Colin Niel: “Todos somos las bestias”

El multipremiado escritor francés presenta en BCNegra 'Solo las bestias', intriga sobre la soledad y la incomunicación

Colin Niel, este martes en Barcelona.CONSUELO BAUTISTA

El francés Colin Niel (Clamart, París, 1976) debuta en BCNegra con Solo las bestias (del recién creado sello Principal Noir, de Principal de los libros), su primera novela traducida al castellano, que bucea en la soledad, la incomunicación, la desilusión… a través de cinco personajes cuyos relatos acaban por solucionar un crimen. “Me interesa abordar temas actuales y cercanos y también la dinámica de la novela negra, que creo que es la literatura que mejor habla del mundo de hoy”, explica Niel. Una mujer desaparece en pleno invierno en una aldea perdida del Causse, en las frías montañ...

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El francés Colin Niel (Clamart, París, 1976) debuta en BCNegra con Solo las bestias (del recién creado sello Principal Noir, de Principal de los libros), su primera novela traducida al castellano, que bucea en la soledad, la incomunicación, la desilusión… a través de cinco personajes cuyos relatos acaban por solucionar un crimen. “Me interesa abordar temas actuales y cercanos y también la dinámica de la novela negra, que creo que es la literatura que mejor habla del mundo de hoy”, explica Niel. Una mujer desaparece en pleno invierno en una aldea perdida del Causse, en las frías montañas del macizo central de Francia, un lugar poblado por (muy poca) gente, dada al pastoreo y a la agricultura, con muy pocas distracciones más.

Una asistenta social que ayuda a ganaderos solitarios; un ganadero solitario; una chica de ciudad caprichosa; un internauta estafador que opera desde un país subsahariano y un granjero, casado con la asistenta social pero enamorado de una chica... que no existe, protagonizan y narran la novela. “Son voces distantes en muchos sentidos”, explica el autor: “Geográficamente, culturalmente, socialmente, familiarmente… De ahí nace la incomunicación y, por tanto, la incomprensión”. Y la soledad, por supuesto: “Ese es el tema de la novela”, reconoce Niel, que refleja cómo los vecinos de la zona se convierten en detectives cuando se descubre la desaparición de la mujer: "Como siempre, en un pueblo donde nunca pasa nada, los policías son los que menos saben del caso y los paisanos, aburridos de tanta soledad, trazan sus teorías", dice. “Todo el mundo, en algún momento, pasa por la soledad, no solo los habitantes de zonas inhóspitas como el Causse en pleno invierno. Yo me he criado en una banlieu al sur de París (Clamart) en bloques de 15 pisos superpoblados y te aseguro que muchísima gente está sola sin que nadie lo advierta. ¡Es asombroso ver hasta qué punto no conocemos al vecino!”

El lector va encajando las piezas de la historia hasta llegar a un final tan sorprendente como duro. “La trama, en el fondo, ha sido lo sencillo”, dice el autor, multipremiado en Francia por este libro. “Lo que me ha resultado muy difícil ha sido encontrar la voz, la trayectoria y la historia de cada uno de estos protagonistas, tan distintos entre sí”. Niel no los tenía claros desde el principio: “Más que crear a los personajes, los voy conociendo a medida que escribo”. Y este proceso de creación, a menudo, conlleva cambios que, en una novela de alta precisión, en la que tienen que ensamblarse a la perfección las versiones de cada narrador, generan problemas: “Algún personaje ha cambiado de sexo, otro de raza… A veces, los rasgos clave de uno de ellos los descubro en el último momento, cuando ya he pasado mucho tiempo con él. Por eso he tenido que reescribir muchos pasajes anteriores del libro, porque no me gusta que un protagonista se escape de mis manos”.

De la Guayana a la escritura

Niel, ingeniero agrónomo, ha trabajado seis años en la Guayana Francesa, donde colaboró en la creación del Parque Nacional del Amazonas. La experiencia lo marcó tremendamente, hasta el punto de cumplir su ilusión de escribir: “Por fin tenía algo interesante que contar a la gente”, dice. Amante de la novela negra e influenciado por su compatriota Sebastien Japrisot (le marcó su novela 'Un verano asesino') amén de los ya clásicos del género como Indridason, Lehane o Hillerman, publicó tres novelas negras (no traducidas al castellano) protagonizadas por el policía André Anato y ambientadas en la Guayana, territorio que conoce a la perfección.

Para documentarse, el escritor pasó cerca de dos meses en un pueblo del Causse. “Se trataba de conocer a los aldeanos, descubrir qué piensan, qué supone ser un campesino que vive solo en la montaña. Pero no los convierto en personaje de la novela. Nunca busco a un personaje, aunque a veces te encuentra él a ti”. Los protagonistas de Solo las bestias son totalmente ficticios, pero en otros casos, hay quien se ha podido reconocer perfectamente en un libro de Niel. “Ambientando una novela en las selvas de la Guayana, un guía biólogo, experto en ranas, de repente me dejó solo en plena selva porque había oído una rana en concreto y la buscaba. ¡Y no es una broma quedarte solo en la selva! Contaba las veces que croaba en un minuto para estar seguro de que sí, de que había dado con ese ejemplar... Era un tipo fascinante y, además, tenía cara de batracio [añade, en tono de broma] y sí, este sí que sale en un libro”.

La soledad, la incomunicación, la desmotivación de estas gentes… En este panorama, ¿quiénes son las bestias que dan título de la novela? “Solo ellas, sus vacas, sus ovejas, sus corderos, comparten la soledad de los protagonistas”, explica el escritor. Pero va más allá: "Me gusta el título porque también es metafórico, acepta interpretaciones de todo tipo. Después de todo, nosotros también somos bestias. Todos somos bestias".

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