Anagrama retoma el humor gráfico en su catálogo con el impasible Glen Baxter

La editorial Anagrama quiere recuperar la efervescencia del cómic y del humor gráfico de la década de los ochenta en España que ella misma ayudó a dinamizar. Treinta y dos años después de la publicación de El rayo inminente, de Glen Baxter (Leeds, 1944), la editorial rescata al campeón del chiste impasible con la publicación de Casi todo Baxter. El libro, con prólogo del humorista Joaquín Reyes y el crítico Jordi Costa, es una de las tres primeras entregas (junto a ...

La editorial Anagrama quiere recuperar la efervescencia del cómic y del humor gráfico de la década de los ochenta en España que ella misma ayudó a dinamizar. Treinta y dos años después de la publicación de El rayo inminente, de Glen Baxter (Leeds, 1944), la editorial rescata al campeón del chiste impasible con la publicación de Casi todo Baxter. El libro, con prólogo del humorista Joaquín Reyes y el crítico Jordi Costa, es una de las tres primeras entregas (junto a Cosas que te pasan si estás vivo, del reconocido dibujante argentino Liniers y El problema de las mujeres, de la también inglesa Jacky Fleming), de la colección Contraseñas Ilustradas.

Baxter, que ha visitado Barcelona para hablar de su libro junto a los editores Jorge Herralde y Sílvia Sesé, convirtió el acto de presentación en un recital de chistes y vivencias humorísticas. La obra reúne algunos de los momentos más destacados de su carrera y ya está disponible en las librerías.

“El mundo es absurdo. Yo solo me limito a informar”, afirma el humorista, que recuerda los inicios de su “enfermedad”, como él mismo la bautiza. “En una jornada de puertas abiertas de mi guardería, mi madre se sorprendió ante la cantidad de figuras de barro que había hecho durante el curso. ¡Ocupaban tres mesas! Fue la primera señal de lo que vendría después”, explica.

En los dibujos de Baxter, caricaturas de absurdidades con destellos de novelas de aventuras, están muy presentes las historias de los cowboys americanos. Por eso, dice el autor, “mis trabajos tuvieron más éxito en los setenta en Estados Unidos que en el Reino Unido”, sostiene tan serio como dice acto seguido: “Yo quería ser un vaquero, pero en una ciudad inglesa y sin caballos era imposible. Así que opté por dibujarlos”. La calidad de su trabajo le ha permitido que haya aparecido en medios tan reputados como The New Yorker, Vanity Fair, Elle, Vogue, Le Monde y The Observer, y expone frecuentemente en Nueva York, Amsterdam, París o Londres, ciudad donde reside.

El estilo del autor inglés, siempre de trazo claro y limpio en lo formal, está enmarcado en lo que él mismo califica de “humor de ideas”, repleto de personajes surrealistas y vivencias absurdas. Señas de identidad de su propia vida. “Era tartamudo y mi madre me envió a comprar un botón para la camisa de mi padre. Me estuve preparando la frase durante todo el camino. Me presenté a la tienda y conseguí decirlo a la perfección. Pero el empleado me miró estupefacto: ¡me había equivocado de sitio y estaba en una tienda de muebles! Todo el esfuerzo para no trabarme no valió para nada…”, rememora con socarrona seriedad.

Anagrama se ha tomado en serio Contraseñas Ilustradas, la misma colección con la que Herralde lanzó 13 títulos entre 1981 y 1992. La nueva iniciativa se inaugura con siete libros previstos para este mismo año y uno de Javier Mariscal, aún en el tintero, sobre “su visión del universo”, previsto inicialmente para 2018. “Intentaremos publicar entre seis y ocho libros al año”, añade Herralde. El argentino Liniers publicará tres libros el próximo otoño: Posters, Cuatro cuentos y Escrito y dibujado por Enriqueta; el cuarto será Making Trouble, de John Water. “Abrir con Baxter era la manera más elegante y potente de entrar en la colección”, dice la editora Sesé.

Herralde dice que esta vez espera “no perder dinero con su publicación”, como le ocurriera hace 32 años. La consolidación del cómic y de la novela gráfica en esta última década hacen pensar que no se repetirá la negativa experiencia.

De niño, a Baxter le inspiraban, asegura, los vaqueros y libros como los de Julio Verne. Y eso “a pesar de que en mi casa solo había un libro y encima era de cocina inglesa; así que imagínense su grosor”. Ahora, explica el autor, se inspira por “el miedo a la pobreza”. Porque no todo es broma y caricaturización en el mundo baxteriano. “Con el Brexit, se han matado ni más ni menos que cuarenta años de asociación cultural. Parece que todo se reduzca a dinero, economía y cifras, pero teníamos una identidad cultural compartida con Europa. Es preocupante que nuestro país ahora esté más cerca del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que de la Unión Europea. Con eso sí que no bromeo”.