Moragues mejoró los pagos en 2013 con cargo a recortes y créditos
El titular de Hacienda presenta la liquidación del presupuesto de la Generalitat
El consejero de Hacienda, Juan Carlos Moragues, sigue realizando equilibrios sobre el alambre de la infrafinanciación autonómica. Sin embargo, ayer se mostró satisfecho de la gestión realizada durante la presentación de la liquidación del presupuesto de la Generalitat de 2013.
La cuenta general correspondiente a ese ejercicio desvela que pudo mejorar los pagos —un total de 13.700 millones de euros— gracias a los recortes realizados y a los créditos extraordinarios del Estado —fundamentalmente con los planes de p...
El consejero de Hacienda, Juan Carlos Moragues, sigue realizando equilibrios sobre el alambre de la infrafinanciación autonómica. Sin embargo, ayer se mostró satisfecho de la gestión realizada durante la presentación de la liquidación del presupuesto de la Generalitat de 2013.
La cuenta general correspondiente a ese ejercicio desvela que pudo mejorar los pagos —un total de 13.700 millones de euros— gracias a los recortes realizados y a los créditos extraordinarios del Estado —fundamentalmente con los planes de pago a proveedores y el fondo de liquidez autonómico (FLA)—.
La cuenta de 2013
Pérdidas del ejercicio: La diferencia entre ingresos y gastos arrojó un saldo negativo de 3,648 millones de euros, una mejora de casi 1.900 millones respecto al año anterior.
Aumento de la deuda: Las deudas se transformaron de comerciales a financieras. Se acudió a los créditos del Estado para poder pagar a los proveedores. El coste de la deuda creció un 20%, que creció a largo plazo.
Facturas afloradas: El consejero destaca la importante reducción de las facturas sin consignación presupuestaria y la regularización contable, ya en 2014, de los 240 millones de euros adeudados en subvenciones a la vivienda.
Pagos: El año pasado se abonaron un total de 13.700 millones de euros.
Entre ingresos y gastos, el Consell dejó sin cubrir 3.648 millones de euros. Una cantidad ingente, aunque mucho menor que la de 2012 que fue de 5.584 millones de euros. Es decir, casi una mejora de casi el 35%.
Los gastos se recortaron en casi 1.880 millones de euros respecto a 2012 a pesar de que el coste de los créditos aumentó en 214 millones de euros (más del 20%) y que las nóminas de los empleados públicos crecieron en 103 millones de euros por la recuperación de la paga extra suprimida.
Por contra, la deuda a largo plazo pasó de 19.416 millones de euros a 22.277 millones (casi un 15% más que en 2012). Un concepto que este año, casi con toda seguridad, volverá a crecer tras las nuevas inyecciones crediticias del FLA y los pagos del último plan de pago a proveedores. La deuda a corto plazo se recortó, pero solo en 834 millones. El consejero destacó que las facturas sin cobertura presupuestaria (conocidas popularmente como facturas en el cajón) también se consiguieron rebajar en casi un 29%. “La Generalitat vive el mejor momento de toda la legislatura en materia de pagos, con una evolución positiva, que ha ido siempre a mejor y seguro que esa tendencia continuará”, explicó el consejero de Hacienda, que se mostró contrario a subir los impuestos a pesar de la complejidad de las cuentas de la Generalitat.
Moragues admitió que ha encargado un estudio para saber si puede seguir la política del Gobierno de Mariano Rajoy, que ha anunciado nuevas bajadas de impuestos, en el tramo autonómico del IRPF.
El año pasado los ingresos procedentes del Estado se desplomaron casi un 20% de media. Los ingresos por IRPF cayeron en más de 1.000 millones respecto a 2012 (un 28,2% menos); los del IVA 928 millones (un 22,6% menos) y los impuestos especiales 330 millones (un 18% menos). En cambio, la recaudación sobre sucesiones y donaciones, patrimonio y actos jurídicos documentados mejoraron en conjunto en unos 200 millones.
La visión optimista del titular de Hacienda tuvo su contrapunto en la valoración del portavoz socialista de economía en las Cortes, Julián López.
Para el parlamentario socialita, las cuentas revelan que el PP “ha convertido la Generalitat en una institución inviable”. Según Julián López, la situación financiera de la Administración valenciana no es nueva. “Es fruto de unas prioridades equivocadas durante los años de bonanza”, continuó, “de la incapacidad de un Consell que no ha sabido rectificar sus errores y acabar con los gastos superfluos y de la falta de financiación estatal que ha hundido a la Generalitat en un mar de deudas”. Unas deudas provocadas por la obligatoriedad de aflorar “el gasto oculto de ejercicios anteriores en un contexto en el que la financiación estatal es insuficiente y en el que el Consell se niega a pedir un esfuerzo adicional a aquellos valencianos que todavía podrían contribuir un poco más porque todavía no han sufrido la crisis”.