Tu basura en el mar; mi obra de arte en la tierra

El festival Drap-Art recicla desechos del Mediterráneo para concienciar sobre la sostenibilidad de los océanos

Un miembro de la iniciativa Ocean Sole utiliza chanclas para crear una jirafa, ayer en el Drap-Art. Joan Sánchez

A Angela Anderson le bastaron unos pocos paseos matutinos por la playa de la Barceloneta para descubrir que vivía a las orillas de un mar de suciedad y plástico. Las colillas, las toallitas higiénicas, las latas de cerveza o los tapones de botellas escondidos entre la arena le causaron un gran impacto, explica esta joven británica de 14 años afincada en Barcelona. Pero la basura que lanzaban unos se acabó por convertir en un fantástico material artístico para ella y sus compañeros del proyecto escolar Our Dream School. Ayer, su obra La Mujer, en el que se observa a una forma femenina ...

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A Angela Anderson le bastaron unos pocos paseos matutinos por la playa de la Barceloneta para descubrir que vivía a las orillas de un mar de suciedad y plástico. Las colillas, las toallitas higiénicas, las latas de cerveza o los tapones de botellas escondidos entre la arena le causaron un gran impacto, explica esta joven británica de 14 años afincada en Barcelona. Pero la basura que lanzaban unos se acabó por convertir en un fantástico material artístico para ella y sus compañeros del proyecto escolar Our Dream School. Ayer, su obra La Mujer, en el que se observa a una forma femenina hecha con papel maché sumergida entre la basura que ella y sus compañeros recogieron en la arena, fue una de las 60 piezas expuestas en la 22ª edición del Festival Internacional de Arte Sostenible Drap-Art.

Porque concienciar es también crear, el festival convirtió ayer el Museo Marítimo de Barcelona en un centro reivindicativo de la cultura sostenible con un claro mensaje: no hay mejor forma para reclamar unos mares y océanos más sostenibles que hacer de la basura, arte.

“Siempre pensé como se sentiría un humano si fuese el mar. El resultado es este”, explicaba ayer Anderson mientras anima a los visitantes a que aportaran su particular “granito de basura” en torno a su obra. A escasos metros de su humilde exposición, otros 50 artistas, algunos internacionales, expusieron otras obras de arte sostenible. Como Paola Idrontino, que convierte plásticos y basura del mar en pinturas románticas de gran calidad; o Jana Álvarez, que crea grandes criaturas ficticias con huesos de animales, alambres y residuos; o el proyecto Ocean Sole, una iniciativa africana que reutiliza las chanclas que quedan en el mar de Kenia para convertirlas en elefantes, leones o jirafas, algunos de grandes dimensiones, y que ayer triunfaron especialmente entre el público infantil.

Precisamente familias con niñas coparon muchas de las visitas de la primera jornada de ayer. La música en vivo y talleres sobre concienciación medioambiental para todos los públicos ayudaron. El festival solo expone durante este fin de semana y hoy domingo es el último día para visitarlo.

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