Al menos 36 muertos en un incendio avivado por los vientos de un huracán en áreas turísticas de Hawái

El fuego “sin precedentes” obligó a varias personas a echarse al mar para huir de las llamas en la isla de Maui

Una iglesia arde a causa de los incendios forestales en Lahaina, en la isla de Maui, el 8 de agosto.Foto: MATTHEW THAYER (AP) | REUTERS/AP
Washington -

Arde el paraíso. Unos incendios “sin precedentes”, avivados por los vientos del huracán Dora -que pasaba a cientos de kilómetros-, unas condiciones climáticas muy áridas y una vegetación seca, han arrasado parte del archipiélago estadounidense de Hawái, donde han dejado al menos 36 muertos, diversos heridos y desaparecidos, y han forzado la...

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Arde el paraíso. Unos incendios “sin precedentes”, avivados por los vientos del huracán Dora -que pasaba a cientos de kilómetros-, unas condiciones climáticas muy áridas y una vegetación seca, han arrasado parte del archipiélago estadounidense de Hawái, donde han dejado al menos 36 muertos, diversos heridos y desaparecidos, y han forzado la evacuación de decenas de miles de personas. Miles de turistas quedaron atrapados y una ciudad —Lahaina, en la isla de Maui— ha quedado reducida a cenizas. El fuego avanzó con tal rapidez que obligó a algunas personas a saltar al mar para escapar de las llamas.

“Se ha confirmado que hemos tenido seis víctimas mortales”, ha declarado Richard Bissen, el alcalde de la turística Maui, la tercera isla más poblada del archipiélago, con 117.000 residentes, y la más afectada por el fuego. El recuento de víctima hasta el momento ha elevado el número a 36, según ha adelantado The New York Times. Las tareas de búsqueda y rescate continúan, sin que hasta el momento se conozca por completo el alcance de los daños: los servicios de telefonía móvil se encuentran interrumpidos, lo que dificulta las comunicaciones y los avisos de emergencia. El fuerte viento complicaba que los helicópteros pudieran verter agua para sofocar el agua.

El fuego ha consumido viviendas y negocios en la Isla Grande, la mayor del archipiélago, y en Maui. En esta idílica isla, visitada cada año por cientos de miles de turistas, las llamas han cerrado carreteras y escuelas y han obligado a movilizar a la Guardia Nacional para asistir en las tareas de rescate y lucha contra el fuego.

La histórica ciudad de Lahaina, antigua capital del archipiélago con raíces en el siglo XVIII, otrora pujante centro ballenero y ahora importante centro turístico, es el punto más afectado. Buena parte de su núcleo urbano “ha ardido casi por completo hasta los cimientos”, según tuiteaba el senador hawaiano Brian Schatz. Su casco antiguo, un pintoresco conjunto de edificios de madera repleto de comercios y restaurantes a la orilla del mar, había quedado reducido a meras cenizas. Los videos colgados por sus residentes mostraban vehículos carbonizados, palmeras consumidas y meros vacíos donde hasta el martes hubo edificios.

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“Los edificios en ambos lados de la calle estaban atrapados por las llamas. En ese momento no había coches de bomberos, creo que el departamento estaba desbordado”, ha declarado al digital Honolulu Civil Beat Alan Dickar, propietario de varias casas en el centro de Lahaina y de un establecimiento de pósters antiguos en Front Street, que se vio obligado a evacuar la localidad.

El fuego en Maui no se limitaba a Lahaina. Los servicios de emergencia también combatían otros focos en Kula, en la ladera del volcán Haleakala -la montaña de más de 3.000 metros de altura que domina el sur de la isla-, y habían organizado refugios para acoger a los evacuados de las poblaciones en la zona afectada. El aeropuerto de la capital, Kahului, acogía a más de 2.000 viajeros cuyos vuelos de salida habían sido cancelados o que acababan de llegar y no podían continuar el trayecto hacia sus hoteles o residencias.

“La gente local lo ha perdido todo”, declaraba en rueda de prensa el director de desarrollo económico y turismo de Maui, James Kunane Tokioka. “Su casa, sus animales. Es terrible”. En Lahaina, al menos una docena de personas se echaron al mar para huir del fuego y tuvieron que ser rescatadas por el servicio de Guardacostas.

Humo de los incendios forestales en Lahaina, Hawái.DUSTIN JOHNSON (via REUTERS)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha enviado sus condolencias a las familias de los afectados y pedido a los residentes en las zonas afectadas que obedezcan las órdenes de evacuación, según un comunicado de la Casa Blanca. El presidente, de gira por el sureste del país para promover su programa económico, ha dado instrucciones de que los recursos federales en el estado se utilicen para responder a la catástrofe.

Además de los vientos traídos por Dora que ―no pasará por las islas—, el fuego se ha visto ayudado por la falta de lluvias este año, que ha secado la vegetación y la ha convertido en alimento para las llamas. Una tercera parte del territorio de Maui se encuentra bajo condiciones de sequía moderada o grave. Un fenómeno que los científicos advierten que va en aumento y que el archipiélago registra cada vez más días secos seguidos como resultado del cambio climático.

“Nunca nos imaginamos en este estado que un huracán que no ha tocado tierra en nuestras islas fuera a desencadenar este tipo de incendios descontrolados. Incendios que se han llevado por delante comunidades, que se han llevado por delante negocios, que han destrozado hogares”, ha apuntado la vicegobernadora hawaiana, Sylvia Luke, en la rueda de prensa.

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