No es calima, es el humo de los incendios de Canadá que cruza el Atlántico hasta España
El fenómeno, que no es peligroso ya que las partículas contaminantes se encuentran a mucha altura, afecta el oeste y suroeste de la Península, donde los cielos están turbios y rojizos
El humo procedente de las decenas de incendios forestales que están arrasando las provincias canadienses de Columbia británica, Alberta, Saskatchewan, Manitoba y Ontario ha cruzado el Atlántico a través de un río atmosférico y ha llegado a Europa en los últimos días. Los pronósticos indican que habrá un mayor transporte esta semana. En España, esta humareda, que no es peligrosa ya que las partículas contaminantes se encuentran a mucha altura, afecta principalmente el oeste y suroeste de la Península, donde los cielos están turbios, enmarañados y con tonos rojizos similares a los de la calima. El fenómeno es más perceptible al amanecer y al atardecer.
Con la llegada del verano boreal y el inicio de la temporada de incendios en las praderas canadienses, que este año está siendo dura en número e intensidad, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), el programa de observación de la Tierra financiado por la UE, ha estado vigilando las emisiones y el consiguiente transporte de humo, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
A primera hora de este miércoles, en Canadá había 202 incendios activos, 113 de ellos fuera de control, según datos del Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales. Se calcula que se han quemado hasta el momento 2,2 millones de hectáreas, nada que ver con 2023, cuando ardieron 17 millones de hectáreas, lo que causó las emisiones de incendios más altas jamás registradas en ese país desde al menos 2002.
Según explica Copernicus en una nota, varios satélites han observado transporte de humo a larga distancia a través del Atlántico, llegando incluso a Europa. Una columna inicial, situada a una gran altitud, cruzó la región mediterránea los días 18 y 19 de mayo, y llegó a Grecia y al Mediterráneo oriental.
Una segunda columna, mucho más grande, cruzó el Atlántico durante la última semana de mayo, para alcanzar el noroeste de Europa el 1 de junio. Se espera que más columnas lleguen al continente en los próximos días.
Según los pronósticos del CAMS, no se espera que este humo tenga un impacto significativo en la calidad del aire superficial, ya que ocurrir a mayor altitud. Los efectos típicos de estos episodios se manifiestan en cielos más brumosos con atardeceres rojizos o anaranjados.