El Kronos Quartet no caldea el Grec

Tibia respuesta del público a la inauguración del festival con música contemporánea

Una imagen del concierto del Kronos Quartet en la apertura del festival Grec.CONSUELO BAUTISTA

Hacía mucho tiempo que el festival Grec no se inauguraba con música, incluso en 2012 hubo que suspender la actuación de Pascal Comelade por culpa de la lluvia. Ya tocaba pero la elección de un cuarteto contemporáneo, aunque fuera el Kronos, sin duda el más interesante de la actualidad, no parecía a priori una buena elección, ya se sabe que la música contemporánea asusta más que atrae.

En la práctica ayer nadie salió despavorido del anfiteatro de Montjuïc, claro que en día de inauguración buena parte de los asistentes son invitados y los invitados no suelen mostrar en exceso sus emocione...

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Hacía mucho tiempo que el festival Grec no se inauguraba con música, incluso en 2012 hubo que suspender la actuación de Pascal Comelade por culpa de la lluvia. Ya tocaba pero la elección de un cuarteto contemporáneo, aunque fuera el Kronos, sin duda el más interesante de la actualidad, no parecía a priori una buena elección, ya se sabe que la música contemporánea asusta más que atrae.

En la práctica ayer nadie salió despavorido del anfiteatro de Montjuïc, claro que en día de inauguración buena parte de los asistentes son invitados y los invitados no suelen mostrar en exceso sus emociones, en especial si son negativas.

Nadie huyó pero tampoco los aplausos fueron como para tirar cohetes, solo al final se impuso la cortesía. Y eso teniendo en cuenta que, a pesar de lo que podía esperarse, el programa tampoco fue un exceso de radicalidad, más bien al contrario.

Ya de entrada el Grec había comenzado su andadura en la noche de ayer con diez minutos de retraso de una forma un tanto sorprendente y peculiar: con las notas del himno estadounidense. Eso sí, en una transcripción para cuarteto de cuerda de la histórica versión que hiciera Jimi Hendrix en el festival de Woodstock de 1969. El cuarteto dedicó su distorsionada e hiriente versión al inquilino de la Casa Blanca.

Fue el inicio oficial pero, en realidad, el Grec había comenzado un par de horas antes cuando cuatro diferentes cuartetos de la ESMUC habían llenado de música contemporánea los jardines mientras los asistentes luchaban en las largas colas por un bocado o una bebida. La nota dominante era la indiferencia ante una música que nada tenía de ambiental y que solo consiguió que las animadas conversaciones en las cercanías tuvieran que aumentar su volumen sonoro.

Un poco alejados de la música un corrillo de políticos destacaban más que por su presencia por el abultado número de escoltas de semblante nervioso que los rodeaba. La alcaldesa Ada Colau de un verde chillón resaltaba al lado del ministro de Cultura en funciones José Guirao en tonos oscuros más discretos, hacía catorce años que un ministro español no venía al Grec (la última fue Carmen Alborch). Entre ellos la consejera de Cultura Mariàngela Vilallonga, Jaume Collboni, Joan Subirats o Ferran Mascarell.

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Tras la sopresa inicial el Kronos, como siempre amplificados, recorrieron versiones un tanto peculiares de los Everly Brothers, Janis Joplin o Mahalia Jackson antes de proponer una disonante visión de tres temas que cantaba Pete Seeger. Maria Arnal se unió al cuarteto para esas tres canciones y arrancó las primeras ovaciones calurosas de la noche. El quinto regimiento permitió a Arnal mostrar su poderío. Siguió La Vall del Riu Vermell y concluyó esa tanda con una emotiva Turn Turn Turn, en la que hasta una parte del público se atrevió a cantar tímidamente. La presencia de Maria Arnal, despedida con una clamorosa ovación, justificó una velada bastante apagada. Otra de las justificaciones de esta inauguración fueron las magníficas proyecciones de la videoartista Alba G. Corral que acompañaron todas las interpretaciones.

Siguió el plato fuerte de la noche, un cuarteto con electrónica de Terry Riley recordando el 11 de septiembre de 2001, que transcurrió sin pena ni gloria. Una música demasiado intensa para un ambiente que no lo era.

Para finalizar un cuarteto de Philips Glass dedicado al Kronos fue interpretado con la ayuda de tres de los cuartetos de la ESMUC. Sonó aparatoso sin más. Gran ovación y el lógico bis con el que regresaron al inicio del programa: su ya clásica versión del Purple Haze de Jimi Hendrix. Una parte del público ya había abandonado el anfiteatro para asaltar las habituales degustaciones de cortesía de coca, vino y gintónic prescindiendo del frenético final.

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