El Liceo se fija en el teatro Principal

En la búsqueda para crecer y atraer a un público más amplio, el coliseo barcelonés mira al local de la Rambla cerrado desde hace ya dos años

Un aspecto del teatro Principal, en su reapertura en otoño de 2013. Carles Ribas

El Teatro del Liceo quiere conquistar a la ciudadanía de Barcelona y para eso tiene que poder ampliar su proyecto musical dando paso a otros tipos de músicas, con más producción contemporánea y programas pensados para un público familiar, potenciando un proyecto educativo. Esa es la filosofía que defiende Valentí Oviedo, que asumió las riendas de la dirección general el pasado mayo. Para poder acometer esa idea, el teatro necesita más espacio y una de las posibilidades podría ser el teatro Princip...

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El Teatro del Liceo quiere conquistar a la ciudadanía de Barcelona y para eso tiene que poder ampliar su proyecto musical dando paso a otros tipos de músicas, con más producción contemporánea y programas pensados para un público familiar, potenciando un proyecto educativo. Esa es la filosofía que defiende Valentí Oviedo, que asumió las riendas de la dirección general el pasado mayo. Para poder acometer esa idea, el teatro necesita más espacio y una de las posibilidades podría ser el teatro Principal de Barcelona, cerrado desde hace casi dos años.

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"No es la única posibilidad, pero teniendo en cuenta que es un gran equipamiento cultural vacío también podría ser interesante para la propia ciudad”, argumenta Oviedo. La actividad principal del Liceo es la ópera, algunos ballets, conciertos sinfónicos y los que contratan programadores externos. Todas se hacen en la única sala del teatro, con capacidad para 2.000 personas. “Queremos tener más actividad propia y ampliar la oferta para que al Liceo venga más gente y más diversa. Hay otros formatos de música, como la ópera barroca, que requiere un espacio más pequeño. Lo mismo ocurre con la creación contemporánea, muy importante porque atrae a un público más joven. Y si queremos introducir programas pensados para un público familiar nos pasa lo mismo. Por eso lo ideal sería tener un espacio alternativo”, insiste. En las dos últimas temporadas, la directora artística, Chiristina Scheppelman, defensora también de nuevos formatos, introdujo dos ciclos de creación nueva en el Off Liceo, sesiones que se hicieron en el foyer del teatro, que no tiene las mejores condiciones para hacerlo.

Oviedo reconoce que el lugar idóneo sería el teatro Principal aunque apunta que el Liceo no tiene capacidad económica para hacerlo y que una fórmula sería que las administraciones consorciadas en el patronato —Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento— apostaran por esa operación.

En realidad, el Consistorio ha intentado en varias ocasiones llegar a un acuerdo para hacerse con el Principal con la familia Balañá, propietaria del teatro. La ocasión en la que se estuvo más cerca fue durante el mandato del alcalde Jordi Hereu, quien propuso una fórmula mixta: una parte en dinero y otra en solares de la ciudad. No llegó a cerrarse. El Principal cesó su actividad en 2006 y cerró para reabrirse en octubre de 2013, con Xavier Trias.

Aquella apertura fue polémica: los gestores que la explotaban, el grupo de Carlos Caballero, convirtieron la sala grande en una discoteca, pese a no tener permiso. Al año siguiente la policía irrumpió en el Principal en una operación contra la prostitución. Caballero fue detenido y luego puesto en libertad, aunque investigado por supuesta irregularidad en las licencias de explotación del teatro, que entró en una fase de casi nula actividad; acabó cerrando en otoño de 2016.

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A principios de este mandato, la que fue comisionada de Cultura del Consistorio, Berta Sureda, también exploró la posibilidad de convertir el teatro Principal en un centro cultural abierto al barrio. Su sucesor en el área cultural, Jaume Collboni, prosiguió con esa idea porque para el Ayuntamiento el Principal es una pieza importante en la revitalización cultural del final de La Rambla. El actual comisionado de Cultura, Joan Subirats, ha sido el último en intentar llegar a un acuerdo en una reunión que se produjo en febrero pasado: “El Ayuntamiento no tiene capacidad para asumir las pretensiones de la propiedad”, resume Subirats.

Público menor de 35 años

Buscando nuevos públicos, los responsables del Liceo están satisfechos de que en apenas dos días hayan vendido 1.800 localidades para la función de I puritani a 15 euros la entrada bajo el programa Liceu under 35. La iniciativa se dirige a menores de 35 años, que asistirán a una función extraordinaria el 4 de octubre y que, además, podrán ir a una fiesta con DJ y cóctel. "Si se ofrece una experiencia a un precio asumible, la ópera sí puede interesar a un público joven", dice Oviedo ante los datos de los compradores: jóvenes de entre 25 y 29 años que, en un 88%, será la primera vez que pisen el Liceo. Es una fórmula exitosa en París y Milán, si bien con edades distintas. La promoción podría repetirse con Tosca, de Puccini.

Pese a que nunca se ha puesto sobre la mesa una cifra concreta, algunas fuentes apuntan a que oscilaría entre los 24 y los 28 millones de euros. Una cifra a la que habría que sumar una importante inversión para rehabilitar los diferentes espacios que lo forman: la sala grande, el club latino, la cúpula Venus, los antiguos billares Monforte y el frontón Jai Alai. En total, más de 15.000 metros cuadrados, lo que le convierte en una enorme pieza con calificación urbanística de equipamiento.

Fuentes conocedoras de la posición de la propiedad —con la que este periódico ha intentado hablar sin conseguirlo— apuntan que uno de los obstáculos es que esta aplica un criterio puramente inmobiliario, muy distinto del que tiene el consistorio, que sigue teniendo en el Principal una patata caliente ya que el edificio ha entrado en una degradación considerable, especialmente por su parte posterior, en la calle de Lancaster.

Para la entidad Amics de la Rambla la posibilidad de que el Liceo ocupara el Principal sería ideal: “Sería lo más lógico y hasta respondería a la historia por la relación que han tenido los dos teatros. Nosotros defendemos que el uso del Principal sea el cultural porque ayudaría a cambiar esa parte de la Rambla. Y no estaría nada mal que, por una vez, las administraciones se pusieran de acuerdo en beneficio de todos, del Liceo, de Ciutat Vella y de la ciudad”, apunta Fermí Villar, presidente de esa entidad.

Pese a la inicial relación de rivalidad, porque el Principal y el Liceo rivalizaron a mitad del siglo XIX como programadores de ópera, lo cierto es que a lo largo de los años sí han tenido relación. Antes del incendio de 1994, el Liceo ocupaba un espacio del Principal como local de ensayos. También guardó durante un tiempo material y piezas que se salvaron de las llamas y se convirtió en la sala de ensayos en diferentes momentos de los años 1994 y 1995.

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