Alemania prohibirá instalar nuevas calderas de gas a partir del año que viene

Berlín destinará miles de millones a subvencionar sistemas de calefacción que funcionen al menos en un 65% con energías renovables

Instalación de un sistema de bomba de calor aire-agua en una nueva urbanización de Marl, Alemania, el 4 de abril.Martin Meissner (AP)

Alemania acaba de iniciar su particular guerra contra las omnipresentes calderas de gas, el método con el que casi la mitad de sus 84 millones de habitantes calientan sus casas. La guerra en Ucrania ha dado nuevo brío al impulso para limitar el uso de combustibles fósiles en un país que hasta hace poco más de un año confiaba ciegamente en la llegada del gas barato ruso. El Consejo de Ministros aprobó este miércoles un proyecto de ley que prohíbe instalar nuevos sistemas de cal...

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Alemania acaba de iniciar su particular guerra contra las omnipresentes calderas de gas, el método con el que casi la mitad de sus 84 millones de habitantes calientan sus casas. La guerra en Ucrania ha dado nuevo brío al impulso para limitar el uso de combustibles fósiles en un país que hasta hace poco más de un año confiaba ciegamente en la llegada del gas barato ruso. El Consejo de Ministros aprobó este miércoles un proyecto de ley que prohíbe instalar nuevos sistemas de calefacción de gas, gasóleo y carbón a partir de 2024.

Lo inminente de su entrada en vigor y el miedo al coste que puede suponer para los hogares más vulnerables ha generado una gran polémica en Alemania. La preocupación cunde entre los propietarios porque los sistemas de bomba de calor son mucho más caros y todavía no se han concretado las subvenciones anunciadas por el ministro de Economía y Clima, el verde Robert Habeck.

Con esta ley, que plantea que el 65% de los sistemas de calefacción de nueva instalación funcionen el año que viene a base de energías renovables, Alemania se adelanta a las intenciones de la Unión Europea. Berlín va bastante más allá de la normativa que se está tramitando el Bruselas y que por ahora contempla que el fin de la calefacción alimentada con combustibles fósiles llegue en 2035.

Una encuesta reciente de la consultora CO2online muestra que entre los propietarios reina la incertidumbre. A pocos meses de la entrada en vigor de la ley, que ahora deberá debatirse en el Bundestag, los alemanes no saben qué opciones tienen y cómo podrán costearlas. La instalación de los nuevos sistemas será obligatoria tanto en edificios nuevos como en los antiguos. “Cunde la preocupación”, resume la directora de la consultora, Tania Loitz.

La coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que gobierna en Alemania acordó el mes pasado dar vía libre a la propuesta de los ecologistas, que a cambio cedieron ante los liberales en cuestiones como la construcción de nuevos tramos de autopistas. El sector verde del Ejecutivo impulsa con decisión el plan alemán de alcanzar la neutralidad climática en 2045 (cinco años antes de lo que se plantea la UE).

Para ello, el sector de la construcción es clave. El año pasado supuso el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, alrededor de 112 millones de toneladas. Calentar los hogares alemanes supone más del 40% de todo el consumo anual de gas en el país.

La financiación está por perfilar, pero los medios aseguran que el Estado está dispuesto a costear hasta el 50% de la instalación de calefacciones verdes a las familias que lo necesiten. El 30% será la base, pero habrá una especie de bono climático extra, del 20%, para incentivar a quienes sustituyan su caldera antes de tiempo. Por ejemplo, a los propietarios de calefacciones de carbón, gasoil o gas que tienen más de 30 años pero aún no necesitan ser reemplazadas porque todavía funcionan bien.

Aunque el grueso del presupuesto se destinará a las personas de bajos ingresos, el Ministerio de Economía y Clima ha previsto también líneas de préstamos a bajo interés independientemente de la renta familiar, anunció este miércoles Habeck. No está claro cuánto le acabará costando al erario el esfuerzo, pero se estima en varios miles de millones de euros cada año.

“Suma manejable”

El dinero saldrá del fondo para el clima y la transformación con el que Alemania facilita las inversiones para descarbonizar su economía, es decir, no afecta al presupuesto. Esta era una de las condiciones que había puesto el líder de los liberales y ministro de Finanzas, Christian Lindner, para ceder a la pretensión de los verdes. La suma final es “manejable”, dijo Habeck, aunque el líder de los socialdemócratas, Lars Klingbeil, había reconocido previamente: “Vamos a gastar una enorme cantidad de dinero en promover la sustitución de las calefacciones”.

Los alemanes han recibido el cambio con escepticismo. Un 78% dijo estar en contra, según una encuesta de Forsa de este mismo miércoles para las televisiones ntv y RTL. El 62% creen que la factura de la calefacción aumentará tras el cambio a las energías renovables.

El Gobierno ha previsto algunas excepciones, como para los propietarios de más de 80 años de bajos ingresos y las calefacciones de gas que estén preparadas para funcionar con hidrógeno en el futuro, y contempla multas de hasta 5.000 euros para quienes infrinjan la ley.

Las calderas de gas, gasóleo o carbón quedarán completamente prohibidas en 2045, a tiempo para cumplir el objetivo de Alemania de tener una economía completamente neutra en carbono. Ahora, más del 80% de la demanda de calefacción del país se satisface con combustibles fósiles.

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