El desarrollo urbanístico de la A-2 amenaza con colapsar el tráfico de San Blas

El Ayuntamiento prevé que la ampliación de la calle de Josefa Valcárcel mejore el tránsito

Imagen de la calle de Ignacio Luca de Tena.ÁLVARO GARCÍA

La apertura de oficinas y una clínica médica entre las calles de Juan Ignacio Luca de Tena y Josefa Valcárcel, en el distrito de San Blas, amenaza con colapsar el tráfico durante cinco de los siete días de la semana. Los residentes temen que edificios como la que tenía que ser la nueva sede del Banco Popular, en el que pueden trabajar hasta 4.000 empleados, afecte al tráfico de manera irreversible. El Ayuntamiento responde que una nueva frecuencia de semáforos ayudará a que el tránsito no se convierta en un problema. La oposición habla de "inmovilismo".

La entidad financiera construyó l...

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La apertura de oficinas y una clínica médica entre las calles de Juan Ignacio Luca de Tena y Josefa Valcárcel, en el distrito de San Blas, amenaza con colapsar el tráfico durante cinco de los siete días de la semana. Los residentes temen que edificios como la que tenía que ser la nueva sede del Banco Popular, en el que pueden trabajar hasta 4.000 empleados, afecte al tráfico de manera irreversible. El Ayuntamiento responde que una nueva frecuencia de semáforos ayudará a que el tránsito no se convierta en un problema. La oposición habla de "inmovilismo".

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La entidad financiera construyó la que sería su nueva sede en la ribera de la A-2, ahora, y aunque desocupada, supone un potencial problema para el tráfico en la zona. El complejo puede albergar a 4.000 trabajadores y tendrá un espacio de aparcamiento para 1.000 vehículos. Todavía no queda claro que ahí puedan desplazarse miles de trabajadores en los próximos meses, pero en la zona se encuentran ya oficinas como una filial de L'Oreal España y la Dirección General de Tráfico, por lo que los vecinos están preocupados por la gestión del tráfico.

Residentes de la calle de Ignacio Luca de Tena escribieron a la alcaldesa, Manuela Carmena, por los problemas de tránsito que ya existían en el barrio y la preocupación que les generaba el posible aumento del mismo que supondrán las nuevas edificaciones. En el pasado mes de mayo, el asunto llegó a la comisión municipal de Medio Ambiente y Movilidad.

Francisco José López Carmona, director general de gestión y vigilancia de la circulación del Consistorio, detalló que una de las primeras medidas tomadas atañe a la regulación de los semáforos. Esa regulación será en un primer momento "adaptativa", es decir, que responda de manera instantánea a la situación del tráfico, y que en "un segundo momento", tras la apertura de las oficinas, se pasará a "un plan específico de regulación manual con la intervención de Policía Municipal". El Consistorio ayer confirmó que los datos anunciados por el técnico siguen siendo los más actualizados sobre el tema.

Representantes vecinales confirman que el Ayuntamiento, dirigido por Manuela Carmena, tomó algunas medidas como la modificación de secuencias de semáforos en la glorieta Ricardo Velázquez Bosco en diciembre de 2016, la eliminación de paradas de autobús o la ampliación de algunos carriles, aunque estas no fueron todas las medidas propuestas en la carta.

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Por otro lado, López Carmona explicó que el banco se comprometió a habilitar la calle de Josefa Valcárcel, de dos carriles, como vía de servicio de la A-2. Esta calle se alargará hasta la glorieta de Canillejas, por un tramo de unos dos kilómetros, completando una conexión con la rotonda. La prolongación debería estar lista para noviembre, cuando esa sociedad contemplaba abrir las nuevas oficinas, aunque fuentes de la empresa no confirmaron ayer esa fecha como oficial.

La Clínica de Navarra también se ha comprometido a modificar el diseño de accesos y salidas teniendo la obligación de instalar nuevos pasos de peatones, semaforización y realizar una ampliación de aceras, según sostuvo López Carmona.

La cuestión atañe también al estacionamiento de los vehículos. Las paradas de metro más cercanas de las calles mencionadas quedan aproximadamente a unos 800 metros, y el número de empleados que se desplazará a diario se incrementará de manera ingente. La entidad financiera construirá un aparcamiento de 1.000 plazas, pero no queda claro cómo se resolverán las necesidades de otros centenares de trabajadores.

Sergio Brabezo, concejal de Ciudadanos que llevó la cuestión a la comisión consistorial, incidió en el peligro de que los retrasos municipales conviertan la zona en "un nuevo problema para nuestra ciudad". "El transporte público es inadecuado para las necesidades y, por otro lado, tenemos una falta de aparcamientos", señaló el edil. Según Brabezo, la modificación de la calle Valcárcel y los accesos a la A-2 acabarán con "desplazar los problemas" a la glorieta de Canillejas, mientras que en cuando a la calle Luca de Tena, reprochó al equipo de Manuela Carmena falta de mira y de estrategia.

El Ayuntamiento de Madrid ha ejecutado "una reconfiguración de la entrada y salida de la glorieta en esa calle y del acceso desde la calle del doctor Zamenhof", contestó el técnico municipal, aunque Brabezo insistió en su lectura de la situación: "El inmovilismo no resuelve los problemas; los oculta, pero no los resuelve". "Desatasque este problema antes de que sea demasiado tarde, porque tal y como vamos, sinceramente, solo tendremos más atascos y más problemas en esa zona de Madrid", afirmó el edil refiriéndose a Inés Sabanés, delegada del Área de Movilidad del Ayuntamiento.

Un problema heredado

El Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena, se escuda ante las críticas de la oposición de que heredó el problema del anterior ejecutivo de Ana Botella (PP). Así lo manifestó Francisco José López Carmona, director general de gestión y vigilancia de la circulación del Consistorio, en una comisión municipal. "La planificación de la zona, la obtención de la licencia, etcétera, no se han realizado en este mandato", afirmó.

El Ayuntamiento confirmó este domingo que los datos difundidos en mayo por López Carmona siguen representando la información más actualizada en ese ámbito. Sin embargo, prefirieron no confirman la hipótesis de que el mismo Consistorio trabajara para crear un gran aparcamiento en la zona, tal y como señalan algunas fuentes municipales.

Por otro lado, se descarta la construcción de un aparcamiento disuasorio conectado al transporte público colectivo (cercanías, metro y autobuses), que permita a los usuarios dejar el coche con costes muy asequibles. En julio del año pasado, el Ayuntamiento anunció la creación de aquí a 2019 de nuevos aparcamientos disuasorios. Los estacionamientos se ubicarán cerca de las paradas de transporte público y tendrán tarifas de entre 0,50 y 1,50 euros.

Estos aparcamientos serán incluso gratuitos en el caso de que el usuario esté en posesión del título de transporte con el que el aparcamiento estuviera conectado. El tiempo de estancias en los aparcamientos será de un mínimo de 2 y 4 horas, y un máximo de 16 y 24 horas. El Consistorio asegura que los sistemas de pago serán "ágiles, cómodos y eficientes".

Todas estas medidas están incluidas en el plan de calidad de aire que el Ayuntamiento de Madrid ha lanzado a principios de 2017. Su objetivo es conseguir una "ciudad sostenible", a través de la reducción de la contaminación atmosférica y la mejora de la movilidad.

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