La UE avanza hacia una ley que haga más seguro el transporte marítimo de “pellets” a un año de la catástrofe de Galicia

Los Estados incluyen en la futura normativa “obligaciones específicas” para trasladar por mar estos microplásticos, tal como pedía España. El texto legal final debe ser aún negociado con el Parlamento Europeo

Voluntarios y trabajadores trabajan en la limpieza de pellets en la playa de O Dique, en Porto do Son/ ÓSCAR CORRAL (EL PAÍS).ÓSCAR CORRAL

El 8 de diciembre de 2023, el barco con bandera liberiana Toconao perdió seis contenedores frente a la costa de Portugal. Uno de ellos transportaba mil sacos de 25 kilos de pellets de plástico. Unos días más tarde, empezaron a aparecer en las costas gallegas los primeros microplásticos de lo que se convertiría, a comienzos de este año, en una nueva crisis medioambiental en esa zona. Cuando se cumple u...

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El 8 de diciembre de 2023, el barco con bandera liberiana Toconao perdió seis contenedores frente a la costa de Portugal. Uno de ellos transportaba mil sacos de 25 kilos de pellets de plástico. Unos días más tarde, empezaron a aparecer en las costas gallegas los primeros microplásticos de lo que se convertiría, a comienzos de este año, en una nueva crisis medioambiental en esa zona. Cuando se cumple un año de la catástrofe, los Estados de la UE han dado un paso clave hacia una ley para prevenir la pérdida de pellets durante su transporte y que, a iniciativa de España, incluirá también medidas para hacer más seguro el transporte marítimo de estos productos altamente contaminantes.

Los ministros de Medio Ambiente reunidos este martes en Bruselas han aprobado su orientación general, es decir, su versión de la ley a partir de la propuesta original presentada por la Comisión y que tiene ahora que ser negociada con el Parlamento Europeo para fijar un texto definitivo. Pero la intervención de los Estados ha sido clave, ya que ha servido para incluir en la futura normativa una serie de “obligaciones específicas” para el transporte marítimo de los pellets que no estaban incluidas en el texto original, elaborado antes de la catástrofe gallega.

En este sentido, la norma prevé una serie de estipulaciones a cumplir en el traslado en contenedores de carga. Entre otros, se deberá garantizar un empaquetado de “buena calidad” para evitar que, en caso de que caigan al mar, se desparramen de la manera que sucedió en Galicia. Además, se requerirá información relativa al cargamento, así como otros datos técnicos que permitan saber más sobre el producto. La idea, explicaban fuentes diplomáticas en vísperas del encuentro, es evitar accidentes, colocando esta carga en lugares más seguros y contando con toda la información posible para hacer un mejor seguimiento en caso de accidente. Asimismo, al igual que en el caso de transporte terrestre o por las vías navegables interiores, regirán obligaciones de manipulación y limpieza de pellets en caso de vertido.

“Es un reglamento fundamental no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también para la prevención, para evitar riesgos, y España ha sido muy vocal en la incorporación del transporte marítimo”, destacó la vicepresidenta tercera y ministra de Transición ecológica, Sara Aagesen, en su primer consejo en Bruselas al frente de la cartera heredada de la hoy vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, Teresa Ribera.

Las nuevas reglas que incluyen el reglamento, que está aún en pleno proceso de negociación (se espera que los encuentros con la Eurocámara comiencen a principios de 2025), buscan mejorar el manejo de los pellets de plástico en “todas” las fases de la cadena de aprovisionamiento, con el objetivo de reducir hasta en un 74% las pérdidas de los microplásticos al medio ambiente. La meta declarada es que tanto los transportistas de la UE como los de fuera se vean “obligados a evitar pérdidas de granza de plástico (pellets), así como a limpiarlas en caso de que se produzcan”, ha destacado el Consejo en un comunicado.

Según datos de la Comisión, solo en 2019 se perdieron entre 52.140 y 184.290 toneladas de pellets. La gran horquilla en esta estimación es una muestra más de la escasa información que hay en esta materia aún, algo que la nueva normativa busca también remediar Pese a su “impacto adverso en el medio ambiente, el clima, la economía y hasta potencialmente en la salud humana”, hasta ahora la UE no contaba con reglas específicas sobre la pérdida de estos microplásticos.

El transporte marítimo, clave en la prevención

En 2022, el transporte marítimo fue el responsable, siempre según los datos de Bruselas, de alrededor del 38% de todos los pellets transportados en la UE. Pero uno de los problemas con que se topó la normativa cuando empezó a reclamarse la incorporación en la misma del transporte marítimo es la cuestión de la territorialidad de las aguas. De ahí que la normativa europea lo que hace es basarse en las recomendaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI), que pasarán a ser de obligado cumplimiento para los barcos que quieran cargar o descargar en puertos comunitarios. De esta manera, aunque en principio la norma solo puede aplicarse dentro de la UE, se espera que se incite a otras regiones del mundo a adquirir también mejores prácticas en vista de que, de todos modos, tendrán que aplicarlas para cuando lleguen a un puerto europeo. Se trata de garantizar unas “condiciones de competencia equitativa entre los transportistas de la UE y los de fuera”, ha subrayado el Consejo.

No obstante, en el caso del transporte marítimo, los Estados han decidido retrasar un año su implementación respecto del resto del reglamento “para facilitar el cumplimiento” de las nuevas normas. También un compromiso de adaptar la normativa si la OMI finalmente adopta medidas respecto de la contaminación marítima por pellets de plástico procedentes de barcos.

El reglamento (que, a diferencia de una directiva, se aplica directamente a todos los Estados miembros) se dirige a todas las etapas de la cadena de suministro de los operadores económicos que manipulen granza de plástico en cantidades superiores a cinco toneladas en la UE, así como a los transportistas, tanto del espacio comunitario como extracomunitarios, que trasladen estos microplásticos en territorio europeo. Los Estados han incluido además en la normativa a las empresas encargadas de la limpieza de contenedores y cisternas de pellets, así como a los “expedidores, operadores, agentes y capitanes” de buques aptos para la navegación marítima que zarpen de un puerto de un Estado miembro o hagan escala en él.

Las autoridades nacionales deberán por su parte llevar a cabo inspecciones medioambientales y adoptar otras medidas de verificación como parte de un “enfoque basado en el riesgo”. Los operadores de mayor tamaño deberán en este sentido obtener un certificado de conformidad expedido por terceros independientes. De hecho, todas las empresas (salvo las microempresas) que manipulen más de mil toneladas al año estarán sujetas a esa obligación, mientras las que estén por debajo de ese volumen deberán expedir una declaración responsable de conformidad.

Mientras los ministros de Medio Ambiente aprobaban en Bruselas su propuesta sobre pellets, en Estrasburgo, los eurodiputados han dado a su vez el visto bueno final a la postergación durante un año, hasta el 30 de diciembre de 2025, de la aplicación de la pionera ley de deforestación, que prevé cerrar el mercado europeo a productos como el café, el cacao o la madera que procedan de tierras deforestadas. Se cierra así el intento del Partido Popular Europeo (PPE), aliado con los grupos más ultras, de intentar vaciar de contenido la normativa introduciendo varias enmiendas durante la negociación del aplazamiento, una iniciativa que cortaron de raíz los Estados al rechazar los cambios propuestos. Para que el retraso de un año pueda entrar en vigor, el texto acordado debe ser refrendado por el Consejo (algo que se espera sea inmediato) y publicado en el Diario Oficial de la UE antes de finales de este año.

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