Análisis

Los niños no vienen de París

"La historia de los grandes eventos en la Comunidad Valenciana está plagada de mentiras de políticos del PP"

El gato escaldado del agua fría huye, así que nadie debería extrañarse de que el personal reciba con hartas dosis de escepticismo el anuncio de que el Consell y el Ayuntamiento de Valencia tienen a punto de caramelo un acuerdo con un grupo inversor para la instalación del parque temático de Ferrari en Cheste. Vaya por delante que una inversión cercana a los 1.000 millones de euros es cosa seria y que con las cosas de comer, más aún en los tiempos que corren, no se puede jugar. Una inversión de esta cuantía —si llega a ramos de bendecir— merece todos los plácemes y esfuerzos por parte de las Ad...

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El gato escaldado del agua fría huye, así que nadie debería extrañarse de que el personal reciba con hartas dosis de escepticismo el anuncio de que el Consell y el Ayuntamiento de Valencia tienen a punto de caramelo un acuerdo con un grupo inversor para la instalación del parque temático de Ferrari en Cheste. Vaya por delante que una inversión cercana a los 1.000 millones de euros es cosa seria y que con las cosas de comer, más aún en los tiempos que corren, no se puede jugar. Una inversión de esta cuantía —si llega a ramos de bendecir— merece todos los plácemes y esfuerzos por parte de las Administraciones públicas. Aun en tiempos de recortes en la sanidad y la educación, sería una irresponsabilidad si nuestros gobernantes no hicieran un esfuerzo económicamente razonable para que el parque Ferrari se convirtiera en realidad.

La pregunta obvia —puesto que no hay en Europa una sola instalación de estas características que sea rentable— es qué tiene Cheste que no tengan Madrid o Barcelona. Y la respuesta es sencilla: un circuito que pierde dinero y cuya explotación la Generalitat cederá por cero euros al grupo inversor que encabeza el israelí Castro Khatib. Se entiende que el vicepresidente José Ciscar eludiera dar una respuesta clara cuando se le preguntó por esta cuestión tras el pleno del Consell celebrado este viernes.

También se entiende el esfuerzo de todos los portavoces del PP en insistir en que la inversión no va a costarle un euro a la Administración. La historia de los grandes eventos en la Comunidad Valenciana está plagada de mentiras de políticos del PP que engañaron a los ciudadanos con cuentos y cuentas. Lo sabían ellos entonces y ahora lo sabe todo el mundo. Mintieron cuando dijeron que Terra Mítica iba a ser el negocio del siglo y mintieron cuando afirmaron que el coste del circuito urbano de fórmula 1 sería cero euros. Ahora andan con pies de plomo; pero tampoco dicen la verdad.

No es cierto que el parque temático Ferrari no le vaya a costar dinero al contribuyente. En el supuesto de que se haga, los ciudadanos ya hemos pagado por anticipado el coste del circuito de Cheste, como pagaremos los terrenos donde se instale —¿los dueños de los solares no van a cobrar?— y, con toda probabilidad, los nuevos accesos que habrá que construir. Nada es gratis. Estaría muy bien que el parque Ferrari se instalara en Cheste; pero, por favor, que no nos cuenten que los niños vienen de París. Estamos ya muy mayores.

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