Los gigantes toman el casco medieval
El desfile anima las calles por la mañana mientras la ciudad se despereza
El rebosar de fiesta que comenzó a las seis de la tarde el lunes con la bajada de Celedón y la celebración este martes del día grande ha obligado a muchos a tomar fuerzas este miércoles para continuar con lo que se prevén unas largas e intensas jornadas de juega hasta el sábado. En el segundo día completo de La Blanca 2014, la capital alavesa ha amanecido más perezosa, aunque a medida de que ha ido avanzando la mañana se ha vuelto a recuperar el pulso de una ciudad que quiere disfrutar de sus fiestas y en la...
El rebosar de fiesta que comenzó a las seis de la tarde el lunes con la bajada de Celedón y la celebración este martes del día grande ha obligado a muchos a tomar fuerzas este miércoles para continuar con lo que se prevén unas largas e intensas jornadas de juega hasta el sábado. En el segundo día completo de La Blanca 2014, la capital alavesa ha amanecido más perezosa, aunque a medida de que ha ido avanzando la mañana se ha vuelto a recuperar el pulso de una ciudad que quiere disfrutar de sus fiestas y en la que, además, está acompañando la climatología.
La cita con las vaquillas de las mañanas ha demostrando que goza de un público fiel pese a ser el acto organizado más madrugador. Aunque los más pequeños van a tener que esperar a mañana para disfrutar de su día, el de los txikis, ya han podido adueñarse de muchos de los actos festivos. Ademas del Gargantúa, de las numerosas actividades lúdicas y de aventura del parque del Prado, los más jóvenes han mostrado sus dotes artísticas en el décimo concurso de pintura para niños celebrado en la Plaza de España y otros han emulado a Fernando Alonso en el circuito de karts de la calle Olaguibel.
Mientras tanto, por las calles, plazas y parques de la ciudad los que se han encargado de poner notas musicales al ambiente han sido los trikitilaris de la Academia Municipal de Folklore, la Banda Municipal de Música y de Txistularis, además de fanfarres y gaiteros, así como por la comparsa de gigantes y cabezudos. Los músicos y vendedores ambulantes han vuelto a copar las calles Dato y Postas con actuaciones y puestos a los que se acercaban muchos niños, pero en general con poca transacción.