Se buscan palomas mensajeras extraviadas en una carrera por culpa de las tormentas
El temporal en la costa atlántica durante una competición en Portugal empujó fuera de su ruta a numerosas de estas aves, que están siendo rescatadas en Galicia y Asturias
Han aparecido ya decenas y pueden ser cientos, porque el jueves todavía no había noticias de cerca de un 30% de las 10.000 atletas de altos vuelos que el pasado fin de semana medían su velocidad en la carrera Algarve-Oporto, en Portugal. Muchas de estas palomas mensajeras señaladas con una anilla de color en cada pata están siendo rescatadas en Galicia e incluso Asturias, después de ser desplazadas de su ruta y acabar desorientadas por las intensas tormentas que azotan la costa atlántica de la península Ibérica desde poco después de su partida.
Las primeras dos palomas perdidas de las q...
Han aparecido ya decenas y pueden ser cientos, porque el jueves todavía no había noticias de cerca de un 30% de las 10.000 atletas de altos vuelos que el pasado fin de semana medían su velocidad en la carrera Algarve-Oporto, en Portugal. Muchas de estas palomas mensajeras señaladas con una anilla de color en cada pata están siendo rescatadas en Galicia e incluso Asturias, después de ser desplazadas de su ruta y acabar desorientadas por las intensas tormentas que azotan la costa atlántica de la península Ibérica desde poco después de su partida.
Las primeras dos palomas perdidas de las que se tuvo noticia llegaron a la casa de Enrique García, un policía local de Vigo y colombófilo, que tiene 120 ejemplares propios. Todos los días, al volver de su turno laboral, las entrena durante dos horas. “Cuando regresaban a mi palomar, vi que con las mías volaban otras cinco, y dos de ellas se decidieron a bajar”, cuenta. Al llegar comprobó que tenían distintivo de Portugal. Estaban hambrientas y exhaustas y siguieron a sus palomas en busca de comida y cobijo. García se puso en contacto con la Federación Portuguesa de Colombofilia y las dos aves mensajeras han regresado ya a sus palomares en la zona de Oporto. Pero, a continuación, arribaron a casa del agente municipal otras dos. Y luego una más. El jueves tenía localizadas nueve, “cada una de un criador distinto” de Portugal.
La policía hizo pública la noticia y desde entonces el teléfono de la jefatura, en los bajos del Ayuntamiento de Vigo, no ha dejado de sonar. Tanto el cuerpo local como la Federación Columbófila Galega o alguno de los 40 clubes locales que existen en la comunidad pueden recoger a domicilio estas aves deportistas que están tomando tierra con sus poderosos músculos de la quilla consumidos por tantos días de vuelo. Si la competición cubría una ruta de 300 kilómetros, siguiendo la línea costera desde el Algarve hasta Oporto, las que llegaron a Vigo recorrieron unos 500.
Las llamadas de alerta por la localización de palomas portuguesas proceden cada vez de lugares más remotos. De momento, han aparecido más de medio centenar en los ayuntamientos gallegos de Mos, Mondariz, Oia y Santiago, alguno de la costa de Lugo e incluso Asturias. “Una que llegó a Ourense no va a sobrevivir porque debió de llevar un golpe”, lamenta García, que a primera hora de este viernes ya había recibido siete nuevas llamadas a través del teléfono de la policía municipal. Los colombófilos que perdieron aves (algún criador portugués ha extraviado prácticamente todas las que llevó a la prueba deportiva) creen que estas pueden llegar a aparecer en el interior de España. Su cansancio les impide volar y es fácil capturarlas para darles agua y maíz.
El domingo por la tarde viajarán al sur de Galicia el secretario y otros representantes de la Federación Portuguesa para recoger todos los animales que hayan podido ser rescatados. Estas aves se distinguen por las anillas: la primera con una inscripción que da fe de su fecha de nacimiento y de su origen portugués, y la segunda con un microchip identificativo que en las competiciones deportivas sirve para registrar el momento del despegue y la llegada a su palomar como meta de la carrera. En Portugal, la colombofilia se considera el segundo deporte nacional en número de aficionados y el primero que más crece, gracias a su fomento en los propios centros educativos.
Los derbis lusos son citas internacionales con miles de participantes en las que el simple trámite de inscribir un pichón puede costar hasta 300 euros. Se celebran subastas de pombos (palomas) y borrachos (pichones) y hay webs especializadas en las que las pujas de animales con linaje puede llegar a alcanzar los 3.000 o 4.000 euros. Aunque este precio parece pequeño si se compara con las ventas registradas en otros países europeos en los que hay apuestas en torno a los torneos, como Holanda y Bélgica.
En 2020, la paloma belga New Kim, una mensajera de dos años y medio con un largo palmarés de victorias en pruebas de media y larga distancia, se convirtió en la más cara del mundo, al adjudicarse por 1,6 millones de euros a un colombófilo de China (el país con más coleccionistas dispuestos a desembolsar cantidades estratosféricas por estos animales). New Kim, subastada por la casa especializada Pipa Piegon Paradise, pulverizó el récord de su compatriota Armando, un palomo para la cría de nuevas aves deportistas que en 2019 fue adquirido por otro aficionado chino al precio de 1,25 millones.
En todas las competiciones de palomas mensajeras, explica el policía y colombicultor vigués, suele haber pérdidas y retrasos de dos o tres días. Estas competidoras de élite pueden recorrer incluso más de 50 kilómetros por hora. De tal manera que en la última prueba con salida en Puebla de Sanabria (Zamora), “en dos horas ya estaban llegando” aves a su destino en Galicia, y en otra carrera desde Zaragoza, que comenzó a las 7.15 de la mañana, las aves salvaron la distancia en una media de nueve horas. Las pérdidas suelen deberse a golpes, o al fatídico encuentro de una paloma mensajera “con un halcón o un azor”. “Lo que ha pasado en Portugal es raro”, concluye García, y solo se explica por la irrupción de unas tormentas que arrastraron a las palomas fuera de su ruta y que han continuado toda la semana provocando destrozos en cosechas del interior de Galicia por el granizo y las inundaciones.
Algunas de las palomas lusas se han presentado ya en el Camino de Santiago. Varias han sido interceptadas en la zona montañosa de Pedrafita do Cebreiro y O Courel, y una entró a buscar alimento al bar Aira do Camiño, en Fillobal (Triacastela, Lugo). Balbino Álvarez y Rosa Testa, los dueños del negocio, comprobaron que tenía una herida en un ala y la trataron con “Betadine diluído y Blastoestimulina”, y la paloma portuguesa enseguida recuperó la capacidad de volar. “Alguien nos dijo que la soltáramos, que ella sola volvería a su palomar en Ermesinde”, en el distrito de Oporto, “pero en un rato estaba aquí de vuelta”. El hostelero ha avisado a la federación gallega y ya está en contacto con el propietario del ave para devolverla a casa. Mientras aguarda, la paloma se ha encariñado con una bola de billar blanca que la pareja ha metido, a modo de huevo, dentro de un nido recogido hace tiempo “como adorno”. “Le gusta el sitio para descansar”, asegura Balbino Álvarez.
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