Tres linces mueren atropellados en cinco días en las carreteras andaluzas

Ecologistas en Acción demanda a la Junta medidas más eficaces para controlar la velocidad y señalizar los puntos negros de la comunidad, donde ya han fallecido 41 ejemplares desde febrero

Lince atropellado en una carretera andaluza./ ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

En los últimos cinco días han fallecido tres linces en las carreteras andaluzas. Dos el pasado domingo, uno en las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana (en el camino asfaltado que une Villamanrique con Hato Ratón, en Sevilla) y otro en la Sierra Morena (en la provincia de Jaén). El último fue atropellado este miércoles en la A-6106 en el municipio jiennense de La Carolina. Ecologistas en Acción insiste en exigir a la Junta medidas efectivas para limitar el control de velocidad y mejorar las señalizaciones para evitar los atropellos de este felino en la comunidad, que han acabado con la vida de 41 ejemplares desde febrero, según el recuento de la ONG, que disminuye a 34 según las cifras que ofrece el Gobierno autónomo.

“La mitad de los linces ibéricos que mueren por atropello, lo hacen en carreteras andaluzas”, indica Juan Romero, portavoz de Ecologistas en Acción. La entidad lleva meses alertando sobre esta circunstancia, exigiendo a la Junta de Andalucía que adopte medidas para corregir todos los puntos negros, que ya se encuentran identificados, señalizarlos y limitar la velocidad en esos pasos. Desde la ONG se insta a la Junta a que actúe de manera eficaz sobre la red regional de carreteras para facilitar el paso de los animales y reforzar la seguridad vial, y propone revisar y adecuar la señalización a las características de la vía, pero también a la fauna que habita en la zona para evitar espantar a los animales. También insiste en que se adopten actividades de concienciación ciudadana, que se apliquen sanciones a los infractores y que la Junta sea “transparente” a la hora de informar sobre los atropellos de linces.

Fuentes de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente consultadas por este diario defienden el trabajo del Gobierno andaluz en la disminución de la mortalidad no natural del lince como atropellos y otras causas y destacan entre las medidas pioneras para reducirlos la instalación del sistema de prevención de atropellos AVC-PS (Prevention of Animal-Vehicle Collisions). Se trata, explican, de un dispositivo único para evitar estos accidentes compuesto por un conjunto de sensores infrarrojos y una cámara térmica que registra la presencia del animal y que, cuando se sitúa cerca de un vehículo, activa una señal de alerta para los conductores, invitándolos a frenar a una velocidad aceptable. Simultáneamente, un sensor de radar mide si el coche se ralentiza. Si no lo hace, el radar envía una señal a la unidad de control y activa un dispositivo acústico con el objetivo de ahuyentar los animales.

Desde la Junta de Andalucía se hace hincapié, además, en la disminución de atropellos de linces respecto del año anterior. En 2023, según las cifras ofrecidas por las fuentes consultadas, la tasa de muertes por este motivo entre 1 de enero al 30 de septiembre fue de 50 muertes por atropello, un 6,6%, mientras que en ese mismo periodo, en 2024, se han contabilizado 34, un 4,2%.

Los datos que maneja Ecologistas en Acción —”reales y de fuentes muy fiables”, asegura Romero— son más altos y abarcan un periodo inferior (ocho meses, en lugar de nueve). Desde febrero han contabilizado 40 linces fallecidos en las carreteras de la comunidad (sin contar el hallado muerto este miércoles), la mayoría, 12, en la comarca de Doñana y el resto, 28, en la Sierra Morena, en las provincias de Córdoba, Jaén y Granada. Solo en el mes de septiembre, ocho ejemplares han sido atropellados en la provincia jiennense. En estos ocho meses también han muerto otros tres linces por furtivismo.

Para Ecologistas en Acción, no poner el énfasis en la seguridad de este felino en las carreteras andaluzas pone en riesgo la recuperación del lince y el hecho que haya dejado de ser considerado una especie en peligro de extinción. “Esa rebaja en la categoría se debe al incremento de animales en los últimos 20 años gracias a proyectos de reintroducción y cría en cautividad, pero ignora el incremento de muertes debidas a las infraestructuras y a la actividad humana”, abunda Romero, que critica que la Junta solo informe de los proyectos y los hitos positivos en materia de conservación, pero no lo haga cuando se producen atropellos. Las fuentes consultadas sostienen que en la situación actual los atropellos no comprometen la evolución de la población de linces, aunque insisten en que es esencial “no bajar la guardia”, porque “aunque el número de estos felinos ha aumentado, el estatus “vulnerable” implica que todavía hay riesgos importantes para la supervivencia de la especie”.

Para el ecologista, con esta estrategia de la administración andaluza, que tilda de “labor parcial de transparencia”, se pone sordina a la necesidad de concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de una conducción responsable. Romero también sostiene que el hecho de que desde 2014 la responsabilidad de los accidentes de tráfico en los que muere un animal sea del conductor puede ser el motivo de que haya disminuido el número de informes oficiales de estos incidentes, porque quien va al volante no los reporta.

Ecologistas en Acción adelanta que pedirá a la Unión Europea que realice una auditoría independiente sobre las medidas que se adoptan para mejorar la seguridad vial y reducir los atropellos de los animales y que están financiadas con fondos europeos. “Andalucía ha invertido y está invirtiendo actualmente varias decenas de millones de euros, sumando fondos propios, en los proyectos LifeIberlince, Life Safe-Crossing y Life Lynxconnect”, recuerda Romero, en referencia a unos programas establecidos para conservar la especie, aumentar la conectividad territorial e incrementar la sensibilización social para su preservación y disminuir las causas de muerte.

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