La mujer que heredó el ‘soul’

Sharon Jones cierra la primera jornada del Jazzaldia La artista asegura que para encarnar el género hace falta haber acumulado sensaciones y emociones

San Sebastián -
Sharon Jones ayer en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián.JESÚS URIARTE

Sharon Jones (Georgia, 1956) encarna el último eslabón de la estirpe del soul. La cantante fue la encargada ayer de cerrar el escenario de la Zurriola en la primera jornada del Festival de Jazz de San Sebastián. Decidida y risueña atendió horas antes a los periodistas en una rueda de prensa en la que la artista, sin contemplaciones, afirmó que para cantar soulresulta imprescindible que la vida te haya enseñado acumular “sensaciones y emociones”. Jones tiene donde elegir.

Con lo que podría considerarse u...

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Sharon Jones (Georgia, 1956) encarna el último eslabón de la estirpe del soul. La cantante fue la encargada ayer de cerrar el escenario de la Zurriola en la primera jornada del Festival de Jazz de San Sebastián. Decidida y risueña atendió horas antes a los periodistas en una rueda de prensa en la que la artista, sin contemplaciones, afirmó que para cantar soulresulta imprescindible que la vida te haya enseñado acumular “sensaciones y emociones”. Jones tiene donde elegir.

Con lo que podría considerarse una carrera atípica, la cantante grabó su primer disco hace 10 años, unos cuantos antes, en 1995, se unió al grupo The Dap-Kings, con los que se subió al escenario de la Zurriola y a los que prestó a la fallecida Amy Winehouse para grabar su segundo trabajo, Back to black.

La trayectoria de Jones, exfuncionaria de prisiones en Nueva York, ha sido abrumadora. La crítica especializada, pero, sobre todo, su voz, la han comparado con Aretha Franklin, la referente del soul tradicional que Jones se decidió a emular. La lista continúa: Tina Turner, Mavis Staples y “muchos me consideran la James Brown mujer”, reconoció la artista. Una larga relación de nombres que Jones no duda en calificar como un “honor”.

La crítica compara la voz de la cantante con la de Aretha Franklin

La artista se formó musicalmente escuchando las producciones de los legendarios sellos Motown y Stax —abanderados en los 60 y 70 de ese soul puro—, a Otis Redding y Tony Banett, a los Beatles y también “country”. “Y ¿qué hacías tu escuchando country?”, le espetó un periodista. “Soy del sur”, contestó, y entonces mencionó otro gran nombre, el de Johnny Cash.

Jones sabe lo que es vivir el racismo y la injusticia, aunque, como recordó, se mudó a Nueva York de joven, “todos los veranos volvía a Georgia”. Muchas y duras lecciones aprendidas desde pequeña y que constituyen esa experiencia vital imprescindible a la que se refería para poder mirarse en el espejo de los genuinos del soul. De ahí que lo de Jones no tenga nada que ver y no quiera que se compare con lo que muchos han definido como “nuevas divas del soul”, Amy Winehouse, Duffy o Adele.

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“Voté por Obama y volveré a votar por él”, concedió la cantante, que apuntó que preferiría no hablar de política. “En el sur de Estados Unidos sigue habiendo racismo y me parece estupendo que Obama sea el presidente. Desde luego, la economía está mal, pero no se le puede pedir que arregle en dos o tres años el desastre que generó Bush en ocho”.

Jones, que ha colaborado con músicos de otros géneros como Lou Reed, Michael Bublé, David Byrne y Rufus Wianwright, “y si alguno más no me llama es porque quizás tenga 56 años”, bromeó, prometió un gran espectáculo. El objetivo, ganarse al público como fuera. “Para eso tengo una banda como la que tengo, que sabe llenar a la perfección los huecos. Y si no, pues me toca trabajar más a mí”. Llana y sencilla.

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