La desazón llega a Sitges

Los empresarios rebajan las expectativas económicas optimistas de Rajoy y Mas Los presidentes coinciden en destacar que el paro bajó en mayo Los directivos les afean que incumplan sus promesas de bajar impuestos

El ministro de Economía, Luis de Guindos, con el presidente del Círculo de Economía, Josep Piqué.MASSIMILIANO MINOCRI

La economista de Harvard Kennedy School, Carmen Reinhart, puso el dedo en la llaga: “¡El problema es que llevamos ya seis años de esto!”. Este año ha sido el quinto consecutivo que la Reunión del Círculo de Economía, celebrada de nuevo en Sitges, se ha visto obligada a abordar la crisis. Esta vez bajo el título Para que Europa funcione, porque como recordó el director de Mercados Monetarios y Capital del FMI, José Viñals, la economía europea retrocederá este año el 0...

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La economista de Harvard Kennedy School, Carmen Reinhart, puso el dedo en la llaga: “¡El problema es que llevamos ya seis años de esto!”. Este año ha sido el quinto consecutivo que la Reunión del Círculo de Economía, celebrada de nuevo en Sitges, se ha visto obligada a abordar la crisis. Esta vez bajo el título Para que Europa funcione, porque como recordó el director de Mercados Monetarios y Capital del FMI, José Viñals, la economía europea retrocederá este año el 0,3% cuando el conjunto del planeta lo hará al 3,3%. Los discursos optimistas que llevaron a Sitges las Administraciones no cuajaron en un empresariado entre el que cundía la desazón que supone un lustro de crisis.

Ni el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ni el de la Generalitat, Artur Mas, se ahorraron las críticas por haber incumplido sus promesas electorales de bajar impuestos. Tras reivindicar de nuevo para las comunidades un tercio del objetivo de déficit que tendrá el sector público español este año, Mas expuso una Cataluña que “recupera el espíritu emprendedor” y mostró el vaso medio lleno. Entre otras cosas, detalló que los datos de mayo señalarán que el paro ha bajado; las exportaciones y el turismo extranjero han subido durante los años de crisis y la comunidad es la “región continental” de Europa con más inversiones, como el de Barcelona World.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, el viernes fue más allá que Mas, y pronosticó una recuperación del consumo interno “en los próximos meses” y el crecimiento económico y la generación de empleo para el año que viene. Rajoy ayer también se centró en destacar las mejoras de la economía del último año y coincidió en destacar el dato de paro de mayo. “Llevamos año y medio eliminando obstáculos del camino de la recuperación económica y de la creación de empleo”, aseguró.

Los comentarios, quejas y preguntas de los empresarios, que Piqué trasladó a los representantes de la Administración, se encargaron de rebajar la euforia. “Preguntas de desánimo hay muchas pero de ánimo hay pocas”, espetó Mas cuando escuchó la retahíla de quejas de los empresarios. Piqué le trasladó el “escepticismo” respecto a las “cosas en positivo” de una sociedad civil “desanimada” y crítica por haber mantenido el tipo máximo del IRPF en el 56% y haber subido el impuesto de Patrimonio y estar a punto de “incumplir el compromiso histórico” de suprimir Sucesiones.

Los presidentes coinciden en destacar que el paro bajó en el mes de mayo

A Rajoy solo le llegó un elogio, firmado por “Gerardo”. “Desde Cataluña apoyamos su gestión, ese es el camino”, le decía. Luego ya llegaron las quejas. “Nuestro tejido empresarial se muere a velocidad vertiginosa. Los bancos no prestan y se cargan el apoyo a la I+D+i”, le trasladó un empresario. Otro le recordó que George Bush padre ganó unas elecciones con un agresivo lema “Read my lips: no more taxes” [lean mis labios: no más impuestos] pero perdió las siguientes por no aplicárselo. Dos empresarios, según fue leyendo Piqué de los tarjetones que le llegaban, le afearon la falta de apoyo del Gobierno a los emigrantes, mientras que otros se preocuparon por la corrupción.

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Las mesas de la reunión reprodujeron los debates de otros años: el dilema entre austeridad o estímulos, el peso de la deuda privada, la reestructuración bancaria y la integración europea. Intervino quien se felicitó porque España ha ganado competitividad con las rebajas salariales, pero también quien advirtió de que ello podía deprimir el consumo. Y en casi todas salió lo que ahora más preocupa al empresario que ha podido hacer los deberes: la falta de crédito. Ahí ni Rajoy ni Guindos decidieron aventurarse más allá de lamentarse por los excesos del pasado. Sí lo hicieron los profesores de Reinhart y el catedrático de Harvard Dani Rodrik, ambos para apostar, con mayor o menor énfasis, por las quitas en la deuda privada.

El consejero Andreu Mas-Colell, que enseguida aclaró que él sí cree que deben pagarse las deudas, aseguró que percibe “pequeñas vacilaciones” entre algunos empresarios catalanes acerca de las bondades del euro, y les advirtió de de que la salida de la moneda única no mejoraría la financiación empresarial. “El posible fracaso del euro no nos conviene”, sentenció Mas-Colell, quien añadió: “¿Realmente pensáis que si el euro saltara obtendríamos crédito a mejores condiciones? La vida es como es y el euro continúa siendo un activo para nosotros”.

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