El rubor de Ramón

La reciente y cuidada publicación, en una primera entrega, de seis de las principales obras de Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963) por parte de la Biblioteca Castro, señaladamente las tituladas El Rastro, El Circo y La Mujer de ámbar, aporta nuevos mimbres al cesto del hondo gozo que brinda la lectura de literatura en papel, tan acechada hoy desde tantos frentes. Cabe añadir la delectación de evocar el potente impulso que el principal madrileñista de todos los tiempos, cosmopolita pues, dio a la palabra, convertida por él en afilado ariete de un...

La reciente y cuidada publicación, en una primera entrega, de seis de las principales obras de Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963) por parte de la Biblioteca Castro, señaladamente las tituladas El Rastro, El Circo y La Mujer de ámbar, aporta nuevos mimbres al cesto del hondo gozo que brinda la lectura de literatura en papel, tan acechada hoy desde tantos frentes. Cabe añadir la delectación de evocar el potente impulso que el principal madrileñista de todos los tiempos, cosmopolita pues, dio a la palabra, convertida por él en afilado ariete de una vanguardia literaria que abanderaría en solitario.

Hoy, todo permite pensar que sus voluntarios dislocamientos entre el sonido y el sentido de las palabras -torsión suprema donde el humor reside-; su pasión por la metáfora; su horror por el discurso vertebral; su aversión por el poder y el despoder; su odio simultáneo hacia el orden y la revolución…además de humoradas sublimes y divertidos juegos, filtraban un profundo rubor hacia la trascendencia, también respecto a lo envarado y lo solemne: hacia todo aquello que haga olvidar al ser humano que la única arma de que dispone es la libertad de decir no a la mediocridad de una vida sin pasión ni Arte.

En estos textos, el Rastro, que no es únicamente madrileño sino universal también, como lo es el Circo, quedan trocados en desván de todos los sueños y en jergón de todos los afanes por mor del concepto certero que Gómez de la Serna recobra en su palabra escrita. Su compasión por las cosas, cuya alma parece que quisiera rescatar, vuelve a plantear al lector el enigma de por qué Ramón destiló su mejor estro y su más potente ternura con el mundo de los objetos, casi desdeñando referirlos de modo directo hacia los seres humanos.

¿Escepticismo, desconsuelo, decepción? Tal vez, dicen los sabios, pero el escritor madrileño, autoexiliado del Madrid de la posguerra, parecía admitir, desde su ultra-vanguardismo, que el Espíritu, agotado ya de tanto dilema, había acabado por aceptar su residencia en la Materia misma.

Obras I. Ramón Gómez de la Serna. Edición de Nigel Dennis. Biblioteca Castro. Fundación José Antonio Castro. 905 páginas 52 euros.