Puerto de Navacerrada: la recuperación de un compromiso con la sierra de Guadarrama
Ha llegado la hora de apostar por un futuro sostenible en el puerto. Recuperando las mejores prácticas, sacando del cajón las promesas autonómicas de inversión y mantenimiento para la zona
Como muchos madrileños, la primera nieve que conocí, los primeros juegos con el trineo o los esquíes tuvieron el Puerto de Navacerrada como telón de fondo. El tren desde Cercedilla, el Escaparate o el Telégrafo forman parte de nuestra vida. También las pistas de Cotos y Valdesquí, que nuestros padres reservaban para cuando hubiéramos aprendido un poco más. En mis recuerdos infantiles la nieve se mezcla con veranos de sierra en los que todavía se podía subir en coche hasta los merenderos del puerto de la Fuenfría, nadar en la laguna grande de Peñalara o recorrer los Siete Picos por el umbrío y ...
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Como muchos madrileños, la primera nieve que conocí, los primeros juegos con el trineo o los esquíes tuvieron el Puerto de Navacerrada como telón de fondo. El tren desde Cercedilla, el Escaparate o el Telégrafo forman parte de nuestra vida. También las pistas de Cotos y Valdesquí, que nuestros padres reservaban para cuando hubiéramos aprendido un poco más. En mis recuerdos infantiles la nieve se mezcla con veranos de sierra en los que todavía se podía subir en coche hasta los merenderos del puerto de la Fuenfría, nadar en la laguna grande de Peñalara o recorrer los Siete Picos por el umbrío y atractivo camino Schmid.
Años después llegaron la semana blanca, las excursiones al Pirineo o a Sierra Nevada. Y, en paralelo, nos acostumbramos a que los altibajos de nieve en el puerto cada vez dejaban más espacio al senderismo que a los días de nieve. Gracias a una serie de sabias decisiones, la sierra de Guadarrama ha ido recuperando el equilibrio de su disfrute con la protección de una inmensa riqueza natural de la que todos nos beneficiamos. A finales de los setenta se cortó el acceso rodado al puerto de la Fuenfría a la altura de las Dehesas; en los primeros ochenta se prohibió el baño en la laguna y en 1998, el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, rescató la concesión de Valcotos y activó un brillante proceso de restauración ecológica de la antigua estación de esquí.
Nosotros no hemos querido rescatar una concesión vigente, pero sí consolidar ese proceso de recuperación del rico ecosistema serrano con ocasión de la extinción improrrogable en abril de este año de la concesión de uso de 1996.
La decisión de no volver a convocar un concurso para una nueva concesión de explotación de las pistas de esquí en la vertiente segoviana del puerto es algo que ya se planteó 25 años atrás. En aquel momento, con gran polémica, se acabó respaldando una convocatoria con escaso sentido económico y ambiental pero gran simbolismo para todos. La explotación exigía la instalación y uso profuso de cañones de nieve y, a pesar de ello, la disponibilidad real de las pistas esquiables ha ido disminuyendo año a año. Esto no impide el impacto emocional de la noticia. No en vano Navacerrada, junto con La Molina, fueron nuestras pioneras en un tiempo gris en el que esquiar era una bocanada de aire fresco y modernidad.
En estos 25 años las cosas han cambiado mucho. Tras muchos años de esfuerzo de las asociaciones de amigos del Guadarrama, las instituciones acordaron la creación del Parque Nacional. El cambio climático empezó a mostrar su cara en el incremento de las temperaturas medias, la reducción de días de nieve y los cambios en la fenología del área. El futuro del puerto, como el de Cotos, sigue vinculado a naturaleza y deporte; al disfrute y el respeto. Testigos y protagonistas de ese futuro son y deben seguir siendo los vecinos y el tejido social de los tres términos municipales en los que se ubica el puerto —La Granja, en la vertiente norte, y Cercedilla y Navacerrada, en la sur— o las emblemáticas y cálidas fondas que nos acogen, como por ejemplo, Venta Marcelino y Venta Arias, en las cumbres, o Casa Cirilo, las Postas y La Hilaria, en las faldas.
Por ello, creemos que ha llegado la hora de apostar por un futuro sostenible en el puerto. Recuperando las mejores prácticas, sacando del cajón las promesas autonómicas de inversión y mantenimiento para la zona. Los dos gobiernos autonómicos tienen mucho que decir y que aportar. Y este ministerio, sobre la base de sus competencias y la titularidad de parte de los terrenos quiere apostar por una restauración excelente, por las propuestas de usos compatibles de algunos de los edificios, por la consolidación de un tejido empresarial y de disfrute vecinal en torno a la naturaleza y el deporte. En reconocimiento y coherencia con la memoria de nuestros deportistas; profesionales y olímpicos algunos —como los hermanos Fernández Ochoa, o el ciclista segoviano Perico Delgado—, y practicantes amateur tantos otros.
Con convicción, por el futuro de nuestros hijos —deportistas, ecólogos, amantes de la naturaleza, artistas inspirados en el azul y verde del Guadarrama o quienes, simplemente, quieren disfrutar del aire limpio y fresco de nuestra sierra—; por el futuro de nuestros pueblos, su capacidad de innovación y emprendimiento, sus propuestas de ocio alternativo y saludable... Por todo ello, hemos compartido con los integrantes del patronato del Parque Nacional de Guadarrama los ejes de lo que, a la vista de las propuestas recibidas, podría ser el germen del plan de recuperación y restauración del Puerto de Navacerrada. Nada nos gustaría más que contar con todos los amigos del Guadarrama para poder acordarlo y llevarlo a la práctica cuanto antes.
Teresa Ribera es vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
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