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'El espejo invertido’ presenta en el Guggenheim obras del Macba y la Fundación La Caixa

Pinturas de Julian Schnabel y Enzo Cucchi se reflejan en la obra 'Arquitectura del espejo', de Michelangelo Pistoletto, en el Guggenheim.JESÚS URIARTE

Las colecciones de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) se fusionaron en el verano de 2010. El resultado fue unos fondos con unas 5.500 piezas de la segunda mitad del siglo XX que heredaron los puntos fuertes de cada una de ellas: la pintura española de los años 50 y 60 y la voluntad de contar con el arte del presente de La Caixa, y obras excepcionales de...

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Las colecciones de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) se fusionaron en el verano de 2010. El resultado fue unos fondos con unas 5.500 piezas de la segunda mitad del siglo XX que heredaron los puntos fuertes de cada una de ellas: la pintura española de los años 50 y 60 y la voluntad de contar con el arte del presente de La Caixa, y obras excepcionales de mediados del siglo junto a las rupturas de las décadas posteriores que marcaron la identidad del Macba. La exposición El espejo invertido traslada a las salas del Museo Guggenheim Bilbao un resumen de ambas colecciones a través de un centenar de piezas que arrancan cronológicamente en los años 40 y llegan hasta la actualidad.

“Son dos colecciones complementarias”, explica el director del Macba, Bartomeu Marí. “Unidas aumentan la capacidad de construir historias sobre el arte contemporáneo”. La historia que ha construido el comisario de la exposición, el conservador del Guggenheim de Nueva York, Álvaro Rodríguez Fominaya, es “una visión sintética” de ambas colecciones que se inspira en la obra de Michelangelo Pistoletto La arquitectura del espejo (1990), formada por una serie de cuatro espejos de más de tres metros de alto. Los espejos de Pistoletto, en los que se reflejan las obras de Julian Schnabel y Enzo Cucchi colgadas en la misma sala, se convierten en metáfora sobre los procesos de acumulación y interacción que existen en la formación de una colección de arte.

"Las colecciones unidas  aumentan la capacidad de contar historias ", explica  Bartomeu Marí.

Para la primera salida de las obras fuera de sus sedes de exposición, Rodríguez Fominaya ha dispuesto seis bloques temáticos, que ocupan un tercio de las salas del Guggenheim. El espejo invertido arranca con el punto de partida cronológico de las colecciones: obras de Dau Al Set y El Paso, los grupos que en la España de los años 40 contribuyeron a renovar el lenguaje artístico.

La sala dedicada a la fotografía de paisaje muestra el interés por enmarcar las obras de artistas españoles en su contexto internacional. Las fotos de Manolo Laguillo y Xavier Ribas se exponen junto a las de miembros de la Escuela de Vancouver y de Düsseldorf con las que comparten la atracción por los paisajes urbanos contemporáneos.

Las dos colecciones que nutren El espejo invertido han prestado especial atención a la fotografía. Las obras de Cindy Sherman, Vanessa Beecroft y Geneviève Cadieux, entre otros nombres, muestran como se ha abordado desde el arte la cuestión de la identidad y la imagen de los otros. La fotografía y el vídeo también documentan en otra de las secciones de la exposición las performances de los años 70. Las esculturas y las instalaciones cierran la exposición con un canto a la idea de la gravedad y la levedad.

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