La temperatura media de los océanos bate su récord desde que hay registros oficiales, hace 40 años
“Estamos entrando en una frontera climática desconocida”, explica el meteorólogo Francisco Martín León
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha constatado que la temperatura media de los mares y océanos ha batido en abril su récord desde que hay registros oficiales, hace más de cuatro décadas: 21,1°C. “Estamos entrando en un territorio climático y meteorológico desconocido y superando unas fronteras que nunca se habían sobrepasado”, explica Francisco Martín León, meteorólogo y divulgador. La última vez que se alcanzaron temperaturas semejantes —hace siete años— estuvieron impulsada...
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha constatado que la temperatura media de los mares y océanos ha batido en abril su récord desde que hay registros oficiales, hace más de cuatro décadas: 21,1°C. “Estamos entrando en un territorio climático y meteorológico desconocido y superando unas fronteras que nunca se habían sobrepasado”, explica Francisco Martín León, meteorólogo y divulgador. La última vez que se alcanzaron temperaturas semejantes —hace siete años— estuvieron impulsadas por el fenómeno de El Niño, que cíclicamente calienta las aguas del Pacífico tropical, mientras que en esta ocasión estamos en un periodo climático neutro, con lo que la causa apunta al calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde 1981, la NOAA observa el comportamiento de las aguas abiertas de la Tierra a través de satélites, boyas y barcos y estima la temperatura superficial de mares y océanos (SST, por sus siglas en inglés). Aunque se trata de un periodo relativamente breve en lo climático, son los datos más fiables sobre el tema. Las mediciones preliminares del organismo muestran que el pasado 5 de abril se superaron los 21 grados en los mares entre 60 grados norte y 60 grados sur, es decir, todos salvo los polos.
Los océanos están sometidos a dos fenómenos climáticos cíclicos naturales, cambiantes y contrapuestos: El Niño, que calienta las aguas del Pacífico tropical, y La Niña, que las enfría. Tres años de La Niña en ese océano han contribuido a reducir las temperaturas y a amortiguar el efecto del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). “En 2016 hubo una fase cálida con anomalías positivas, que se denominó el Superniño, que contribuyó tanto a la subida de las temperaturas que se alcanzó el último récord. Sin embargo, en estos momentos acaba de terminar La Niña, lo que quiere decir que aun estando en una fase neutral en el Pacífico tropical se están superando todos los registros modernos”, señala Martín León.
Según el físico, que durante más de tres décadas trabajó en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), “el calentamiento global de origen antropogénico se está almacenando en las aguas marinas. Entre el 80% y 90% de la energía sobrante va a parar a los océanos. Por eso los mares también están padeciendo olas de calor, y como resultado estamos teniendo temperaturas anormalmente altas en estas fechas también en el Atlántico norte y en el Mediterráneo”. De hecho, el Atlántico norte ha superado los 22 grados, algo inusual en plena primavera, mientras que el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) también ha alertado de mediciones excepcionalmente cálidas en el mar que bordea la península Ibérica.
“Los océanos entran en territorio desconocido”, ha explicado en su cuenta de Twitter Juan Jesús González Alemán, meteorólogo superior del Estado en la Aemet. “En su tendencia alcista de calentamiento de las últimas decenas de años, en esta última semana han superado la barrera de los 21ºC de temperatura superficial a nivel global. Algo nunca visto desde que hay registros [...] Algo muy llamativo es lo que está sucediendo en el Atlántico norte, donde ya llevamos un mes de calentamiento récord”, ha añadido.
En este sentido, Martín León —también colaborador de Meteored— considera que “el ser humano está dopando la atmósfera y los océanos con la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), y eso tiene consecuencias sobre el sistema meteorológico”. Por eso, cuando llegue el próximo Niño, previsiblemente durante el próximo verano, se esperan temperaturas aún más altas en los mares. “El problema es que los gases de efecto invernadero ya tienen efectos más intensos que El Niño o La Niña. Antes, cuando había una fase de La Niña, se notaba un cierto enfriamiento de la temperatura terrestre, pero cada vez es menos notable”.
El calentamiento de los mares hace que estos generen más vapor de agua y esto tiene efectos sobre la meteorología: en estas condiciones, si entran un frente, una borrasca o una DANA, es muy probable que produzcan precipitaciones muy intensas. A más calor en las aguas, más probabilidad de que se generen fenómenos metereológicos extremos. Además, estas condiciones aumentan el estrés térmico de los animales marinos, lo que puede afectar a la cadena trófica y, en último extremo, a la alimentación humana.
El segundo marzo más cálido en España del siglo XXI
El mes de marzo de 2023 ha sido el segundo marzo más cálido y más seco del siglo XXI en España, según los datos publicados este lunes por la Aemet. Excepto la primera semana del mes, las temperaturas superaron los valores normales durante todo el periodo, lo que dio lugar a una temperatura media 1,8 grados centígrados por encima de la media de las últimas dos décadas y apenas llovió el 36% de lo normal.
El análisis del organismo estatal señala que se rozaron los 38ºC en Canarias y que salvo en Galicia, suroeste de Castilla y León y Extremadura, así como en Baleares y Canarias, el mes fue seco o muy seco. De hecho, este marzo también ha sido el tercero más cálido y el sexto más seco desde que comenzó la serie histórica hace 62 años, según ha indicado el portavoz de Aemet, Rubén del Campo.
El balance explica que la temperatura media en la Península fue de 11,6ºC, una cifra que queda 1,8ºC por encima del valor medio normal según el periodo de referencia 1991-2020. Por zonas, fue muy cálido en la mayor parte de la España peninsular; extremadamente cálido en algunos puntos del Cantábrico y del este, y cálido en puntos del tercio oeste. En Baleares tuvo carácter muy cálido, mientras que en Canarias resultó muy cálido o extremadamente cálido.
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