Eliana Busch, la campeona chilena de natación de 90 años que sorprende al mundo: “El deporte me da energía”

Cuando Eliana Busch (Valdivia, Chile, 90 años) recorre su pasado lo hace de la mano de fotografías y recortes de revistas que guarda cuidadosamente en su departamento en la ciudad de Viña del Mar, en la región de Valparaíso, a unos 120 kilómetros de Santiago. Las imágenes muestran a una joven que se coronaba en decenas de competencias de natación en los años cuarenta y cincuenta y recibía el título de campeona nacional. Era una gran promesa en el deporte, pero un enamoramiento fugaz, que la llevó al altar a los 20 años, la alejó de la disciplina. Sin embargo, a los 81 años, ya separada y con ocho nietos, regresó a la natación en la categoría máster y ha vuelto estar en lo más alto del podio. Busch, quien nada con un marcapasos, en casi una década ha batido siete récords panamericanos, 10 sudamericanos —tres de ellos en octubre en Buenos Aires— y uno mundial, que obtuvo en el último Campeonato Mundial Máster de Natación realizado en febrero de 2024 en Qatar: ganó cuatro medallas de oro representando a Chile por 50 metros pecho; 50 metros espalda, además de 100 y 200 metros libre.

La nadadora, la deportista de alto rendimiento más longeva de Chile, desborda vitalidad. Habla fuerte y pronunciado. Se levanta de la silla ágilmente y se ríe a carcajadas. Busch, que además da clases de natación para adultos tres veces a la semana en una piscina de la municipalidad de Viña del Mar, señala que lo que se esconde detrás de esa energía es la negación de dar su brazo a torcer: “El deporte te hace tener un espíritu de lucha sano; te da energía y ganas”.

Esa actitud la desarrolló a los nueve años y va unida a sus inicios en la natación. La deportista aún tiene clavada en su memoria cuando su madre la inscribió junto a su hermana, cinco años mayor, a clases de natación en el Club Alemán de Deportes de Santiago. En la primera sesión, el profesor comentó que Eliana Busch no tenía el físico para ser nadadora, ya que era más bien baja de estatura y no tan esbelta. “De ahí viene mi lucha por la vida (...) El profesor llega y, sin siquiera probarnos en el agua, dice que mi hermana sí tiene condiciones para ser nadadora, pero que yo no servía”, recuerda. Pero demostró lo contrario y se lo hizo saber unos años más tarde, convirtiéndose a los 13 años en campeona nacional de Chile.

Cuando se casó, en 1954, dejó de nadar, pero su energía la trasladó a la equitación. Su marido era oficial del Ejército y un buen jinete, que le enseñó a montar. En ese deporte ella también llegó a ser campeona de Chile y en su departamento abundan los recuerdos de esa época junto a una multitud de pinturas y esculturas de caballos. Pero, intentando domar un caballo árabe a sus 79 años, sufrió una caída que le provocó varias fracturas, por las que requirió una intervención médica que la dejó con una placa metálica y ocho pernos en el cuerpo.

A pesar del accidente, no se concebía así misma sin mover enérgicamente su cuerpo otra vez. “Cuando me doy cuenta que no hago nada en tres horas, me siento inútil. Siempre tengo que estar haciendo algo”, dice sobre su forma de ser. Busch tenía la idea de retomar la equitación, pero sus dos hijos, Mario y Paulina Fuentes, le insistieron que buscara otro deporte y volvió a la natación. El retorno fue difícil. Cuenta que nadaba 25 metros y se cansaba, pero en 2016 participó en el campeonato sudamericano en Uruguay y obtuvo cuatro medallas de oro, una de plata y una de bronce.

Hoy dice que la natación le da vida. “Para mí nadar es un agrado. Si no nado, me empieza a doler el cuerpo (...) La natación a mí me da energía. Yo tenía un gran amigo médico que falleció hace poco y siempre me decía: ‘Eliana, para tener energía hay gastar energía’. Y qué verdad más grande, si tú no gastas energía, no tienes energía”.

Además, señala que el deporte ayuda a forjar vínculos con otras personas, lo que es fundamente al envejecer. “La gente mayor es solitaria, se le mueren las amistades (...) La natación te hace tener una vida social y logras tener amistades libres, limpias, correctas, en las que uno realmente se quiere”.

Eliana Busch asegura que se sigue preparando para ganar más medallas y espera poder estar bien físicamente para presentarse en el próximo campeonato sudamericano que se va a desarrollar en Chile durante 2025. Sin embargo, dice que va a dejar de nadar en los torneos más pequeños a nivel nacional porque ve que siente que no hay un buen trato hacia las personas mayores. “Me estoy aburriendo de ponerme vieja públicamente, porque los viejos en Chile no son respetados (...) En los campeonatos me ponen a nadar con niñas de 30 años a los lados, en vez de hacer lo que corresponde, que es nadar con personas de mi edad o cercanas a mi edad”.