El fútbol también es así

Victoria es muchas cosas, entre ellas que griten “¡vamos chicas!” desde las gradas

“En el pasado, ha habido veces que desde el público nos han gritado cosas como: 'Vete a jugar a las muñecas' o '¡Fuera, que eres una chica!”. La que habla es Lucía Castillo Sánchez, futbolista en la categoría juvenil de la Agrupación Deportiva Alcorcón (ADA). Cuando ella empezó a jugar al fútbol en la localidad, lo hacía con chicos porque no había escuadras femeninas. Noelia Villalba Ocaña asiente mientras su compañera habla y añade que a ella, incluso, le daba vergüenza sumarse a los equipos que ya existían por ser la única niña. Fueron sus progenitores quienes le convencieron para que lo hic...

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“En el pasado, ha habido veces que desde el público nos han gritado cosas como: 'Vete a jugar a las muñecas' o '¡Fuera, que eres una chica!”. La que habla es Lucía Castillo Sánchez, futbolista en la categoría juvenil de la Agrupación Deportiva Alcorcón (ADA). Cuando ella empezó a jugar al fútbol en la localidad, lo hacía con chicos porque no había escuadras femeninas. Noelia Villalba Ocaña asiente mientras su compañera habla y añade que a ella, incluso, le daba vergüenza sumarse a los equipos que ya existían por ser la única niña. Fueron sus progenitores quienes le convencieron para que lo hiciera. Años más tarde, coincidió con Castillo y a ambas les tocó cambiarse en algo parecido al cuarto de la limpieza, debido a que el vestuario estaba reservado a los varones. Priscila Rico Flores reconoce que a ella casi ninguno de sus compañeros le pasaba la pelota en sus primeros compases y la capitana de las senior, Elena González, señala que “lo de equipar salarios es un sueño inalcanzable”

Suena mal, ¿verdad? Pues no se equivoquen, esta no va a ser una historia de quejas ni de lágrimas, sino de los triunfos que resultan de las luchas de mujeres conocidas y anónimas.

Lucía Rodríguez Méndez comenzó a darle patadas a la pelota con su padre, cuando solo tenía cinco años. Pues bien, hoy juega en la ADA Juvenil femenina y junto al resto de integrantes de su equipo ha logrado que, pese a estar estrenándose esta temporada, hayan quedado segundas en su liga. Las senior, por su parte, a escasas jornadas del final del campeonato, ya se han alzado con el título de ganadoras. Bravo.

Pero victoria es también que griten “vamos chicas” desde las gradas, cada vez más llenas, para animarlas; que las reconozcan por la calle o que un niño les pida que estampen sus firmas en la revista que sostiene nervioso y emocionado entre las manos y en la que figuran sus fotos y sus nombres. A estas alturas, ya puede decirse que son referentes para quienes vienen detrás, independientemente de su género.

“El club tiene un proyecto que se llama La igualADA” para hacer visible el fútbol femenino , y la verdad es que está muy bonito. Están trabajando para sensibilizar a la gente y hacernos visibles”, señala Elena. Por eso, sienten los colores, el azul y el amarillo, da igual que hayan nacido o no en el municipio, ya que son conscientes de que han entrado a formar parte de una familia. He ahí otro triunfo.

Victoria es observar sus caras cuando hablan del estadio San Mamés, que en enero casi se llenó para apoyar a las jugadoras del Athletic de Bilbao o del Wanda, que con más de 50.000 personas aplaudiendo a las rojiblancas, batieron el récord europeo de asistencia a un encuentro de estas características.

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Lucía Rodríguez , no obstante, se queja de que en los informativos solo le dedicaran unos pocos segundos “a algo tan importante”. Victoria es, sin duda, no conformarse y soñar más alto, más lejos y por derecho.

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