Los barceloneses que viven de alquiler han aumentado tras la crisis

Los inquilinos han pasado del 30% en 2011 al 38,2% en 2017, revela la primera encuesta sociodemográfica del Ayuntamiento

Un edificio de viviendas en el barrio de Badal de Barcelona.EL PAÍS

Los barceloneses que viven de alquiler han ganado peso durante la crisis respecto a los que viven en pisos de propiedad. En 2011, el último censo cifraba los inquilinos en el 30% de los vecinos de Barcelona. El Ayuntamiento los cifra en el 38,2% en 2017, frente a un 57,6% de propietarios. Es uno de los datos más llamativos que revela la primera Encuesta Sociodemográfica de Barcelona realizada por el Ayuntamiento, que se ha publicado este sábado. Visto el aumento del precio del alquiler en los últi...

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Los barceloneses que viven de alquiler han ganado peso durante la crisis respecto a los que viven en pisos de propiedad. En 2011, el último censo cifraba los inquilinos en el 30% de los vecinos de Barcelona. El Ayuntamiento los cifra en el 38,2% en 2017, frente a un 57,6% de propietarios. Es uno de los datos más llamativos que revela la primera Encuesta Sociodemográfica de Barcelona realizada por el Ayuntamiento, que se ha publicado este sábado. Visto el aumento del precio del alquiler en los últimos años, el fenómeno "preocupa" al gobierno de la alcaldesa Ada Colau, que entiende que hay más población "en riesgo de vulnerabilidad", hogares potencialmente indefensos, a merced del mercado del alquiler.

El informe no es una encuesta de opinión, sino que contabiliza aspectos objetivables. El director de la Oficina Municipal de Datos, Màrius Boada, explica que la encuesta busca describir el perfil de los barceloneses y recoger datos de renta y pobreza que el Instituto Nacional de Estadística (INE) solo recoge a escala de toda la provincia de Barcelona.

Los barceloneses son 1,7 millones, más de los que dice el padrón

Uno de los datos que revela la encuesta sociodemográfica es que en Barcelona vive más gente de la que dice el padrón. Los barceloneses no son, pues, 1,6 millones de personas, sino casi 1,7 millones. La diferencia se explica porque los registros administrativos, como el padrón, no recogen necesariamente la realidad, y al preguntar directamente, resulta que hay personas que viven en Barcelona y no están empadronados en la ciudad; y gente que no vive en la ciudad y sí está empadronada, explica Màrius Boada, de la oficina de Datos. De hecho, el 18% de los barceloneses no están empadronados donde viven. Pueden estarlo en otro barrio o en otro municipio. Boada detalla, por ejemplo, que la población extranjera está sobreestimada en el padrón en entre 20.000 y 30.000 personas (pueden haberse marchado de la ciudad sin comunicarlo). Mientras que los jóvenes de entre 16 y 24 años, está subestimada (puede haber estudiantes que viven en Barcelona y no se empadronan).

Además de la oficina de datos en la encuesta ha participado la gerencia de Servicios Sociales. En este sentido, es Lluís Torrents, el director de Planificación e Innovación del área de Servicios Sociales, quien interpreta los datos del alquiler. Y además de alertar del aumento de barceloneses potencialmente vulnerables, mirando a largo plazo, entiende que cuando los inquilinos lleguen a pensionistas, si las pensiones bajan y el alquiler sube, “la red de protección [que era el hecho de que muchos jubilados son hoy propietarios], comenzará a tener agujeros”. La encuesta indica que poco a poco van cayendo los inquilinos de renta antigua (son el 24%), que pagan al mes la mitad que lo que los que pagan los arrendatarios de alquileres de mercado (un 71,6 de inquilinos con contrato que caduca).

En Barcelona hay 727.256 viviendas de las que 31.903 están vacías y 695.353 habitadas. De éstas, en la inmensa mayoría (97,1%) hay un solo hogar, pero en un 2,9% de los casos, hay más de un grupo de convivencia. Por hogar se entiende una unidad que funciona económicamente de manera independiente. El caso más fácil de entender sería el de compañeros de piso, o varias familias que comparten una vivienda, o varias generaciones con economías separadas. En cualquier caso, la media de personas por hogar es de 2,3 y la superficie de 88,8 metros cuadrados. Con la peculiaridad que los barrios donde más personas por hogar viven son los de los extremos en renta: Pedralbes por un lado; y la zona norte de Nou Barris por otro. En el otro extremo, los hogares donde vive una persona sola son el 27,6% y están repartidos por toda la ciudad. El 39,5% de los hogares no tienen calefacción y el 47,5% carece de ascensor.

Por procedencia, el 82,5% de los barceloneses son de nacionalidad española y los extranjeros con el 11,7%. Respecto al nivel de estudios, destaca que casi el 40% de los barceloneses tienen un alto nivel: son universitarios o incluso han cursado estudios postuniversitarios. Entre los ocupados, que son el 74,4%, más de la mitad (60,6%) trabajan en una empresa privada, el 17% en el sector público y el 15% son autónomos.

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En cuanto a la pobreza, en el conjunto de la ciudad la tasa de riesgo de pobreza es del 19,6% (con grandes diferencias entre distritos); la tasa de privación material severa es del 7,5% (indica la imposibilidad de afrontar cuatro gastos de una lista de nueve); y la de baja intensidad de trabajo (menos del 20% de su potencial) del 8,4%. Cruzadas las tres variables, la tasa Arope, que indica pobreza o exclusión social, resulta del 24,6%.

La brecha entre barrios

La primera encuesta sociodemográfica que ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona es de nuevo un reflejo de la brecha entre los barrios de Barcelona. Todas las variables que se han analizado por los 10 distritos o los 73 barrios muestran las grandes diferencias que hay entre los de mayor y menor renta. Desde la propia renta, hasta la pobreza (43,3% en Nou Barris o 10,4% en Sarrià), el número de metros cuadrados por persona que hay en una vivienda (menos de 20 metros en el eje Besòs o más de 70 en los barrios de mayor renta), o el porcentaje de viviendas compartidas (7% en Ciutat Vella, 0,7% en Les Corts), o el de extranjeros (28% en Ciutat Vella, 6,7% en Horta-Guinardó). También es muy significativo en el nivel de estudios: en Sarrià los universitarios casi alcanzan el 60% y en Nou Barris no llegan al 17%.

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