“En este clima era imposible seguir”

La falta de un mínimo apoyo para elaborar un nuevo Presupuesto alentó la idea de acortar la legislatura López y Ares decidieron el adelanto en dos reuniones

Bilbao -
López, ayer en la recepción institucional en Vista Alegre con el diputado general vizcaíno, José Luis Bilbao, y el alcalde bilbaíno, Iñaki LUIS ALBERTO GARCÍA

“Sobran dedos de una mano para contar las personas que conocían la decisión”. Así dibuja un dirigente socialista el círculo donde se decidió la pasada semana el adelanto electoral que el lehendakari, Patxi López, confirmó el martes. Y acierta. Han bastado dos reuniones entre el presidente del Gobierno vasco y su mano derecha política, Rodolfo Ares, para sustanciar un debate iniciado días antes del actual período de vacaciones. Precisamente al regresar López de su corta estancia en Me...

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“Sobran dedos de una mano para contar las personas que conocían la decisión”. Así dibuja un dirigente socialista el círculo donde se decidió la pasada semana el adelanto electoral que el lehendakari, Patxi López, confirmó el martes. Y acierta. Han bastado dos reuniones entre el presidente del Gobierno vasco y su mano derecha política, Rodolfo Ares, para sustanciar un debate iniciado días antes del actual período de vacaciones. Precisamente al regresar López de su corta estancia en Menorca, donde afiliados socialistas organizaron un acto con presencia de vascos veraneantes en esta isla, los dos máximos responsables del PSE-EE convinieron en darse unos días para analizar el estado de situación. A su vuelta, y antes de que el lehendakari se instalara en Comillas junto a algunos familiares, el adelanto electoral quedó atado y, por supuesto, confiado al secreto.

En ese contexto, es fácilmente comprensible que tan trascendental decisión haya pillado desprevenido al resto del grupo parlamentario del PSE-EE y a la inmensa mayoría de los dirigentes de este partido, muchos de ellos todavía de vacaciones. Como prueba más palpable de la sorpresa generada cabe señalar que el próximo 4 de septiembre se había previsto una reunión en la Cámara de Vitoria como toma de contacto para la apertura del nuevo curso, que iba a ser convocada precisamente mañana y que ahora queda pospuesta para mejor ocasión. Ayer, las opiniones encontradas en estos círculos sobre el adelanto electoral oscilaban, paradójicamente, entre “previsible” y “sorprendido”. Eso sí, todas las voces consultadas por este diario venían a coincidir en que se trata de un “ejercicio de responsabilidad”.

Antes del descanso del ‘lehendakari’ en Comillas se decidió ir a las urnas el 21-O

Entre quienes han manejado sigilosamente la situación también se habla, sobre todo, de “responsabilidad”. De hecho, esta fuente añade convencido: “Podíamos haber seguido como hasta ahora, haber mantenido nuestra acción de gobierno, la política de oposición a los recortes, pero hemos entendido que el clima electoral en el que llevamos varios meses hace imposible llegar a los acuerdos que se necesitan como país y se ha apostado por la mejor opción: que hable la ciudadanía”.

En realidad, el lehendakari nunca había ocultado su enfado por la displicencia que el resto de los partidos dispensaron a su propuesta del pasado mes de junio, dirigida a propiciar un punto de encuentro ante las reformas de país que entiende necesarias en la actual coyuntura económica. Nadie le prestó atención porque ya tomaba cuerpo la exigencia de acortar la legislatura. López y Ares constataron hace ahora diez días que “todo sigue igual, con abierta hostilidad” en las posiciones de los demás partidos y que “era imposible llevar adelante las reformas que Euskadi necesita si quiere mantener su apuesta por la sostenibilidad y la inversión en tiempos de crisis”, añade este mismo portavoz.

Un mano a mano entre López y Urkullu

En el PSE-EE niegan a la mayor que el debate identitario, como consecuencia de la pugna PNV-EHB, eclipse la próxima campaña electoral y relegue de paso la confrontación ideológica sobre el modelo económico que Euskadi necesita. “Va a ser un mano a mano entre López y Urkullu”, prevé un veterano dirigente socialista, siempre revestido de responsabilidades máximas.

Las tesis socialistas sostienen que la actual situación obliga a “no demorar más” el debate sobre el “modelo de país que se quiere y que se necesita” y ahí es donde se va a producir, auguran, la confrontación ideológica entre los candidatos del PSE-EE y el PNV. “No va a haber ningún tipo de polarización sobre la independencia porque nosotros nos vamos a encargar de demostrar que somos la única fuerza capaz de sostener a Bildu”, añade. “Ahí tenemos el ejemplo de Gipuzkoa para comprobar cuál es la actitud del PNV, que ha contribuido a que nos quiten alcaldías y a que no salgan adelante muchas de nuestras propuestas”.

Desde el PSE-EE, a su vez, se va a insistir en "la sostenibilidad y en la eficiencia" como ejes de lo que "Euskadi necesita ahora más que nunca", indica uno de sus dirigentes. Es hacia ahí a donde quieren llevar al PNV, con quien se sienten "dolidos". Principalmente, desde el Gobierno vasco les cuesta olvidar el desgaste que les ha provocado la oposición nacionalista porque, recuerdan, "desde el primer día nos han cuestionado, han difundido la idea de que prácticamente éramos ilegales porque no estaba Batasuna en el Parlamento y quizá eso quiere decir que hubieran requerido sus votos cuando entonces la izquierda abertzale apoyaba a ETA".

Con todo, la espina más sangrante de los socialistas está relacionada con "la descalificación institucional de la figura del lehendakari que el PNV ha hecho como jamás se ha conocido y que no ha ayudado en nada a la imagen de país".

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Eso sí, en medios próximos a López y Ares se descarta que el adelanto electoral esté relacionado con el miedo a aplicar recortes en la elaboración de un nuevo Presupuesto que carece de los recursos suficientes para mantener el nivel de exigencia de las actuales políticas sociales. “Nunca hubiéramos ido por la senda de los recortes, porque no es nuestra política”, sentencian desde el Gobierno vasco. “Se trata de una cuestión de responsabilidad, de acordar una serie de reformas para elevar los ingresos, que no se han querido hacer y que siguen pendientes, de acordar una serie de iniciativas para atender las exigencias que existen y que en solitario hubiera sido imposible porque está instalado un clima electoral cada vez más acusado y es irrespirable”.

La fotografía de esta soledad podría haber adquirido mayores proporciones en un supuesto debate sobre política general, habitual en la vuelta de vacaciones para abrir el período de sesiones en el Parlamento, y que queda aparcado por el nuevo calendario electoral. “Podíamos haber sufrido un vapuleo”, apunta un parlamentario socialista. “El lehendakari se hubiera quedado solo defendiendo su política de izquierdas porque Aralar está como está, Ezker-Anitza será nuestra oposición y EA está en otras cuestiones”, agrega.

En el Gobierno, en cambio, no sienten tanta preocupación por esta soledad parlamentaria. “Ha quedado claro que se ha actuado con responsabilidad y no por ningún interés personal ni partidista como se ha venido diciendo”, advierten. Es entonces cuando recuerdan que “cualquier partido no va a tener 25 parlamentarios para sostener a un lehendakari como ocurre ahora con el PSE-EE”. Y, de paso, en la cúpula de los socialistas se asevera: “El tiempo tampoco es malo para nosotros. Ahora nos toca el turno a nosotros y vamos a estar en el escaparate, porque tenemos que elegir el candidato a lehendakari, hacer bien el tema de las listas y ofrecer una política que ya la hemos venido enseñando con el compromiso del estado de bienestar y de invertir en este país”.

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