Replantearse lo conocido

San Sebastián acoge hoy en la explanada de un hotel el sexto concierto en un marco “no habitual” convocado por iniciativa del Homeless Music-Festival

“Queremos demostrar que se puede hacer algo ajeno a las instituciones, con cariño y cuidando el producto”, afirma José Javier Serrano, mientras su amigo Iban Lozano asiente. Ambos son, junto a Sergio Cruzado, los promotores del Homeless Music- Festival, más conocido como el Club de Conciertos Especiales en Sitios no Habituales. Con casi un año a sus espaldas desde el inicio del proyecto, para ...

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“Queremos demostrar que se puede hacer algo ajeno a las instituciones, con cariño y cuidando el producto”, afirma José Javier Serrano, mientras su amigo Iban Lozano asiente. Ambos son, junto a Sergio Cruzado, los promotores del Homeless Music- Festival, más conocido como el Club de Conciertos Especiales en Sitios no Habituales. Con casi un año a sus espaldas desde el inicio del proyecto, para hoy han programado su sexto recital, en la explanada del donostiarra Hotel Gudamendi, a manos del grupo Extraperlo.

Organizar conciertos en lugares poco convencionales resulta una excusa para volver a hacer sentir al público y a las bandas una “especie de emoción, como de que se está transgrediendo algo, y ahí se crea la conexión entre ellos”, explica Lozano. Cruzado abunda: “En San Sebastián nos estábamos aburguesando”, dando la impresión de que “sin un local fijo no se puede tocar”. Por eso pretenden cumplir su máxima de que “cualquier espacio es válido para programar música en directo”. Aclaran que no quieren sentirse precursores de nada y que sólo son “un grano de arena más”, pero esperan que iniciativas así animen a más personas a programar actos culturales en sitios no acostumbrados a acogerlos.

“Cualquier espacio vale para programar música en directo”, dicen los promotores

Al no seguir una lógica empresarial, tampoco tienen por qué limitarse a un determinado estilo musical, ni rendir cuentas a nadie por sus decisiones o por el lugar que eligen: “Homeless para nosotros representa nuestro pequeño espacio independiente, porque lo hacemos a pulmón, con ideas nuevas, sin compromisos institucionales”, sentencia Cruzado. Su principal virtud es tener una pretensión global: que sea algo para todo el mundo con artistas internacionales y, a la vez, ser conscientes de lo pequeños que son, motivo por el cual pueden hacer todo lo que quieran “siguiendo a tus tripas”, como dice Serrano. Lozano, sonriente, comenta que han “desvirgado lugares”, en referencia a los conciertos que celebraron en el Aquarium, la sidrería Petritegi, de Astigarraga, o el parque de atracciones de Igeldo. Todo ellos en Gipuzkoa.

No rechazan patrocinios privados para financiarse, pero, según Lozano, “por lo general, el patrocinador interfiere y pone marcos a un proyecto, y puede llegar a tergiversar la idea original”. Y justifica su postura: “Buscamos mantener siempre un mismo espíritu. Hemos contado con colaboradores puntuales, pero siempre dejando claro que el Homeless va a seguir siendo igual”. Quieren que, de entrar una marca en el proyecto, sea de una forma “amable” con su esencia. Gracias a esta filosofía poseen plena libertad creativa sobre las decisiones que toman y pueden realizar todos los cambios que deseen.

Por la seguridad que desprenden con sus palabras, todo apunta a que van a continuar durante bastante tiempo replanteándose los espacios para nuevos eventos. Eso sí, como aclara Lozano, seguirán siendo igual de erráticos: “La idea de hacer los conciertos, que suele ser cada dos meses, siempre surge así: ‘¿Por qué no hacemos un Homeless?’”.

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