colegas a proteger bien sus fuentes de las presiones de sus superiores”, manifiesta.
Constenla, actual corresponsal del diario en Lisboa, considera que la publicación de este libro fue “una idea brillante y necesaria”. No por hacer terapia de grupo, dice, sino porque uno aprende conociendo las arenas movedizas en las que se mueven los colegas y cómo las gestionan. “Creo que reconocer los errores no empequeñece, sino que agranda. Esta profesión se sustenta sobre un doble pacto del periodista, con sus fuentes y con sus lectores. Hacer más transparente el circuito de la comunicación refuerza la credibilidad del periodismo. Asumir los fallos, también”.
En qué estaría yo pensando, que está disponible para ebook, contiene textos de referentes del periodismo como Juan Cruz o Miguel Ángel Bastenier; la ahora presidenta de la agencia EFE, Gabriela Cañas; la directora adjunta de EL PAÍS, Mónica Ceberio; la corresponsal en Brasil, Naiara Galarraga, y otros periodistas como Emilio de Benito, Javier Sampedro o Jesús Ruiz Mantilla. Grijelmo defiende que los textos “siguen perfectamente vigentes y son un registro histórico”.
El Libro de estilo de EL PAÍS señala que el periódico “ha de ser el primero en subsanar los errores cometidos, y hacerlo lo más rápidamente posible y sin tapujos”. También indica que las equivocaciones tienen que reconocerse “llanamente, sin recursos retóricos”, tanto en su edición impresa como digital, a través de una fe de errores.