Un año sin Rita Barberá

Solo una misa en la catedral de Valencia recuerda a la alcaldesa en el aniversario de su muerte

Rita Barberá en un pleno municipal de 1995, cuando era alcaldesa de Valencia.CARLES FRANCESC

Hace un año este jueves de la repentina muerte de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia durante 24 años. Pero descartada la conmemoración institucional y sin ningún acto previsto por parte del PP valenciano, el aniversario de la desaparición de una de las figuras políticas españolas más populares desde la Transición, a la que su partido sigue sin encontrar relevo en la ciudad, tendrá un perfil bajo.

La familia ha organizado este jueves una misa en la catedral de Valencia, que oficiará el arzobispo Antonio Cañizares, y a la que la dirección regional del partido que preside Isabel Bonig, en...

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Hace un año este jueves de la repentina muerte de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia durante 24 años. Pero descartada la conmemoración institucional y sin ningún acto previsto por parte del PP valenciano, el aniversario de la desaparición de una de las figuras políticas españolas más populares desde la Transición, a la que su partido sigue sin encontrar relevo en la ciudad, tendrá un perfil bajo.

La familia ha organizado este jueves una misa en la catedral de Valencia, que oficiará el arzobispo Antonio Cañizares, y a la que la dirección regional del partido que preside Isabel Bonig, en su día protegida de Barberá y distanciada después de ella a raíz de los problemas judiciales de la exregidora, asistirá de forma "discreta y a título personal", según han indicado fuentes del PP.

Ya el año pasado, recuerdan, el partido tuvo poco protagonismo después de que la familia pidiera mantener el entierro en un ámbito íntimo. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y otros dirigentes del PP asistieron, pero por su condición de amigos. Y un portavoz municipal indica que con motivo del fallecimiento el Ayuntamiento ya adoptó medidas de homenaje. El Consistorio desechó hace meses la idea de dedicarle rápidamente una calle a Barberá, como pidió una entidad, alegando el poco tiempo transcurrido desde su muerte y la inexistencia de consenso entre los ciudadanos.

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Casi todos dentro del PP admiten en privado que la recta final de la carrera política de Barberá, con su imputación por presunto blanqueo de capitales en el caso Taula y su salida del Grupo Popular en el Senado, dificulta de momento un reconocimiento mayor a la persona que dirigió durante casi un cuarto de siglo la tercera ciudad del país y fue conocida como la alcaldesa de España.

"El sentimiento hacia ella siempre existirá. Tuvo una trayectoria muy buena y muy dilatada, pero por las circunstancias o por sí misma no pudo terminarla bien. También es cierto que sufrió una campaña muy fuerte. Se llegó a aprobar una ley en las Cortes Valencianas para revocarla como senadora territorial, una norma que el Tribunal Constitucional acaba de echar por tierra. Es muy triste que una carrera tan grande acabara así", afirma un cargo del partido en Valencia.

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No ha ayudado a disipar las sombras la evolución de la investigación judicial del grupo municipal del PP. Medio centenar de concejales y asesores siguen imputados y las pesquisas, que hace un año se centraban en la campaña electoral de 2015, se han extendido a las de 2011 y 2007. Especialmente significativa ha resultado la caída en desgracia de la otrora mano derecha de la alcaldesa, Alfonso Grau, para quien la Fiscalía ha pedido este año seis años de cárcel por blanqueo y cohecho en otro caso.

El destino político de los concejales y asesores populares del Ayuntamiento de Valencia está según todos los indicios sellado, como admiten incluso algunos de ellos. Pero su negativa a dimitir mantiene bloqueado al partido en la ciudad, donde funciona, en paralelo una gestora, lo que difumina su mensaje. Ello ha provocado que pese a tener casi la mitad de concejales la oposición de Ciudadanos al Gobierno municipal de Joan Ribó resulte por momentos más nítida.

Relevo forzado

Fuentes del partido enmarcan la previsible retirada del grupo municipal del PP en un relevo más amplio, que se está materializando ya en gran parte de la organización política valenciana. "Lo normal será que las listas municipales y autonómicas de 2019 no tengan nada que ver con las de 2015. El cambio generacional ya se ha producido. Y hay que reconocer que lo ha hecho el fiscal", señala un cargo orgánico.

A un año y medio de las elecciones municipales, el partido que encadenó cinco mayorías absolutas con Barberá de cabeza de cartel busca el nombre que le permita concurrir con opciones de recuperar la ciudad, pero nada está aún decidido. Ni siquiera si es mejor apostar por un perfil con peso en el partido y experiencia en la Administración valenciana, como el portavoz en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, o un independiente, como el presidente del Levante Unión Deportiva, Quico Catalán.

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