Miralda hace brillar los 175 años de la histórica tienda Santa Eulalia

El artista realiza una 'performance' en el centro de Barcelona para homenajear al lujoso negocio de moda

Vestido de luces de neón, obra de Miralda.Albert Garcia

Unos 200 estudiantes de diseño y teatro, vestidos de blanco, invadieron ayer por la tarde una parte del paseo de Gràcia de Barcelona. Caminando entre los centenarios edificios de La Pedrera o la Casa Batlló, la comitiva homenajeaba — ante la sorpresa y desconcierto de paseantes y turistas — los 175 años de otra institución, en este caso de la moda: la histórica tienda de ropa Santa Eulalia.

El artista Antoni Miralda, responsable de la performance, avanzaba sonriente al lado de la columna de jóvenes que lucían en la espalda ...

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Unos 200 estudiantes de diseño y teatro, vestidos de blanco, invadieron ayer por la tarde una parte del paseo de Gràcia de Barcelona. Caminando entre los centenarios edificios de La Pedrera o la Casa Batlló, la comitiva homenajeaba — ante la sorpresa y desconcierto de paseantes y turistas — los 175 años de otra institución, en este caso de la moda: la histórica tienda de ropa Santa Eulalia.

El artista Antoni Miralda, responsable de la performance, avanzaba sonriente al lado de la columna de jóvenes que lucían en la espalda la cruz en aspa característica de la marca y portaban estandartes con patrones de ropa de vestidos de este negocio, referente del lujo barcelonés, que empezó su andadura en 1843.

Llevando uno de estas muestras de ropa a modo de enseña estaba Susana Negre, de 44 años. Esta estudiante de la Escuela Massana, se mostraba orgullosa de formar parte de Santa Eulalia, de poder “compartir el trabajo bien hecho”, de una empresa, señalaba, que se caracteriza por su “perseverancia y buena calidad”.

Al compás de la banda musical de Cardona, esta Comitiva de Patrones empezó su recorrido en el Pla de la Boqueria, subió por las Ramblas, cruzó plaza Catalunya y terminó en el número 93 del Paseo de Gràcia, sede de la majestuosa tienda. Dentro del local y, rodeados de exclusivas prendas, algunos camareros ofrecían copas de champagne a los clientes.

Alrededor de las 21.00, las 20.000 luces leds que dibujaban una enorme marca de Santa Eulalia, en un panel instalado en la fachada de la tienda, se encendieron, mientras miles de copes de nieve de papel, que recogían expresiones populares del mundo de la moda, caían sobre los espectadores. Con esta fiesta, el propietario de esta empresa familiar, Luis Sans, quiso “devolver parte de lo que Barcelona nos ha dado y ofrecer a los ciudadanos el poder participar de un evento único”.

Los versos del rapero Zinkman reinterpretaron los Goigs de Santa Eulàlia, en referencia a la leyenda y milagro de la Santa.

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