Inmigración y prostitución, protagonistas en el Liceo

'Manon Lescaut', de Puccini, se sitúa en el centro de detención de Ellis Island

Escena de la ópera 'Manon Lescaut' en el montaje que se verá en el Liceo. LAURA FERRARI

El centro de detención de inmigrantes Ellis Island fue el destino de miles de personas que desde Europa intentaban llegar a Estados Unidos a finales del siglo XIX. Es en ese escenario donde se desarrollará el nuevo montaje de Manon Lescaut, la ópera de Giacomo Puccini que escribió en 1893, el año en el que se abrió la fortificación de Ellis Island. Un título que llega de nuevo al teatro de La Rambla —la última vez fue en 2007— con una coproducción del Liceo, el Teatro di San Carlo de Nàpoles y el Palau de le...

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El centro de detención de inmigrantes Ellis Island fue el destino de miles de personas que desde Europa intentaban llegar a Estados Unidos a finales del siglo XIX. Es en ese escenario donde se desarrollará el nuevo montaje de Manon Lescaut, la ópera de Giacomo Puccini que escribió en 1893, el año en el que se abrió la fortificación de Ellis Island. Un título que llega de nuevo al teatro de La Rambla —la última vez fue en 2007— con una coproducción del Liceo, el Teatro di San Carlo de Nàpoles y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia que se estrenó el año pasado en Nápoles. “Puccini empezó a escribir Manon Lescaut en 1892 en pleno flujo migratorio europeo hacia Estados Unidos, un momento muy parecido al que se produce ahora con las corrientes migratorias del norte de África. Muchos de nosotros tenemos antepasados que conocieron muy bien esas penalidades porque las sufrieron en carne propia”, explicaba Davide Livermore, director de escena italiano que debuta en el Liceo con el montaje de la obra de Puccini “la que más me emociona”, reconocía.

Se trata de una propuesta contemporánea, con una dimensión de denuncia social que “habla de la soledad y la desesperación que puede sentir una persona que emigra y se encuentra en un país nuevo”.

La historia arranca en otro momento, también histórico, en 1954, cuando se cerró el centro de detención de la isla de Nueva York. Es en ese punto donde Livermore sitúa al único actor que habrá en escena, que en Barcelona interpretará Albert Muntanyola, que rememora su relación con Manon Lescaut. Renato Des Grieux es un hombre ya anciano que recuerda su vida. De cómo se enamoró perdidamente de Manon, una joven bella que opta por el dinero y una vida de lujo al lado del banquero Geronte di Ravoir, con la que, al final, comparte la recta final cuando ella es detenida y condenada a un exilio en un desierto de Estados Unidos, donde muere. Un drama que Manon clama en Sola, perduta, abbandonata, una de las arias más célebres de Puccini.

La pareja protagonista que encarnan a Manon y Des Grieux se alternarán las sopranos Liudmyla Monastyrska, que debuta en el papel, y Maria Pia Piscitelli y los tenores Gregory Kunde, Jorge de León, también debutante en ese papel, y Rafael Dávila. “Es una ópera en la que no vale solo cantar, tienes que emocionarte y vivirla. Yo he llegado a llorar en la última escena, cuando muere”, confesaba Kunde, un tenor con experiencia en ese rol. Obra complicada, como reconocía De León, debutante en el personaje: “La historia no me atraía porque es muy dura y difícil de entrar. Y cuando leí la novela en la que se basa —de Abbé Prévost— todavía me deprimí más. Es una pasión tan desgarradora que puede llegar a hacer daño en la voz”.

Un montaje de fondo contemporáneo

El montaje que se verá en el Liceo entre el 7 y el 22 de junio es contemporáneo conceptualmente, en el fondo de los problemas que plantea, pero no en la puesta en escena. “Son ropas de la época, las cortesanas visten lujosos vestidos del siglo XIX. Tampoco hace falta recurrir a un barco lleno de ciudadanos de Siria para plasmar el drama de la emigración. Puccini llega a describir con la música de una manera que te obliga a seguir un relato”, defendía el director de escena, Davide Livermore.

Manon aparece como una rica cortesana en un ambiente de prostíbulo enmascarado en un apartamento de lujo París. “Ella opta por esa vida regalada”, apuntaba Livermore que deliberadamente coloca el trasfondo de la prostitución. Una ópera enla que Manon huye del convento en la que le encierra su padre con su enamorado, el joven Des Grieux, para después abandonarlo y emparejarse con un rico banquero. La soprano Maria Pia, una de las Manons de la ópera, se ponía en su piel: “es una chica joven, sin cultura, sin posibilidades. Es una mujer víctima de si misma que opta por una vía, la de ser una mantenida, pero luego es manipuladora con su joven enamorado. Hay muchas Manons en la vida real. Creo que es una ópera que contiene una denuncia social del trato que recibían muchas mujeres como ella en aquella época, algo que todavía ocurre. Mujeres que no tienen más opciones y por eso deciden lo que deciden”. “¿Es realmente una decisión libre cuando un hombre mayor te ofrece un palacio y toda su riqueza a cambio de estar con él?”, se interrogaba Livermore que, confesaba, haber pasado por ese dilema cuando tuvo 14 años: “Lo que demuestra lo importante que son las elecciones en la vida”.

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