Descubren en Chile, en la Fosa de Atacama, a ‘Dulcibella camanchaca’, un crustáceo depredador
El reciente hallazgo en las costas de la región de Antofagasta da pistas sobre la biodiversidad que habita en condiciones extremas en las profundidades del Pacífico
Cuando el robot Lander, un vehículo motorizado no tripulado, subió a la superficie desde las profundidades marinas de la Fosa de Atacama, frente a las costas de la región de Antofagasta, en el norte de Chile, la doctora en Oceanografía Carolina González no pensó que traería consigo una nueva especie, ni mucho menos un nuevo género de ser vivo. Pero, entre sus pinzas, había un crustáceo depredador que nunca había sido descrito por la ciencia y al que bautizó como Dulcibella camanchaca.
González, bióloga marina e investigadora postdoctoral del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) de la Universidad de Concepción, cuenta que en el océano profundo “es frecuente encontrar nuevas especies porque se conoce alrededor del 5% de su biodiversidad, pero dar a conocer un nuevo género es muy poco común y sitúa a Chile como un referente a nivel internacional”. La científica agrega, a través una llamada telefónica, que este hito abre las puertas para que en ecosistemas de otras latitudes se puedan encontrar otras especies de Dulcibella.
El nuevo crustáceo fue encontrado a 7.902 metros de profundidad en la denominada zona hadal, la región más recóndita del océano, que va desde los 6.000 hasta los 11.000 metros de profundidad. El organismo mide aproximadamente cuatro centímetros de longitud y es un crustáceo de rápido movimiento.
A través de exámenes morfológicos y genéticos, en los que participó Johanna Weston de la Institución Oceanográfica de Woods Hole (WHOI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, se determinó que Dulcibella Camanchaca es un crustáceo depredador, ya que posee mandíbulas y apéndices raptoriales especializados en capturar y alimentarse de anfípodos más pequeños. Ese rasgo de la nueva especie es muy particular, porque en la Fosa de Atacama solamente se habían descrito anfípodos carroñeros, como el Eurythenes atacamensis, que mide alrededor de ocho centímetros, y que se alimenta de otros animales muertos que llegan al fondo del océano Pacífico.
El organismo también lleva un nombre distintivo y que está inspirado en Don Quijote de la Mancha. “Hay varias especies dentro de la familia de los anfípodos que hacen referencia a este libro. Entonces, siguiendo la misma línea, le quisimos poner a este género otro nombre de Don Quijote y, dado que la especie que encontramos era hembra, le queríamos llamar Dulcinea. Sin embargo, ese nombre ya había sido asignado a un género de insecto en 1907, así que decidimos nombrarlo como Dulcibella, haciendo alusión a la poesía medieval en cuanto a la feminidad y a lo dulce que puede ser una mujer”.
El descubrimiento de esta nueva especie, que fue publicado en la revista científica Systematics and Biodiversity, es una pista más para descifrar cómo es la vida en la Fosa de Atacama, que cuenta con 5.900 metros de extensión y 8.069 metros de profundidad. Este lugar, que se extiende a lo largo del Pacífico Suroriental, se caracteriza por su limitada cantidad de alimentos, ausencia total de luz, temperaturas cercanas al punto de congelación (-2 grados Celsius) y una presión hidrostática extremadamente alta.
Estas características oceanográficas de la Fosa de Atacama hacían pensar a los científicos que era difícil encontrar seres vivos, pero las nuevas exploraciones muestran un panorama distinto y dan cuenta de las adaptaciones biológicas de los organismos que les permiten vivir en estos ecosistemas hostiles. “Este lugar es un hotspot de biodiversidad y contiene especies principalmente endémicas, es decir, los organismos de esta fosa no se encuentran en otras regiones, seguramente porque está muy apartada (...) Probablemente a futuro vamos a seguir entregando muchas nuevas especies a la comunidad científica a nivel mundial”, indica la bióloga marina.
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