Un 080 más atlético

Las bambas han invadido las pasarelas, los pantalones de chándal se han extendido más allá del gimnasio y las calles se han llenado de un estilo de vestir deportivo —athleisure en el argot. No ajeno a esta tendencia, sino todo lo contrario, el 080 Barcelona Fashion se ha instalado en el Instituto Nacional de Educación Física de Catalunya (INEFC), en Monjtuïc, hasta el viernes. Se trata de la pasarela más atlética, que se inauguró ayer con Carlotaoms y Krizia Robustella. Cerró la primera jornada una TCN más deportiva q...

Las bambas han invadido las pasarelas, los pantalones de chándal se han extendido más allá del gimnasio y las calles se han llenado de un estilo de vestir deportivo —athleisure en el argot. No ajeno a esta tendencia, sino todo lo contrario, el 080 Barcelona Fashion se ha instalado en el Instituto Nacional de Educación Física de Catalunya (INEFC), en Monjtuïc, hasta el viernes. Se trata de la pasarela más atlética, que se inauguró ayer con Carlotaoms y Krizia Robustella. Cerró la primera jornada una TCN más deportiva que nunca.

Carlotaoms presentó para primavera-verano 2017 una colección callejera y conceptual, con mucho tejido vaquero, y con el rojo como color estrella, en homenaje al tomate, el producto con el que reivindican la vuelta a los orígenes de la producción local. Dos veces ganadoras del premio al mejor diseño emergente, mostraron vestidos con aires campesinos, pantalones anchos, sudaderas con tomates ilustrados y trencas de líneas rectas.

El deportivo es el estilo de Krizia Robustella, una diseñadora que ha hecho de la ropa deportiva una propuesta para cada día. Una vez más, presentó vestidos elásticos y tops ajustados para ellas, y bermudas por debajo de la rodilla y sudaderas para ellos, abigarrados de mensajes pop. Esta vez, la inspiración venía de las culturas que encaran la muerte con optimismo, con prendas de base negra que rompían el luto con coloreados estampados. Pistolas y navajas, plantas y sonrisas (smileys) cargaban las piezas de un estilo que la misma diseñadora denomina funny-fúnebre.

Desde la inspiración marinera, Yerse también reivindicó la comodidad, con vestidos de punto largo mezclados con camisas vaporosas, conjuntos de tonos verdes, azules o coral, o con algunas piezas metalizadas. Miquel Suay rindió un homenaje a la arquitecta Zaha Hadid, con una colección de hombre inspirada en el movimiento de sus edificios. Con rejillas e infinitas sobreposiciones consigue crear este efecto en camisetas y bermudas, con una amplia paleta de colores.

Siguiendo la obstinación de devolver a las mujeres la comodidad perdida, TCN cerró la primera jornada con su propuesta más deportiva, pensada para una mujer que se enfrenta a una carrera de obstáculos cada día. Conjuntos urbanos y conceptuales, donde los pantalones pueden acabar con goma en los tobillos o las líneas laterales en tonos plateados les dan un carácter atlético y chic a la vez. En baño, modelos ataviadas con cintas en la cabeza y muñequeras lucieron más bañadores que otras veces y, como novedad, bikinis en plana con todo tipo de estampados, desde rayas a flores o cuadros vichy.

Celia Vela avanza el tempo

Burberry, Tom Ford y Vetements han empezado a marcar un nuevo camino en el calendario de la moda, apostando por poner a la venta sus colecciones inmediatamente después de presentarlas en la pasarela. En Barcelona, Celia Vela es la primera diseñadora que se atreve a coger el relevo de este nuevo tempo. Ayer presentó una colección cápsula, atemporal, que a partir de agosto ya estará en su tienda de Figueres y en los puntos multimarca que tiene la firma. “No le puedo decir al cliente que esa pieza que tanto le gusta la tendrá dentro de un año”, argumentaba Vela entre bastidores, además de reconocer que también evitará así las copias. Con esta filosofía, presentó una colección atemporal, porque las estaciones cada vez son más difusas, apuntó. Así, vestidos de viscosa largos se mezclan con chaquetas de polipiel con motivos florales, o piezas de organza estampadas se cruzan con vestidos y abrigos de pana.

Quién no lo ve igual es Justicia Ruano, que presentó su colección de fiesta para la primavera-verano 2017, y aseguró que va a seguir con el sistema clásico de presentación y producción de las colecciones. “Ya trabajé en fast fashion y con mi firma quiero trabajar a otro ritmo, esa no es mi filosofía”, argüía, añadiendo que sus colecciones necesitan entre cuatro y seis meses de producción. Ayer presentó una colección de fiesta con su toque transgresor, más notable en los estampados de grafitis que adornaban faldas o chaquetas bomber, o los vestidos de lúrex azul noche y rosa.