La última celebración del Estatuto

El Estatuto de Gernika, que ahora cumple 33 años de vigencia, vivió ayer, posiblemente, su última celebración institucional. En el Día de Euskadi, efemérides creada en 2010 a instancias del PP y con el apoyo del PSE-EE para conmemorar el marco estatutario sobre el que el País Vasco apoya jurídicamente su autogobierno, los anfitriones y el resto de asistentes al acto matinal de Lehendakaritza asumieron que viene un nuevo tiempo. Hasta que tome cuerpo, Patxi López aprovechó su discurso para reforzar su apuesta por el Estatuto y el autogobierno s...

El Estatuto de Gernika, que ahora cumple 33 años de vigencia, vivió ayer, posiblemente, su última celebración institucional. En el Día de Euskadi, efemérides creada en 2010 a instancias del PP y con el apoyo del PSE-EE para conmemorar el marco estatutario sobre el que el País Vasco apoya jurídicamente su autogobierno, los anfitriones y el resto de asistentes al acto matinal de Lehendakaritza asumieron que viene un nuevo tiempo. Hasta que tome cuerpo, Patxi López aprovechó su discurso para reforzar su apuesta por el Estatuto y el autogobierno sobre la base de que suponen un “pacto entre diferentes”, en el que va a seguir trabajando en su futuro político, recordó.

Los partidos nacionalistas, dominadores del escenario a partir del 21-O, piensan en otro marco jurídico que supere ampliamente el actual, y en ello irán trabajando a partir de su holgada mayoría aunque sea por caminos diferentes. El PNV, además, nunca ha compartido la idea del actual Gobierno en funciones de festejar el Estatuto de Gernika, porque entiende que no hay nada que festejar cuando quedan varias transferencias pendientes. No obstante, el próximo año, aunque estará en el poder, se verá obligado a respetar la fiesta, que no la celebración, porque el calendario laboral de 2013 del País Vasco ya está aprobado.

De momento, el presidente del PNV y futuro lehendakari, Iñigo Urkullu, acudió al acto, fundamentalmente porque entre los galardonados por el Gobierno vasco figuraba José Antonio Ardanza, que recibió la Cruz del Árbol de Gernika, la más alta distinción institucional en Euskadi. El indudable ganador de las recientes autonómicas fue el centro lógico de todas las miradas y de sucesivas felicitaciones por su rotundo triunfo. Pero tampoco las sucesivas adhesiones, a partir del encuentro con Patxi López en la sala de autoridades y premiados, perturbaron sus educados gestos prudentes.

Urkullu esbozó sonrisas, pero no hizo declaraciones porque no era ni el momento ni el lugar. Eso sí, ya se sabe que el próximo martes el PNV arrancará las conversaciones con EH Bildu, al respetar, en el calendario de encuentros, la condición de mayor a menor de cada uno de los partidos en las elecciones del 21-O.

El Día de Euskadi, festivo en 2013 al estar aprobado ya el calendario laboral

Situados al margen de esta celebración, EH Bildu dio la espalda y se puso a trabajar como ya lo hiciera el Día de la Constitución. Aquellas fiestas que no reconoce las considera laborales en todas las instituciones que gobierna así como en su propia organización. Pero los abertzales no quieren perder foco en estos momentos y de ahí que aprovecharan la jornada para hacerse oír con la hoja de ruta de sus exigencias de cara a la ronda de conversaciones que se abrirán para iniciar la nueva legislatura. Además de verse con el PNV, los abertzales, en una muestra evidente de su nueva condición de primer grupo de la oposición en el Parlamento y de alternativa de gobierno, ya han ideado otra ronda de encuentros paralelos con el resto de fuerzas para explorar posibles puntos de encuentro. Sin duda, el inesperado desenlace del Consejo Vasco de Finanzas del pasado martes ha alentado la inquietud en el seno del PNV, donde nunca han dejado de pensar en un progresivo acercamiento entre abertzales y socialistas.

Mientras, Patxi López también enseñó sus cartas “para el futuro” en uno de sus últimos actos institucionales como lehendakari. En su discurso de ayer, donde volvió a evidenciar unas hechuras consolidadas de gobernante, con un argumentario compacto más allá de las discrepancias y utilizando el euskera con soltura, reiteró su apuesta por el Estatuto y el autogobierno. Lo hizo porque entiende que son las fórmulas más válidas “para caminar juntos” en su idea de que “eviten los enfrentamientos de los unos contra los otros” porque López está convencido de que las propuestas identitarias traerán, antes o después, división a Euskadi.

Urkullu evitó declaraciones en su primera presencia en esta fiesta

Consciente de que presidía uno de sus últimos actos institucionales como lehendakari, López se ha comprometido “en su futuro político” a seguir defendiendo el Estatuto y el autogobierno en la “nueva etapa” que se abre tras las últimas elecciones autonómicas porque dota a los vascos, recordó, de un marco de convivencia y garantiza el derecho a la “libre identidad”.

En una sociedad que empieza a vivir en paz, el Gobierno vasco se acordó de reconocer con el premio de amistad Lagun Onari a la República Francesa por la acogida que brindó a los vascos durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco y su colaboración en la lucha contra el terrorismo de ETA. El cónsul francés en Bilbao, Didier Ortolland, recordó que “el proceso de pacificación en Euskadi ha sido posible por el rechazo creciente de la sociedad vasca frente al terrorismo, pero también gracias a la cooperación de las fuerzas de seguridad. Estamos orgullosos de haber participado en ese proceso”, añadió.

La lista de premiados incluyó también a los escritores Ramiro Pinilla y Ramón Saizarbitoria, la centenaria Escuela de Armería de Eibar y los seis deportistas vascos que consiguieron medalla en los recientes Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres (Maider Unda en lucha, Maialen Chourraut en piragüismo, Richard Oribe en natación, y Patricia Elorza, Elisabeth Pinedo y Nely Carla Alberto en balonmano). Las gestas se seguirán premiando, pero no en el Día de Euskadi.