Tejones contra trenes: las madrigueras amenazan la red de ferrocarriles de Países Bajos

Los túneles trazados por los mustélidos, una especie protegida, han paralizado el tráfico en Brabante y Frisia para evitar hundimientos al paso de los vagones

Dos viajeros revisan sus móviles en la Estación Central de Utrecht (Países Bajos), el 10 de noviembre de 2022.Jeroen Jumelet (efe)

La habilidad del tejón (Meles meles) para construir madrigueras ha puesto en jaque a los ferrocarriles holandeses. De la familia de los mustélidos y parientes de nutrias y comadrejas, su presencia no es nueva en Países Bajos: es una especie protegida que suma unos 7.000 ejemplares. Sin embargo, la red de túneles que han cavado bajo las vías ha obligado a paralizar el tráfico en un tramo de la provincia de Frisia, situada al noreste. A finales de mar...

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La habilidad del tejón (Meles meles) para construir madrigueras ha puesto en jaque a los ferrocarriles holandeses. De la familia de los mustélidos y parientes de nutrias y comadrejas, su presencia no es nueva en Países Bajos: es una especie protegida que suma unos 7.000 ejemplares. Sin embargo, la red de túneles que han cavado bajo las vías ha obligado a paralizar el tráfico en un tramo de la provincia de Frisia, situada al noreste. A finales de marzo, ocurrió lo mismo en Brabante, al sur, y hubo que detener el paso de los trenes durante unos días para facilitar la mudanza de los mamíferos a otros lugares. ProRail, la empresa encargada del mantenimiento de la red ferroviaria, calcula que hay tejones en al menos 40 puntos del trazado nacional que pueden comprometer la seguridad del tráfico. El reto consiste en ofrecerles cubiles alternativos para que no regresen a las líneas férreas.

En Brabante, en la ruta que une las ciudades de Den Bosch y Eindhoven, fue preciso actuar con diligencia porque los trenes transportan a unas 50.000 personas diarias en los tramos afectados. Cuatro o cinco tejones habían excavado allí, bajo el terraplén del ferrocarril, y hubo que bloquear su regreso a las madrigueras a base de trampillas. Como tenían vías naturales de escape, marcharon por su cuenta y no hizo falta crear una guarida artificial. Una vez sellados los túneles, se colocó una malla a prueba de excavaciones y el servicio pudo reanudarse el 29 de marzo. Si bien cada caso es distinto, en algunos lugares es posible instalar una tubería como las del alcantarillado como paso seguro bajo el tren. Si no, se ofrece una tejonera en forma de montículo con vegetación, y con alimento cercano, para evitar excavaciones peligrosas. Cuando todo falla, llevarlos a otro lugar es la solución.

En Frisia, donde existían tantos túneles subterráneos como para haber hundido las vías, los tejones no tenían otro lugar a donde ir. La madriguera, también de unos cinco ejemplares, era mucho más profunda y las autoridades tuvieron que evitar que estos animales se trasladaran al dique de defensa contra las inundaciones, situado a unos pocos metros de su guarida. Para ello, se ha creado un hábitat alternativo, cercano al original. Es una réplica de los suyos, pero como ya no podrán cavar donde solían, hace falta cierto tiempo para que lo acepten. De ahí que el conjunto de los trabajos deba prolongarse al menos hasta el 23 de abril entre las localidades de Workum y Stavoren. Están a unos 18 kilómetros y hay línea de autobús.

De cuerpo alargado y patas cortas y fuertes, los tejones adultos miden unos 80 centímetros y pesan hasta 16 kilos. Es un animal muy sociable, con unas reconocibles franjas negras sobre su cabeza blanca, y pasa gran parte de su vida bajo tierra. Los túneles que cava pueden tener un diámetro de 30 centímetros, y las cámaras internas de la madriguera alcanzan unos 50 centímetros de altura. Hay una cámara principal, acolchada con restos vegetales, una secundaria para la crianza, sistemas de ventilación y de escape en caso de peligro, y una cámara destinada para defecar, conocida como retrete. “Toda esa red puede provocar hundimientos en las vías, y hace cuatro años ya advertimos a las autoridades ferroviarias y de carreteras de que buscaran una alternativa. Los responsables de la gestión de los diques reaccionaron enseguida. Los otros, no tanto”, explica Jaap Dirkmaat, fundador de Das & Boom (tejón y árbol) una fundación especializada en su protección y la de su hábitat. Sus expertos asesoran en el realojo de mamífero, que debe hacerse con permiso del Gobierno y bajo la supervisión de ecologistas y veterinarios. La habilidad de los tejones para hurgar en la tierra con el hocico es notoria, y Dirkmaat ha comprobado que “han llegado a desplazar entre tres y cuatro metros cúbicos de arena en una sola noche; multiplique eso a lo largo de los años”.

ProRail ha colgado en su página web un relato detallado de la situación, tanto en Brabante como en Frisia, donde asegura que “evalúan los riesgos de todos estos lugares y se les está dando prioridad”. Por otro lado, recuerdan que “intervenir en la vida y el entorno del tejón requiere de un permiso oficial, y tiene que haber un plan fundamentado en observaciones sobre el terreno realizadas a lo largo de meses, e incluso años”. Respecto al caso frisio, ProRail indica que los trabajos implican la retirada de “unos 150 metros de vía y balasto, la capa de grava que se tiende sobre la plataforma de las vías férreas para sujetar sobre ella las traviesas”. Si encuentran tejones en las madrigueras porque no salen solos, el veterinario debe anestesiarlos para luego trasladarlos a un refugio temporal. Si no, la tejonera artificial está ya preparada.

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1.500 atropellos en 2022

A principios del siglo XX había unos 12.000 ejemplares en Países Bajos. La población se redujo a 1.200 debido a la caza, pero se ha ido recuperando desde que se introdujo un plan de protección en los años ochenta. Dirkmaat asegura que los adultos pueden ser feroces y no tienen enemigos, aunque los lobos y los zorros sí pueden llevarse a las crías. “El mayor peligro es el tráfico, y en 2022 murieron atropellados unos 1.500″, dice. Los tejones son omnívoros y pueden comer desde pequeños reptiles y lombrices, a frutas, plantas y larvas, que desentierran. Viven en grupos de hasta 12 miembros, y se aparean entre la primavera y el verano. La hembra puede guardar el óvulo fecundado durante varios meses, en lo que se denomina implantación retardada, hasta que las condiciones ambientales sean propicias. La gestación dura 65 días y tienen de dos a seis crías.

En Europa, la protección de estos mustélidos difiere según los países. En Reino Unido, solo se les puede cazar con licencia y cuando se teme que puedan transmitir tuberculosis al ganado vacuno doméstico, según fuentes de Das&Boom. En Alemania, la situación varía en los estados federados (los länder). Lo mismo ocurre por territorios en Francia, Bélgica, Italia y Bélgica. En Países Bajos, “hay un presupuesto de nueve millones anuales de euros para apartar a los animales del tráfico, no solo a los tejones”, según la misma fundación holandesa. Los ingenieros abren túneles o tienden puentes alternativos para que los animales puedan encontrar alimento.

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