El Centro de Arte de Fabra i Coats se hace mayor

El espacio de Sant Andreu destinado a las creaciones contemporáneas se amplía a meses vista de las elecciones

Uno de los espacios de la ampliación del Centro de Arte de la Fabra i Coats de Barcelonaconsuelo bautista

Después de estar dos años en parada técnica, el Centro de Arte de Fabra i Coats vuelve a echar a andar y afronta su ampliación a escasos meses vista de las elecciones municipales. El centro, instalado en una de las naves del antiguo complejo fabril de Sant Andreu, empezó a funcionar como un nuevo espacio expositivo del arte contemporáneo en septiembre de 2012, concretamente en la planta baja de unos 600 metros cuadrados. Pero su capacidad potencial era mucho mayor: las tres plantas superiores más un espacio de unión con otro ...

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Después de estar dos años en parada técnica, el Centro de Arte de Fabra i Coats vuelve a echar a andar y afronta su ampliación a escasos meses vista de las elecciones municipales. El centro, instalado en una de las naves del antiguo complejo fabril de Sant Andreu, empezó a funcionar como un nuevo espacio expositivo del arte contemporáneo en septiembre de 2012, concretamente en la planta baja de unos 600 metros cuadrados. Pero su capacidad potencial era mucho mayor: las tres plantas superiores más un espacio de unión con otro edificio del complejo. En total, cerca de 3.000 metros cuadrados, de los que unos 2.400 serían netos como superficie expositiva.

Esa segunda fase de las obras es la que ahora –este mes- se ha reiniciado. La previsión es que las tres plantas superiores estarán listas para funcionar en primavera, mientras que el espacio de unión entre los dos edificios –desde el que se ve la nave que acoge la Fábrica de Creación- se terminará en el próximo mandato municipal, según puntualizó el concejal de Cultura, Jaume Ciurana, con un nuevo marco de inversiones en la mano. El actual, que expira en 2015, ha concentrado la parte del león –dos de cada tres euros- en la apertura y funcionamiento del Born Centre Cultural y en la amplísima agenda cultural en torno al Tricentenario.

La ampliación del Centro de Arte de Fabra i Coats no supone una ingente inversión -1.012.000 euros más otros 200.000 anuales de presupuesto de contenidos- y ha tenido “muy buena aceptación”, en palabras de Ciurana, por parte de los vecinos de Sant Andreu y, sobre todo, por los creadores de arte contemporáneo que ahora tienen otro referente más en Barcelona -la columna vertebral es el Macba y La Capella en pleno centro histórico-  después de que el consistorio descartara utilizar a ese fin las instalaciones del Canódromo de la Meridiana.

En 2012, el centro de Fabra i Coats tuvo 10.000 visitas, el mismo número el año pasado mientras que este año, hasta agosto, lo han visitado poco más de 2.000. El aparente bajón no es tal, en opinión de Llucià Homs, director de Promoción de los Sectores Culturales, para quien es a partir de septiembre cuando se “aceleran las visitas”.  Hasta que no esté concluida la ampliación, el centro de Fabra i Coats funcionará sin director y su gestión seguirá en manos de una mesa directiva con representantes de Cultura –del Ayuntamiento y la Generalitat- del Macba, del Icub y de La Capella.

Lo que se puede ver a partir de hoy y hasta octubre de 2015 en la Fabra i Cots es el programa de exposiciones comisariado por Martí Peran. Futurs abandonats. Demà ja era la qüestió (del 18 de octubre al 18 de enero de 2015), After Landscape. Ciutats Copiades (febrero a mayo de 2015) e Indisposició General i imprecisa. Elogi de la Fatiga (junio/agosto 2015). Un programa que reflexiona sobre un eje central, la pobreza de experiencia con la que se ha definido la contemporaneidad y la dificultad de pensar los futuros.

La primera de las exposiciones reúne las propuestas de trece artistas, ocho de ellos catalanes. Trabajos que abordan la necesidad de pensar el futuro y el aparente agotamiento del pensamiento. “Estamos acostumbrados a la cultura del presente y ya sea por miedo, por dependencia tecnológica o porque la sociedad del bienestar ha reblandecido nuestros cerebro; lo que se está haciendo es mirar hacia el pasado, es buscar en el pasado las posibilidades del futuro”, explicaba Peran.

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Las formas de incitar a esa reflexión son interesantes. La de Oriol Vilanova, El passat del futur, 2011-en curs. Que es una postproducción de películas que imaginaban el futuro desde perspectivas muy diferentes. Un retrofuturismo que son las formas pasadas de imaginar el futuro con imágenes que pueden resultar divertidas como una policía del futuro ( se situaba en el 2000) que se  apoyaba en "máquinas voladora" para detener a delincuentes".

 

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