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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un récord extraño, dos goleadores y John Lennon

La historia del gol histórico del chileno Jorge Robledo en el Wembley de Inglaterra

Tapa del disco 'Walls and Bridges' dibujada por John Lennon.
Tapa del disco 'Walls and Bridges' dibujada por John Lennon.

Corría el minuto 95 del partido en que el Manchester City goleaba al Arsenal, sentenciando la Premier League. El dios noruego del gol, Erling Haaland, era la gran figura de la tarde, pero no había logrado marcar. Ofuscado por participar solo de festejos ajenos, se soltó el pelo -que tenía atado tras la nuca- pocos minutos antes del final y así, galopando con sus mechas rubias por el área, marcó su gol 33 en la temporada, lo que significaba igualar un récord que ya duraba por 71 años y que estaba en manos de un chileno, Jorge Robledo, como el máximo anotador “no británico ni irlandés” de todos los tiempos.

Un registro extraño que une a dos goleadores alejados en el tiempo y, de paso, a John Lennon cuando era todavía un niño. O sea, aquí hay que hacer algo de historia.

Jorge Robledo nació en una oficina salitrera, Alianza, en el desierto de Atacama. Su padre, Arístides, era uno de los tantos mineros chilenos del salitre, una industria donde los capitales eran principalmente británicos. De hecho la madre de Robledo, Elsie Oliver, había viajado desde Inglaterra a Chile acompañando a su padre empresario. Los tres hijos del matrimonio nacieron en el país, pero en 1931, tras la primera guerra y el derrumbe de la industria del salitre, la familia decidió partir a Europa.

A punto de embarcar, Arístides se arrepintió y se quedó en Chile. Instalada en South Yorkshire, Inglaterra, Elsie se hizo cargo de los niños y sería ella quien firmaría los primeros contratos como futbolistas de George Robledo y su hermano Ted. Ambos llegarían al Newcastle, donde Jorge marcó los 33 goles de la temporada 51/52 de la liga inglesa y se convirtió en un ídolo. Pero la gran gesta de la temporada la cumplió en Wembley, donde anotó el gol del triunfo de su escuadra en la final de la Copa FA ante el Arsenal.

Al día siguiente, la imagen de Robledo marcando ese tanto histórico apareció en todos los periódicos de Inglaterra. Allí la vio un niño de 11 años llamado John Lennon, que decidió hacer su propio dibujo de la fotografía, guardaría durante mucho tiempo, al menos hasta 1974, cuando decidió rescatarla para la portada de su álbum Walls and Bridges. Ese raro e inexplicable guiño futbolístico de parte de uno de los más grandes músicos populares del siglo XX, es el que honrará para siempre la memoria de Robledo, quien murió en 1989 en la ciudad chilena de Rancagua, donde trabajaba, igual que su padre, en una mina, eso sí que de cobre y como ingeniero. Nunca supo del disco, el dibujo ni el homenaje.

Aunque nacido en Chile, Robledo era inglés. Tenía, en rigor, doble nacionalidad, lo que le permitió defender a la selección del país sudamericano en el mundial de 1950. Luego decidió retornar a Chile para ser campeón con Colo Colo y se quedó para siempre en el país. Pero mantuvo por 71 anos el récord de goles marcados por un “primer nativo no británico ni irlandés”.

Casi un siglo después, la obsesión estadística para que Haaland siga batiendo todos los récords posibles ha desatado una fiebre numérica sobre sus brillantes actuaciones, y es probable que en esta temporada consiga el codiciado triplete, ganando la Champions y la Premier League junto a la Copa FA. Lo que le será imposible, con certeza, será batir otro hito futbolero: el impresionante registro de Dixie Dean, el goleador inglés que en la temporada 27/28 anotó 60 goles para el Everton.

El título de goleador “no británico” de la liga inglesa, ya está visto, tiene sus bemoles. Haaland nació en Leeds, al norte de Inglaterra, donde su padre Alf Inge Haaland, jugaba hace 22 años. Alf defendió a Noruega en el mundial de 1994 y también actuó en el Manchester City, aunque su destino fue triste. Jugando un clásico de la ciudad contra el United, insultó al rudo defensor Roy Keane tras una infracción grave. Keane debió esperar un año para cobrarse cruel venganza, y entró criminalmente contra Haaland con una plancha a la rodilla, retirándolo tempranamente del fútbol. Su hijo Erling, por ende, creció en el pequeño poblado de Bryne, como un noruego más, pese a que pudo haber optado por la selección inglesa perfectamente. “Fue un tema que, honestamente, jamás conversamos ni imaginamos”, ha dicho el goleador, que en el mundial pasado ni siquiera estuvo cerca de clasificar con la escuadra de su país natal.

Haaland seguirá batiendo marcas y ganando títulos, pues se perfila como la nueva gran figura planetaria y está a punto de darle a su equipo, al jeque qatarí que ha invertido más de mil millones de euros y a Pep Guardiola el título europeo que más han codiciado. Si el Real Madrid no dice otra cosa, claro. Si lo logra, ¿quién pintará a Haaland?

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