El agua se contamina tras los fuegos con hidrocarburos cancerígenos

Científicos exigen a la Xunta de Galicia que analice los embalses y citan estudios que han demostrado presencia de sustancias nocivas por el arrastre de cenizas

Carteles en Carballeda de Avia tras los incendios de octubre.B. P. Rodríguez

La llegada de las lluvias a los escenarios del último desastre ecológico en Galicia ha puesto en alerta a científicos, ecologistas y poblaciones de las zonas afectadas que dependen del agua de ríos y embalses para beber y abrevar sus animales.  La Sociedade Galega de Historia Natural ha registrado en la Xunta un escrito en el que exige a la Consellería de Sanidade que analice "urgentemente" los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos y elementos traza procedentes del...

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La llegada de las lluvias a los escenarios del último desastre ecológico en Galicia ha puesto en alerta a científicos, ecologistas y poblaciones de las zonas afectadas que dependen del agua de ríos y embalses para beber y abrevar sus animales.  La Sociedade Galega de Historia Natural ha registrado en la Xunta un escrito en el que exige a la Consellería de Sanidade que analice "urgentemente" los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos y elementos traza procedentes del arrastre de cenizas de los montes "en las aguas y en los sedimentos de los embalses en las zonas afectadas por la oleada de incendios". El grupo de defensa medioambiental, integrado por científicos, recuerda que en la comunidad ya existen estudios que han revelado la relación de los fuegos con la contaminación del agua y de especies animales. Pide al departamento de sanidad que vele por la seguridad del consumo de agua potable en colaboración con los servicios municipales de aguas y los órganos responsables de las cuencas, es decir, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y Augas de Galicia, dependientes del Gobierno central y la Xunta, respectivamente. En su balance definitivo, el Gobierno gallego ha reconocido que la superficie devastada por el fuego en el fin de semana del 15 de octubre fue de 49.171 hectáreas.

La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) recuerda que los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) son "contaminantes orgánicos tóxicos, persistentes y bioacumulables, que tienen o se sospecha que tienen efectos carcinogénicos o mutagénicos". A menudo tienen un origen industrial pero "tambien se originan en grandes cantidades durante los incendios forestales, y luego son arrastrados por las lluvias hacia los cursos y masas de auga". Esto está comprobado y "es así hasta el punto de que una reciente publicación científica empleó las concentraciones de HAP en sedimentos de un lago para elaborar un registro histórico de incendios en su cuenca".

En Galicia, la presencia de estos hidrocarburos procedentes de los incendios forestales "está comprobada al menos por dos estudios", sigue explicando el grupo en un comunicado hecho público hoy.  En el Estudio de Impacto Ambiental de la central hidroeléctrica "reversible" de Salas-Conchas (Ourense) "se detectaron niveles muy elevados de HAP en los sedimentos recogidos cerca del muro de presa del embalse de As Conchas", que recoge el agua del río Limia. Y tras la gran oleada de incendios de 2006 se descubrió que los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos se habían "multiplicado por cinco" en los huevos del chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) que cría en la arena de las playas del noroeste ibérico. Además, en los sedimentos erosionados de zonas quemadas en Galicia, según otra investigación de 2013, se detectaron "niveles muy elevados de algunos elementos traza, principalmente zinc y manganeso, que podrían comprometer la potabilidad".

En julio de 2014, la SGHN ya había solicitado a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y a Augas de Galicia que en la revisión de los planes hidrológicos de los ríos gallegos "se incluyera expresamente" el análisis "sistemático" de las concentraciones de hidrocarburos aromáticos policíclicos en los sedimentos de "todas las masas de auga naturales o artificiales" para evaluar si existen contaminación y "factores de riesgo para la calidad de las aguas, los organismos acuáticos y la salud humana".

La última ola de incendios se cebó con zonas altamente pobladas y calcinó enormes superficies en "las cabeceras y el entorno de manantiales, captaciones, ríos y embalses, tanto hidroeléctricos como de abastecemiento de auga", destacan los científicos. "Existe, por tanto, el riesgo de que las cenizas, carbones y sedimentos arrastrados por las lluvias" contaminen el agua.

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