COMER Y BEBER

‘Sepionet’ en Chamberí

El cocinero César Anca abre en Madrid Xanverí, donde mezcla "la fuerza de la capital, una cocina castiza, honesta y rotunda, con la sutileza del Mediterráneo”

Reservado del restaurante Xanverí, en Madrid.

A pesar de que Chamberí es el barrio en el que se crio César Anca, el chef ha desarrollado la mayor parte de su carrera gastronómica en Alicante. Tras varios años en la costa, Anca decidió, hace un par de meses, inaugurar local en Madrid: “La idea era expresar la fuerza de la capital: una cocina castiza, honesta y rotunda, mezclada con la sutileza del Mediterráneo”, dice el cocinero. Esa mezcla arranca con el nombre de su restaurante, que combina el barrio capitalino con el catalán: Xanverí (Zurbarán, 18; unos 50 euros por persona; www.xanve...

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A pesar de que Chamberí es el barrio en el que se crio César Anca, el chef ha desarrollado la mayor parte de su carrera gastronómica en Alicante. Tras varios años en la costa, Anca decidió, hace un par de meses, inaugurar local en Madrid: “La idea era expresar la fuerza de la capital: una cocina castiza, honesta y rotunda, mezclada con la sutileza del Mediterráneo”, dice el cocinero. Esa mezcla arranca con el nombre de su restaurante, que combina el barrio capitalino con el catalán: Xanverí (Zurbarán, 18; unos 50 euros por persona; www.xanveri.com).

El local, cuidadosa y acertadamente decorado, está dividido en dos espacios: La Desenfadada y El Gastronómico. Como indican sus nombres, uno más informal, donde se puede desayunar o picar algo a todas horas (lunes a sábados de 10.00 a 2.00; domingos de 10.00 a 16.00), y otro más formal para comer o cenar (lunes a sábados de 13.30 a 16.00 y de 20.30 a 24.00; domingos de 13.30 a 16.00).

Las propuestas de Anca huelen a mar. También a montaña y a meseta. Por la carta desfilan unos cuidados tiraditos de atún, frescos sepionet a la parrilla, suaves alcachofas, sorprendentes falsos tomates, sabrosos callos de bacalao, un espectacular plato de pulpo sobre torrijas, un jugoso solomillo a la parrilla... Siguiendo sus inclinaciones mediterráneas, no podían faltar los arroces y el que finge ser negro, elaborado con arroz salvaje, es de cata obligatoria. Todos los platos se pueden —y deben— pedir para compartir para así poder descubrir los matices del cocinero.

Para fomentar la fusión, la carta de vinos ofrece una original selección de caldos alicantinos, con representantes como El Sequé. En su segundo intento de seducir en la capital (el anterior fue la efímera Taberna de César Anca), el cocinero ha sacado la artillería del buen gusto.

En tres ideas

  • Lo mejor... Sus sorprendentes y sabrosos platos.
  • Lo peor... El hilo musical está demasiado presente.
  • Ideal para ir con... Amigos a los que sorprender con novedades gastronómicas.
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