BALANCE DEL GOBIERNO MADRILEÑO / Educación

Una escuela que sobresale en el informe PISA pero cojea en equidad

La oposición agradece la vuelta al diálogo; ahora la oposición reclama nuevas políticas

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, durante su visita el pasado septiembre al colegio publico Carmen Laforet.JAIME VILLANUEVA

Después de años de guerra abierta entre la mayor parte de la comunidad educativa y el Gobierno regional, la vuelta al diálogo es sin duda uno de los puntos más destacables del sector en 2016. La oposición reconoce, agradece y abraza el nuevo talante, pero reclama hechos que no terminan de llegar (como la construcción de nuevos colegios) y critica una “política continuista” de baja inversión que resulta en alta desigualdad, aseguran. El departamento que dirige Rafael van Grieken defiende “la calidad” de su modelo, con bilingüismo a la cabeza y avalada, opinan, por los buenos resultados en el informe PISA.

En la Comunidad de Madrid estudian 1,1 millones de alumnos desde infantil hasta bachillerato y FP, a los que hay que sumar 275.000 universitarios. Un enorme sistema que completan decenas de miles de profesionales (empezando por 87.000 docentes de escuelas e institutos y cerca de 23.000 profesores de enseñanza superior) y en permanente tensión, pues sobre él se construye el futuro económico y social.

Pacto educativo. El pasado septiembre, la Comunidad presentó una propuesta de acuerdo “que...

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En la Comunidad de Madrid estudian 1,1 millones de alumnos desde infantil hasta bachillerato y FP, a los que hay que sumar 275.000 universitarios. Un enorme sistema que completan decenas de miles de profesionales (empezando por 87.000 docentes de escuelas e institutos y cerca de 23.000 profesores de enseñanza superior) y en permanente tensión, pues sobre él se construye el futuro económico y social.

Pacto educativo. El pasado septiembre, la Comunidad presentó una propuesta de acuerdo “que siente las bases y la estrategia educativa de la región para los próximos años y que dé estabilidad”. Es un claro exponente del cambio de talante del Gobierno madrileño en este campo, pero también, según la oposición, es el mejor ejemplo de lo que consideran buenas palabras sin contenido real. “Solo ha habido un documento, que básicamente recoge ideas del programa electoral del PP, rechazado por todos los grupos e instituciones”, asegura el diputado del PSOE Juan José Moreno.“Quieren alcanzar un pacto educativo sin hablar de diagnóstico ni de presupuesto”, se queja desde CC OO Isabel Galvín, que admite, no obstante, que las negociaciones en materia laboral sí han avanzado mucho y van por buen camino.

“La vuelta al diálogo es en sí mismo un objetivo cumplido”, asegura Emilio Díaz, portavoz de la patronal mayoritaria concertada Escuelas Católicas, que en todo caso echa en falta “la puesta en marcha de nuevos programas”.

Bilingüismo. Precisamente, el continuismo es lo que le achacan en general la oposición al equipo de Van Grieken. Este destaca de su política en 2016 “la ampliación por primera vez” de los programas de educación bilingüe (se dan buena parte de las asignaturas en un segundo idioma) a la FP y que un 45% de los centros educativos públicos son ya bilingües. La calidad del sistema, aseguran, la demuestra el informe PISA de la OCDE (evalúa cada tres años las destrezas de los alumnos de 15 años de todo el mundo) que coloca a Madrid entre las comunidades con más puntuación (junto a Castilla y León y La Rioja) y muy cerca de los países mejor colocados, como Singapur, Canadá o Finlandia.

Sin embargo, en ese mismo informe se puede ver la otra cara que no se cansa de señalar la oposición: la desigualdad y la falta de equidad. PISA dice también que Madrid es la quinta comunidad con el peor índice de inclusión académica (medida según las diferencias entre alumnos dentro de un mismo centro), empatado con Navarra y a tres puntos de La Rioja y a casi cinco de Castilla y León. Además, Madrid es la tercera autonomía, solo por detrás de Cataluña y Canarias, con mayor diferencia de resultados entre los centros de contextos desfavorecidos y los de contextos socioeconómicamente más favorecidos: 65 puntos de media, el equivalente a  dos cursos escolares completos. En Castilla y León, esa diferencia es casi la mitad: 37 puntos.

Estas diferencias se ven claramente y persistentemente si se comparan las zonas ricas y más pobres de la región. En el este y el sur, por ejemplo, la tasa de graduación en 4º de ESO está en el 60%, muy por debajo de la capital (67%), el norte (70%) y oeste (72%), según los últimos datos, de 2013-2014. En 2005, en la prueba de conocimientos de sexto de primaria, oeste, norte y capital obtuvieron una media de 6,22, 5,93 y 5,86 puntos, mientras que sur y este sacaron 5,64 y 5,62.

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Este es el resultado, según la diputada de Podemos Cecilia Salazar, de “una política educativa muy elitista” que está haciendo “aumentar la brecha social”. Esta consejería “continúa el proceso de desmantelamiento de la escuela pública”, añade. Madrid es la segunda comunidad con menos peso de la pública (que acoge al 55% de alumnos), solo por delante de País Vasco (51,1%).

Atención a la diversidad. La atención a la diversidad es una de las bases para compensar esas diferencias y una de las políticas que más se ha visto afectada en Madrid durante los años de crisis con la pérdida de profesionales y programas. En este capítulo la consejería asegura que está mejorando la situación, por ejemplo, con “45 nuevos maestros especialistas en Audición y Lengua y en Pedagogía Terapéutica” o 44 centros preferentes públicos con aulas para alumnos con autismo.

Sin embargo, la oposición en bloque se queja de que el compromiso de reducir el número de alumnos por profesor que sacó la oposición en la Asamblea y se incluyó en los presupuestos de 2016 no se ha cumplido. Sin información oficial en la región, los últimos datos del Ministerio de Educación dicen que Madrid sigue teniendo la media de alumnos por profesor más alta de España (14,1).

Financiación. Muchos de estos problemas se deben, según la oposición, a una financiación muy escasa: el gasto público por alumno también es el más bajo, menos de 4.000 euros al año. María Teresa de la Iglesia, de Ciudadanos, admite “el esfuerzo que ha hecho este Gobierno”, pero insiste en que todavía “no se ha recuperado la inversión”, tras años de fuertes recortes. Destaca, no obstante, la bajada de tasas de un 20% en las escuelas infantiles y la reducción dos años consecutivos en las matrículas universitarias. En este caso, han bajado un 15%, pero después de una brutal subida media del 66% entre 2012 y 2013. Mientras la Consejería saca pecho de su esfuerzo en becas —“Hemos logrado un récord que supera los 100 millones”—, Isabel Galvín, de CC OO, destaca la escasez de las ayudas a libros de texto y comedor y las promesas sobre papel que no se cumplen: “En 2015 no se gastaron todo el presupuestos". 

A la espera de nuevos institutos. Buena parte de los nuevos colegios e institutos públicos prometidos en los presupuestos de 2016 no están empezados, aunque algunos de ellos ya se han licitado o están en camino, según señala de forma unánime la oposición. “Hay muchas quejas porque no están llegando los centros escolares necesarios para atender a los nuevos barrios”, protesta María Teresa de la Iglesia, de Ciudadanos. Algunos ejemplos son la ampliación del instituto público Neil Armstrong de Valdemoro; la construcción de otros dos centros en los barrios de Montecarmelo y San Fermín (la consejería asegura que en estos casos está a la espera de que los Ayuntamientos resuelvan la cesión de las parcelas) o uno de bachillerato y FP en Paracuellos del Jarama.

A la espera de nuevos institutos

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