EH Bildu excluye la fiscalidad de su oposición al plan económico del PNV

EH Bildu confirmó ayer un secreto a voces: rechaza la propuesta económica del PNV. La coalición radical sostiene que los nacionalistas acometerán recortes, desactivarán el sector público y, además, no aprecian un cambio suficiente para encarar la crisis con medidas diferentes de las propias del liberalismo. La única excepción es el debate sobre fiscalidad aunque también desde un clima de desconfianza: los abertzales temen que la reforma planteada solo te...

EH Bildu confirmó ayer un secreto a voces: rechaza la propuesta económica del PNV. La coalición radical sostiene que los nacionalistas acometerán recortes, desactivarán el sector público y, además, no aprecian un cambio suficiente para encarar la crisis con medidas diferentes de las propias del liberalismo. La única excepción es el debate sobre fiscalidad aunque también desde un clima de desconfianza: los abertzales temen que la reforma planteada solo tenga como propósito liquidar el impuesto de grandes fortunas de Gipuzkoa.

Era una posición previsible aunque no rompe el clima de negociación entre ambos partidos. Laura Mintegi, la candidata abertzale a lehendakari, lo subrayó ayer al adelantar las conclusiones de este rechazo de claro componente ideológico, avanzado horas antes en líneas generales por los portavoces de Aralar.

En medio de las conversaciones previas para el arranque de la décima legislatura, EH Bildu ve cómo su propósito de una ronda paralela con el resto de partidos se queda en agua de borrajas. A excepción del PNV, nadie con representación en el Parlamento encuentra sentido a hablar con los abertzales. En realidad, ningún partido quiere concederles tan rápido una carta de naturaleza como alternativa real de poder en Euskadi. En dos de ellos, PP y UPyD las razones obedecen a que la coalición no ha “rechazado a ETA” ni ha exigido su disolución. Los contactos, por tanto, se verán reducidos a fuerzas minoritarias y sindicatos, pero ayudarán a proyectar mediáticamente el perfil de abiertos al diálogo que desde EH Bildu se pretende una vez que la izquierda radical ha decidido abrazar las vías políticas.

La coalición cree que Urkullu se verá sometido al control del déficit público

Los modelos socioeconómicos de PNV y EH Bildu son lo suficientemente opuestos para que no exista la mínima oportunidad de un acercamiento. Ya lo dijo Mintegi al concluir la primera reunión protocolaria en Sabin Etxea y ayer lo remarcó en una rueda de prensa previa a posteriores encuentros donde se detallaron las discrepancias en las alternativas que los dos partidos mayoritarios de Euskadi manejan para salir de la crisis. Como común denominador, la coalición sostiene que el PNV se guiará por la “reducción del déficit público, la austeridad y el recorte del gasto corriente” cuando su propósito es adoptar “medidas anticíclicas para activar la economía y crear empleo”. En realidad, en los nueve puntos analizados por EH Bildu apenas hay un punto de encuentro. Cuando lo hay, excepcionalmente por medio de la reforma fiscal, es aprovechado por la formación abertzale para afear a Iñigo Urkullu que hubiera calificado este tema de “demagógico” durante la campaña electoral.

Para EH Bildu, las actuales políticas neoliberales guían los criterios del PNV y, así, temen que se puedan repetir las líneas fundamentales de la economía que “nos ha traído a la actual situación”, argumentan. Pese a este distanciamiento, la coalición quiere hablar también con los nacionalistas de la creación de empleo, aunque teme que el control del déficit público haga imposible la aplicación de medidas reactivadoras.

El PNV, por su parte, está a la espera de la sucesión de reacciones a su borrador de propuestas como ya se vio en la reunión semanal del EBB. En el encuentro se repasaron las líneas generales de las entrevistas mantenidas con las delegaciones de los cuatro grupos y se trabajó también en la profundización de las conversaciones que se mantendrán en los próximos días.