Columna

El bienestar animal es el bienestar de toda la sociedad

El gobierno de Isabel Díaz Ayuso debería dedicar más medios a los centros de protección animal y regular de una vez para evitar el abandono y el sacrificio

Un perro en el Centro de Protección Animal de Madrid en la Fortuna, Leganés.SANTI BURGOS

Las presuntas irregularidades de la excomisionada de bienestar animal de la Comunidad de Madrid, Elsa Martín Olsen, que podrían haber provocado su dimisión, no pueden ocultar la realidad sobre la escasa importancia que el Gobierno de Díaz Ayuso otorga a la protección y el bienestar animal.

La Ley 4/2016, de 22 de julio, de animales de compañía, ...

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Las presuntas irregularidades de la excomisionada de bienestar animal de la Comunidad de Madrid, Elsa Martín Olsen, que podrían haber provocado su dimisión, no pueden ocultar la realidad sobre la escasa importancia que el Gobierno de Díaz Ayuso otorga a la protección y el bienestar animal.

La Ley 4/2016, de 22 de julio, de animales de compañía, más conocida como Ley de Sacrificio Cero, entró en vigor el 10 de febrero de 2017. Ésta se aprobó por unanimidad con el compromiso del Gobierno del PP, sustentado por Ciudadanos, de aprobar un reglamento de desarrollo en el plazo máximo de un año.

Hoy, tres años después, seguimos sin reglamento.

Hasta el Consejo de Protección y Bienestar Animal de la Comunidad de Madrid llegaron muchas alegaciones a un borrador de reglamento elaborado por el Gobierno. Hoy podemos afirmar que éste parece no haber sido consensuado con las asociaciones protectoras de animales de esta región.

Trabajar el sacrificio cero, que compartimos y defendemos, exige implantar de manera efectiva el abandono cero. La Ley está imbuida de este planteamiento que, como orientación y guía, pretendía dirigir la atención sobre esta filosofía que tan buen resultado ha obtenido en muchas ciudades europeas.

Sin embargo, tres años después los Centros de Protección Animal (CPA) de ayuntamientos y protectoras están llenos. La Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de la Comunidad de Madrid (FAPAM) nos advierte, con preocupación, que la entrada de nuevos animales de compañía se reduce un 20% anual desde 2017. Y es que no caben más.

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Tampoco el remedio a la cría no profesional, asunto no menor que es pilar fundamental para lograr el abandono cero.

Mientras deshojamos la margarita del (urgente) reglamento, los problemas se acumulan. Volver a subvencionar la vacunación obligatoria de rabia e identificación y comenzar con las de la esterilización; financiar adecuadamente la Ley para que los CPA de municipios y protectoras puedan admitir más animales; que se implante como única solución el método CES (Captura, Esterilización, Suelta) para las colonias de gatos; incrementar las campañas de tenencia responsable y generalizar campañas sobre la adopción y abandono cero en medios de comunicación pero, sobre todo, en colegios de infantil, primaria y secundaria.

El interés en el bienestar animal es notable en la ciudadanía madrileña. El comisionado regional no tiene unas competencias definidas más allá de una coordinación transversal y difícil de ejecutar desde la dependencia funcional de una Dirección General, careciendo de presupuesto. Por el contrario el Gobierno de Pedro Sánchez ha creado la Dirección General de Protección Animal, cuyo objetivo es aprobar una Ley de Bienestar Animal, y unificar los esfuerzos ministeriales en pro de una protección animal activa y responsable.

Nuestras mascotas son seres sintientes, y necesitan más y mejor atención de la sociedad que les acoge. Sobre todo, generar mayor respeto por estos seres vivos a los que tanto queremos.

Rafael Gómez Montoya es Portavoz Socialista de Medio Ambiente en la Asamblea de Madrid.

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