Éxito de la gran fiesta de las Harley- Davidson

Miles de moteros participaron el fin de semana en los actos un encuentro que se celebra en Barcelona por cuarto año consecutivo

Miles de moteros recorrieron ayer las calles del centro de Barcelona.CARLES RIBAS

Este fin de semana sí se podía aparcar la moto sobre las aceras de la plaza de Espanya. Sus torres venecianas custodiaron desde el viernes miles de motocicletas que se reunieron en la capital catalana al calor de Barcelona Harley Days, una gran fiesta motera que se celebra por cuarto año. Como si se tratase de Milwaukee, el rugido característico de las Harley-Davidson se convirtió en la música de fondo de la Fira de Barcelona.

David Pawnes, Mari Hernández, Juanjo Muñoz y Arancha Poleo son cuatro de los...

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Este fin de semana sí se podía aparcar la moto sobre las aceras de la plaza de Espanya. Sus torres venecianas custodiaron desde el viernes miles de motocicletas que se reunieron en la capital catalana al calor de Barcelona Harley Days, una gran fiesta motera que se celebra por cuarto año. Como si se tratase de Milwaukee, el rugido característico de las Harley-Davidson se convirtió en la música de fondo de la Fira de Barcelona.

David Pawnes, Mari Hernández, Juanjo Muñoz y Arancha Poleo son cuatro de los 15.000 participantes del gran desfile de banderas, la actividad estrella del evento. Son amigos y se han ido conociendo en concentraciones como esta. Junto con ellos, Ainhoa, la hija de Mari, que con tan solo 10 años ya luce, como su madre, el característico chaleco de cuero de los harleros. “No es tan solo una moto, es una forma de vivir”, comenta David Pawnes, un electricista que asegura que la primera vez que sintió el impulso de montar una Harley fue con 10 años, cuando vio por primera vez Easy Rider, la película que narra el viaje de dos jóvenes sobre estas motocicletas por la Norteamérica profunda de finales de los sesenta. Francisco Bel, sin embargo, fue pasando “de moto en moto” hasta que hace 15 años llegó a la Harley. Él también repite lo de que “esto es una forma de vivir”. “Es lo que hay detrás, es la gente, el ambiente, las concentraciones, la fiesta...”, afirma.

“Harley-Davidson no vende motos, vende un espíritu: la libertad que la máquina lleva intrínseca”, aseguran fuentes de la organización. Los cientos de miles de personas que han pasado por la Fira de Barcelona este fin de semana parecen darles la razón.

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