La misión espacial Artemis I llega a la Tierra tras 26 días de travesía alrededor de la Luna
La cápsula ‘Orion’, que llevará astronautas al satélite, ameriza en el Pacífico tras alcanzar los 3.000 grados de temperatura al atravesar la atmósfera
La misión espacial Artemis I ya está de vuelta en la Tierra después de 26 días de travesía alrededor de la Luna. Todo según lo previsto por la NASA, la cápsula Orion, que llevará astronautas al satélite en los próximos años, ha amerizado en un punto del océano Pacífico, cerca de la isla de Guadalupe, poco antes de las siete de la tarde (hora peninsular española). Previamente, el módulo de servicio de la nave, que proporciona aire, agu...
La misión espacial Artemis I ya está de vuelta en la Tierra después de 26 días de travesía alrededor de la Luna. Todo según lo previsto por la NASA, la cápsula Orion, que llevará astronautas al satélite en los próximos años, ha amerizado en un punto del océano Pacífico, cerca de la isla de Guadalupe, poco antes de las siete de la tarde (hora peninsular española). Previamente, el módulo de servicio de la nave, que proporciona aire, agua, electricidad, propulsión y control de la temperatura a la cápsula tripulada, se ha separado de la Orion y ha ardido en la atmósfera. El retorno de la nave de la misión Artemis I a la Tierra sucede en una fecha señalada: este domingo se cumplen 50 años de la última vez que dos astronautas — el piloto militar Gene Cernan y el geólogo Harrison Schmitt, de la Apolo 17— pisaron la Luna.
Con la zambullida controlada de Orion en aguas del Pacífico —la NASA ha confirmado que la nave no ha sufrido daños—, culmina el primer paso de la humanidad para volver a la Luna. Punto y seguido. La misión Artemis I ha sido el ensayo clave antes de poner en marcha la gran expedición de este programa espacial: llevar a cuatro tripulantes en un viaje de circunnavegación de la Luna —Artemis II— en 2024 y, un año después, lograr que la primera mujer y la primera persona negra pisen la superficie lunar. A diferencia del programa espacial Apolo, diseñado para poner los pies en la Luna, el programa Artemis —lleva el nombre de la diosa griega hermana gemela del dios Apolo— toma el satélite como un trampolín para su objetivo más ambicioso: enviar una expedición humana a Marte a partir de 2040.
Tras dos intentos fallidos de lanzamiento, a la tercera fue la vencida y la nave de la Artemis I despegó el 16 de noviembre desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (Estados Unidos). El objetivo de esta primera misión espacial era probar el nuevo Sistema de Lanzamiento Espacial de la NASA, el cohete más potente de la historia, con 2.600 toneladas de peso y una altura superior a la de un edificio de 17 plantas. Esta vez, la nave no iba tripulada: a bordo solo viajaban tres maniquíes y dos muñecos de personajes de ficción (el perro Snoopy y la oveja Shaun), que han recorrido más de dos millones de kilómetros sobrevolando la superficie lunar.
Durante su periplo por el espacio, la nave de la Artemis I sufrió algún apagón en la comunicación, pero se restableció poco después. Orion ha enviado también imágenes de su travesía y, en su ruta alrededor de la Luna, se desprendió de una decena de pequeños satélites con misiones diversas, como intentar detectar hielo oculto en el cuerpo celeste o analizar el plasma presente en las proximidades de la Luna.
El momento más crítico de la misión, y el motivo principal por el que se ha lanzado, era probar el sistema de entrada en la atmósfera del planeta. En concreto, el sistema de aislamiento térmico de la Orion, pues el rozamiento del aire al entrar en la Tierra eleva la temperatura exterior de la nave a casi 3.000 grados: justo después de desprenderse el módulo de servicio de la cápsula tripulada y en apenas 20 minutos, la Orion pasa de casi 40.000 kilómetros por hora —32 veces la velocidad del sonido— a apenas 30 cuando toca la superficie del mar, un feroz descenso que provoca ese brutal calentamiento exterior de la cápsula al hacer fricción con la atmósfera. Por eso, que todo el escudo térmico de la nave funcione a la perfección es clave para garantizar el retorno de los astronautas cuando esté tripulada.
Pasadas las seis y media de la tarde (hora peninsular española), se desplegaban los 11 paracaídas de la Orion, dispuestos para frenarla, y unas pelotas de goma hinchable para mantenerla boca arriba a pesar del oleaje. El barco de la Marina USS Portland es el encargado de recuperar la cápsula, aunque el proceso durará unas seis horas: la previsión es dejar la nave con todos los sistemas eléctricos encendidos durante dos horas para estudiar cómo se disipa el calor y cuál es la temperatura en el interior. Los planes de la NASA pasan por remolcarla posteriormente a una base naval en San Diego (California, Estados Unidos) y luego trasladarla al Centro Espacial Kennedy, en Florida, para continuar las evaluaciones de la cápsula.
En la misión Artemis I han participado más de 30.000 personas y ha sido necesaria la cooperación internacional. Estados Unidos ha fabricado la cápsula de la tripulación, pero la Agencia Espacial Europea (ESA) ha sido la encargada de construir el módulo de servicio que da oxígeno y agua a los astronautas y propulsión y electricidad (a través de placas solares) a la nave.
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